Inspirados claramente en el Colegio de Patafísica de Boris Vian, los candidatos de la izquierda francesa están poniendo todos los ingredientes necesarios para repetir el desastre de hace siete años. Parece que no es ese plazo suficiente para una reflexión serena y por tanto insisten en el error de la división, la falta de novedades, el aburrimiento, la nadería y el timo.
Si consideramos que Ségolène Royal se enmarca dentro de la izquierda amplia, que lo dudo mucho, nos encontramos con seis candidatas de izquierda a las elecciones presidenciales de la Républica francesa. A la ya nombrada Royal (Partido Socialista) se desunen Marie-George Buffet (Partico Comunista Francés); Arlette Laguiller (Lucha Obrera); Dominique Voynet (Los Verdes); Olivier Besancenot (Liga Comunista Revolucionaria) y José Bové (Alternativo), estos dos últimos hombres, que quede claro.
Hubo algún intento de candidatura unitaria en la que se hubieran integrado (supuestamente) tres o cuatro de las formaciones implicadas, pero el amor a las propias siglas y el odio a las ajenas ha hecho el trabajo restante para que esa remota posibilidad no se dé. Otra vez "no pudo ser". Leí recientemente (y pacientemente también) la larga perorata de un militante de la LCR justificando la soledad de su candidatura y me entraron ganas de llorar. Su candidato era el mejor, el más honesto, el que más esfuerzos y renuncias hacía, pero los demás no hicieron lo mismo y todo fracasó (de nuevo).
Es absolutamente patético lo que ha ocurrido y ya no tiene remedio. Las encuestas conceden porcentajes ridículos a todos los candidatos de la izquierda, salvo a Royal, incluido un modesto 2% a Bové, que estará encantado. (Al menos aparece en los cuadros de encuestas y hay progres entusiasmados con su no-programa).
Es más, puede suceder que incluso la flamante Ségolène, representante de una izquierda liberal y renovada, o sea, de una no izquierda, quede apeada de la lucha presidencial y no pase a la segunda vuelta por culpa del bearnés François Bayrou, que sube y sube y no deja de subir en los sondeos. Acabar la carrera presidencial con un duelo entre el derechista Nicolas Sarkozy y el centro-derechista Bayrou sería el entierro definitivo de un PS que no acaba de comprender la necesidad de hacer oposición de izquierda a la derecha de Sarkozy y de Villepin.
Por supuesto, y en lo referente a Euskal Herria, mejor no hablar. Todo seguirá igual. Bien es cierto que Besancenot ha prometido apoyar el departamento vasco, que Bové es muy amigo de ELB, que Bayrou es medio paisano... pero a la hora de la verdad el problema de los vascones bajo la República francesa se prolongará otros siete años más...(por lo menos).
Queda un mes para la primera ronda electoral y todo puede ocurrir, salvo que la izquierda levante el vuelo. A lo sumo Ségolène Rotal pasará a segunda ronda y disputará el triunfo a Sarkozy. Si no es así, que los candidatos de la izquierda revolucionaria y alternativa se metan debajo de la cama. Para siempre.
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