2010/07/18

El Sur también existe

La decisión del Banco de España de adjudicar a Bilbao Bizkaia Kutxa (BBK) los restos del naufragio de CajaSur, entidad cordobesa en quiebra, regida hasta ahora por la iglesia católica, supone la confirmación fehaciente de la vocación estatal española de la corriente empresarial que convive en el seno del PNV. Una corriente poderosa que tiene conexiones directas con el Partido Popular, como se desprende de la última entrevista entre Rajoy y Urkullu. Probablemente en esa entrevista se hablaría, entre otras cosas, de la operación CajaSur, tan bien acogida por los dirigentes vascos del PP.

No me voy a detener en la lógica económica de la operación, que la tiene desde un punto de vista exclusivamente financiero, sino que me voy a ceñir a las derivadas políticas de la misma. La reconversión del mapa financiero estatal es un hecho incontestable, especialmente en el caso de las cajas de ahorro. De las 45 cajas existentes antes del inicio de la crisis financiera, van a quedar apenas una docena, gracias a la confluencia en grupos, bajo la figura de las SIP, las conocidas como "fusiones frías", basadas en una ficha bancaria que reúna buena parte de la actividad financiera de cada grupo. aunque salvando las marcas regionales y las respectivas obras sociales. Paralelamente se da una reforma de la ley, que supone el primer paso para la paulatina privatización de estas entidades de ahorro.

Como decía, el capítulo CajaSur era el tercer intento de la caja vizcaina por crecer a base de la adquisión de otra caja española. Antes lo intentó con Caja Castilla La Mancha (CCM) y Caja Mediterráneo (CAM), pero no lo consiguió por diversos factores, entre ellos el rechazo local a un socio nacionalistas vasco. En esta ocasión, pese a la oposición del PSOE de Andalucía, que quería construir una gran caja andaluza con Unicaja, Cajasol y CajaSur, la BBK se ha llevado el gato al agua, al ser la oferta que menos dinero solicitaba al FROB, 392 millones, por los 1.000 que pedía Unicaja, la otra oferta finalista. 

Arrinconada la opción de una fusión con las cajas de ahorro de Gipuzkoa y Araba (lo de la CAN ni se plantea), BBK parece estar interesada en continuar en su camino de crecimiento a base de adquisiciones, en cuanto se le presente alguna oportunidad interesante. Entre medio se ha desprendido de su participación defensiva en el Banco Guipuzcoano, que ha sido entregado al Banco Sabadell, reduciendo aún más la capacidad financiera propia de nuestro país.

Mario Fernández, hombre del PNV que proviene profesionalmente del BBVA, puede que sea una persona de ideología nacionalista vasca. No lo pongo en duda. Ahora bien, la caja que dirige actúa como si no lo fuera, siempre pensando en el mercado español y renunciando a fortalecer el espacio socio-económico vasco. La presencia de BKK en los territorios de Iparralde es nula y en Nafarroa Garaia meramente testimonial. Algunas de sus principales inversiones industriales están depositadas en multinacionales españolas y su contribución al desarrollo del tejido productivo vasco va a ser cada día menor, debido a las necesidades de atender otros frentes abiertos, como en este caso el andaluz.

Se quiera o no reconocer, los intereses económicos del PNV, de su sector empresarial, están claramente centrados en el mercado español. No existe ningún movimiento que nos permita pensar en una internacionalización coherente, con desembarcos en otros mercados. como el portugués o francés. Al revés, como pasa con algún potente grupo de distribución de marca vasca, cada día son más sus lazos con el estado español.

Si se tratase de una empresa privada al uso, no se podría poner ninguna objeción a esa decisión, pero como BBK sigue estándo controlada por las instituciones públicas vizcainas, concretamente por el PNV, es necesario decir con claridad a la ciudadanía en qué consiste la apuesta económica de futuro de este importante actor político vasco. Una apuesta que, hoy por hoy, pasa por reforzar sus lazos con España, arrinconando cualquier posibilidad de construir una gran entidad vasca de ahorro que atienda las necesidades de la población y de la pequeña y mediana empresa de todo el conjunto de Euskal Herria.

2010/07/12

Nacionalistas, ellos

 Carles Puyol y Xavi Hernández con la copa y la seneyra. La Vanguardia

La victoria de la selección española de fútbol en la Copa del Mundo de Sudáfrica se ha convertido en una ingente campaña del nacionalismo español, intentando hacernos ver que su proyecto unitario y excluyente es un proyecto triunfador. Pero los mismos que han estado firmando contra el Estatut catalán, los mismos que han promocionado el boicot al cava y a otros productos catalanes, esos mismos que denuncian los privilegios de la lengua catalana, se sienten ahora orgullosos de los goles de Puyol, de las gestas deportivas de una selección cuya alma y cuyo esqueleto son catalanes. Si el Principat tuviese selección propia, España ni siquiera se hubiese clasificado para el campeonato de Sudáfrica.

Pero no quiero hablar de fútbol, sino de política. Años y años con la cantinela de que están perseguidos en Euskal Herria, de que se sienten marginados, se traducen ahora en salir a la calle cantando la poética estrofa. "Yo soy español, español, español", en un alarde de imaginación sólo comparable a la letra apócrifa que el insigne escritor falangista José María Pemán escribió para el himno español. La ramplonería de este nacionalismo es sonrojante, por no decir otra cosa. Y conste que no me parece mal que celebren los triunfos de su selección en su país, están en su derecho, pero no me parece muy respetuoso, para quienes no sentimos a esa selección como nuestra, que ciertos sectores exaltados se dediquen a provocar con esas tonadillas de feria de abril.

Ahora se está demostrando que las dicotomías pergeñadas en Madrid en torno a demócratas/violentos y no-nacionalistas/nacionalistas vascos son una enorme falacia. El hecho deportivo les ha servido de disculpa para catapultar hacia el exterior, mediante una colosal brunete mediática, el nacionalismo que llevan dentro. Si no lo han hecho con anterioridad es por falta de una disculpa de altura, aunque lo hayan intentado con otros eventos deportivos de menor alcance.

La conclusión es que en Euskal Herria existe una mayoría social favorable a mayores cotas de soberanía, con un sensible porcentaje de independentistas, que no puede expresarse en las urnas, porque la Constitución española constriñe ese derecho. Una Constitución que no fue refrendada en nuestro país, pero que sigue ejerciendo de cárcel para los pueblos vasco y catalán. El nacionalismo español no evoluciona, no quiere compartir nada con los pueblos que conviven bajo su mando, sino que mantiene su vocación uniformadora y. en ese sentido, preconstitucional. La victoria deportiva en Sudáfrica no puede ocultar el fracaso de un modelo de Estado que ya es incapaz de calmar incluso a los moderados de CiU y PSC.

La actual ola españolista pasará, sin duda, y las aguas volverán a su cauce. De euforias desatadas no se puede vivir enternamente. Y vendrá el día en que las contradicciones entre la metrópoli castellana y los pueblos periféricos se acelerarán. Ese mismo día la exitosa selección dejará de contar entre sus integrantes a futbolistas catalanes y vascos, y en esa imagen se verán retratados todos los que ahora se entretienen tocando el bombo sin parar al son de un par de esloganes patrioteros.




 

2010/07/08

Mirando al sábado

El sábado, 10 de julio, se celebrará en la capital del Principat de Catalunya una manifestación unitaria bajo el lema "Nosaltres decidim. Som una nació". Se trata de dar respuesta a la sentencia del Tribunal Constitucional español, que ha recortado unas cuantas atribuciones del reformado Estatut, previamente cepillado por el pacto entre Rodríguez Zapatero y CiU. Coincidiendo en la fecha y en parte en el lema, Ezker Abertzalea, Eusko Alkartasuna y Alternatiba han convocado una manifestación en Donostia. Aralar, que en un principio estaba interesada en tomar parte, se desvinculó aduciendo distintas razones, unas más respetables que otras.

El caso es que el 10 de julio tenemos una jornada importante para los dos pueblos que están empujando con fuerza por la ruptura del marco constitucional español de 1978, el catalán y el vasco. Y eso es así porque el invento del Estado de las Autonomías está definitivamente acabado. La sentencia del TC va a permitir visualizar una nueva etapa en Catalunya, en la que la consigna de Independència va a ganar terreno de forma importante. De hecho, todas las formaciones políticas, salvo el PP, tienen sectores independentistas en su seno, incluido el PSC, lo que demuestra que es una alternativa política transaversal, que afecta a todo el arco político, a los agentes sociales, sindicales y económicos, a las asociaciones, a los clubes deportivos, etc.

El Estado español, en su empecinamiento centralista y con su cicatería histórica, tal vez ensimismado por los triunfos deportivos de su selección de fútbol, está haciendo más independendistas que el trabajo de base de los grupos que así se denominan. Es imposible, hoy por hoy, que España mande el ejército a aplastar una proclamación de independencia catalana. El día que se dé la misma, España estará en trance de caer en picado en el ránking europeo, tanto politico como económico. Y ese momento ya no se ve tan lejano en Barcelona. Cada vez son más los líderes de opinión que apuestan por esa alternativa.

En lo que nos incumbe más de cerca, la movilización del sábado supone un paso más en la construcción de un bloque soberanista de futuro, al que se irán sumando efectivos a medida que se vaya estructurando y ganando presencia ideológica, institucional y de masas. Aún persisten las contradiciones, las luchas, las rivalidades... entre agentes que a medio plazo deberán integrarse en ese bloque de vocación mayoritaria. Todo llegará.

Quienes piensen que la apuesta de la izquierda independentista es una mera táctica electoralista se van a volver a equivocar. Si no reubican pronto sus posiciones es posible que se tengan que arrepentir de su torpeza. El PNV, que ve con gran preocupación la evolución de la izquierda abertzale y EA, debería tomarse en serio la cuestión. Su histórico juego pendular de ambigüedad, entre Madrid y Euskal Herria, no le va a servir en el próximo futuro.

Otros agentes sociales, que permanecen con la boca caliente y los pies fríos, mostrándose incapaces de dar los pasos que han convenido en sus congresos, tendrán que sopesar el momento político en el que nos encontramos. Si llevan desde el 97 diciendo que hay que avanzar sin ETA, ¿por qué siguen esperando, inmóviles, a que la organización armada les confirme lo que están viendo con sus propios ojos todos los días? 

En Donostia se va a asistir a uno de los momentos fundacionales del bloque soberanista, bajo el lema "Nazio gara. Autodeterminazioa". Una consigna que quiere dar cobijo a una amplia mayoría de este pueblo, sin partidismos, ni sectarismos. Conviene ir cogiendo posiciones para no perderse lo que está por llegar. Camino quiere el caminante.