En cierto modo, estamos volviendo a las condiciones de trabajo del siglo XIX, que es a lo que apunta el proyecto neoliberal: reducir el poder de los trabajadores y ponerlos en una posición en la que no sean capaces de resistir los procesos de explotación masiva.
David Harvey
En estos días estamos asistiendo a la irrupción de una nueva fiebre social denominada Pokémon Go, un juego informático que intenta hacer una mixtura entre realidad y ficción y que ya ha causado varios accidentes y situaciones peligrosas para la integridad de los jugadores mismos y de las personas que se encuentran a su alrededor. Se trata, claro está, de un mero síntoma de la grave enfermedad que padece el mundo occidental, o sea, el capitalismo desarrollado.
Si nos detenemos un momento a pensar, nos daremos cuenta de los cambios estructurales que se están produciendo en la economía gracias al desarrollo de tecnologías iinovadoras que son capaces de fomentar nuevas necesidades en el seno de la población. Por ejemplo los teléfonos móviles, que en teoría facilitaban la comunicación entre las personas, están logrando lo contrario, el aislamiento de cada uno con su terminal de última generación. Pero es que cuando se lanzó la primitiva telefonía móvil, ¿Era tan necesaria? ¿No había suficientes teléfonos fijos para comunicarnos? ¿Es necesario llamar desde la estación de tren a la familia para decirle que estás a punto de coger el tren de las ocho, cuando lo saben perfectamente, porque has salido de casa a las ocho menos diez?