2010/01/26

Métodos y fines



Kepa Aulestia, militante en tiempos de una organización clandestina que practicaba la lucha armada, lleva años impartiendo lecciones de democracia desde su púlpito del Grupo Vocento. Él es quien dibuja la línea roja que no se puede traspasar entre pacíficos y violentos, entre demócratas y terroristas, entre gentes de bien y gentuza. Nadie le ha nombrado para el cargo, sino que la vida le ha llevado a autoproclamarse juez y parte en los asuntos citados. Así de sencillo.

Su última andanada, intitulada Sigla nodriza, es un misíl contra la línea de flotación de Eusko Alkartasuna, partido democrático y pacifico que, según Aulestia, puede caer en manos de los etarras si se atreve a configurar con ellos un polo soberanista. A partir de ahí, otros medios afines y varios portavoces de PP y PSOE han insistido en pedir cuentas a EA, avisarle del riesgo que corre y, de paso, darle lecciones de buen comportamiento democrático.

Es evidente que el pacto de hierro que firmaron en su día PPy PSOE, que tiene en la llamada Ley de Partidos su máxima expresión, está más vigente que nunca. No van a parar a la hora de poner obstáculos de todo tipo a la implementación de un bloque soberanista que ponga patas arriba su actual situación de dominio sobre Euskal Herria. Y si en el camino hay que criminalizar a Eusko Alkartasuna, se le criminaliza y punto. Para estos dos partidos españoles, la razón de Estado siempre estará por encima del respeto inmaculado a los derechos individuales y colectivos. Que a nadie se le olvide.

El corolario de todo esto es nítido. Lo que verdaderamente incomóda a los dos partidos que sostienen al Estado español no son los métodos violentos utilizados por la organización clandestina ETA, sino los fines de ese futurible polo soberanista que encamine a este pueblo hacia la independencia. Ahí reside el meollo de la cuestión. El auto del juez Garzón, en el que se procesa a Arnaldo Otegi y Rafa Díez Usabiaga, entre otros militantes independentistas, expresa esa misma tesis, Con la disculpa de que es ETA quien lo ordena y manda, se criminaliza la construcción de un bloque soberanista, un proyecto politico tan legítimo como el contrario. Garzón no habla en su auto de armas y explosivos, sino de textos y proyectos estrictamente políticos. Textos y proyectos que cuestionan de raíz la "indisoluble unidad de la patria española". Ahí les duele.

Las llamadas a rebato de la gran coalición española, arropada por medios como Vocento, es la más clara señal de que la configuración de ese polo, sin injerencias externas ni violencias, es la piedra de toque que puede cambiar, de forma radical, la actual realidad de dominio que padecemos. No queda mucho tiempo para seguir dándole vueltas al caso. Del enemigo, el consejo. Es necesario apostar de forma decidida, sin dudas, por esa alternativa, dejando a un lado nostalgias paralizantes y miedos a lo desconocido. Ellos nos enseñan el camino a recorrer.

BERRIAK:
- Urizar atribuye las acusaciones contra EA al "temor" a la unidad de acción soberanista - [gara.net]
- Erkizia dice que cree en la honestidad de la oferta de EA - [elcorreodigital.com]

2010/01/21

Nueva táctica del PNV: asesorar al adversario

López, Aldekoa, Sánchez Galán, Imaz.

El lehendakari López sigue intentando sacar conejos blancos de su chistera. El último consiste en rodearse de un sanedrín de asesores, compuesto de hombres de empresa, ex ministros socialistas y economistas de la Universidad. Loable empeño, si no fuese porque la elección está trucada.

Lo primero que hay que decir es que algunos de esos hombres de empresa son políticos recauchutados como tales, como es el caso de José Antonio Ardanza (Euskaltel) o Josu Jon Imaz (Petronor/Repsol). Por lo tanto no nos confundamos de antemano. Otro posible integrante del sanedrín, Mario Fernández (BBK) estaría en la misma situación, si bien su reciclaje en la banca (BBVA) ha sido intenso en los últimos años. A ellos se les puede sumar Pedro Luis Uriarte (ex BBVA e Innobasque y ex consejero de Garaikoetxea), con un perfil más económico que político, pero en todo caso ligado al nacionalismo vasco.

Por lo tanto, cuatro primeros espadas de ese nacionalismo van a asesorar a su máximo rival político, que además ascendió a los cielos de Ajuria Enea con la trampa de la ilegalización y no tuvo reparos en pasar por encima del partido más votado, precisamente el PNV, por medio de su alianza con el PP.

Si la jugada se ha efectuado fuera del control de Sabin Etxea nos podemos encontrar con una de las mayores pifias del partido en los últimos tiempos. López chupará cámaras rodeado de personajes del nacionalismo, y de forma gratuita. Si, por el contrario, se trata de una maquiavélica operación de derribo de López, aconsejándole mal y confundiéndole aún más, habrá que aplaudir a Urkullu por su sagacidad política, casi tan destacada como su afición a los blogs.

En realidad todos sabemos que estos consejos de asesores no sirven para nada, salvo para lavar la imagen de quien los crea y convoca, alimentando la vanidad de sus integrantes, deseosos de seguir en el machito una vez abandonada la primera línea política. En este caso, el objetivo de López puede consistir en dividir la imagen nacionalista, aislar a Ibarretxe en su torre de marfil y ofrecer un perfil de estadista, del que carece absolutamente.

Luego están los otros asesores, como el presidente de Mondragón, José María Aldekoa, el de CAF, José María Baztarrika, o el de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, que sí que son empresarios o, al menos, hombres de empresa puros. No se descarta que también acuda a la llamada de auxilio de López el recién jubilado del BBVA, José Ignacio Goirigolzarri.

Para ser del PSOE, mucho empresario y mucho peneuvista, desequilibrio que intentará ser compensado con la entrada de ex ministros como Eguiagaray o Atienza, o ex sindicalistas como Carlos Trevilla. Un sanedrín que puede acabar pareciéndose al camarote de los Marx brothers, con el lehendakari en el papel de ¿Harpo? El tiempo lo dirá.

2010/01/18

Tócala otra vez, Alfredo

Al ministro español de Gobernación, Alfredo Pérez Rubalcaba, se le podrá tachar de cualquier cosa, menos de tonto. Probablemente tenga el mérito de ser la persona más inteligente en ocupar ese cargo a lo largo de la historia, aunque la competencia tampoco es que haya sido muy brillante, si recordamos a Ibañez Freire o a Corcuera. El caso es que es el propio ministro quien redacta el guión de las reacciones ante los comunicados de la organizacíon clandestina ETA. Este último es un buen ejemplo de ello.

Sin haber tenido la oportunidad de ver, escuchar o leer todos los medios de comunicación, llego a la conclusión de que salvo las excepciones de siempre, todos ellos han reaccionado de igual modo, lo que resulta chocante en un mercado donde la competencia es tan feroz. En el caso de la televisión, las cadenas LaSexta, Cuatro o Antena3 coincidían en decir que ETA renueva su apuesta por matar, algo que no parece figurar en ninguna parte de su comunicado. Sobre su determinació de hacer suya la propuesta de Altsatsu, ni mención. Tener a su pùblico desinformado debe ser una de las consignas de estas cadenas.

Los diarios también funcionan al unísono, incluidos los del Grupo Noticias, que tantas decepciones nos está causando en las últimas semanas, por su afán de publicar medias verdades y seguir la estela madrileña sin rechistar. Nadie ve un matiz positivo en el texto. Se sigue el guión de "más de lo mismo" utilizado en torno al debate seguido por la izquierda independentista. No conviene acercarse a la realidad de las cosas, no vaya a ser que nos perjudiquen.

En una lectura rápida de los acontecimientos, que ya habrá tiempo de profundizar, saco la impresión de que en este país, y en el Estado español, hay demasiados agentes y personas interesados en que las cosas sigan igual que en las últimas décadas. Parece que el menor atisbo de cambio en la estrategia independentista les saca de quicio y les crea problemas de reubicación.

De las reacciones de los partidos no hay nada que añadir, salvo el esfuerzo de Eusko Alkartasuna por ofrecer un mínimo de coherencia y de honradez política. El resto es prescindible por previsible. Ares ejerciendo de Rubalcaba bis resulta patético.

Ciertamente no esperaba que la reacción mediática y politica fuera otra. Forma parte del guión redactado por el ministro de la Gobernación y su equipo, pero me preocupa que importantes sectores del jelkidismo muestren tal grado de identificación con Madrid en este asunto. Es cierto que hay sectores del PNV que emiten mensajes favorables y positivos, pero son tan escasos que concitan pocas esperanzas de que ese mundo adopte en el futuro una postura valiente y aporte su caudal al proceso democrático que se ha de construir entre todos.

Termino. Si alguien me hubiera dicho hace un año que la organización clandestina ETA iba a firmar su aceptación de la Declaración de Altsasu, de apuesta por las vías políticas, principios Mitchell incluidos, hubiera pensado que estaba en una especie de delirio. Pues bien, ese momento ha llegado. Esperemos que los agentes políticos, sindicales y sociales de este país sepan gestionarlo con ambición y generosidad, Entre todos lo podemos lograr.

BESTE ABURUAK:
- Mucho más allá de las elecciones municipales... - Iñaki Iriondo [gara.net]
- Un llamamiento a la responsabilidad - Editorial de "Gara" - [gara.net]
- El papel de ETA - Editorial de "El País" - [elpais.com]
- Despejar ambigüedades - Ion Andoni del Amo - [irrintzia.nireblog.com]
- Apuntes sobre el último comunicado de ETA - Paul Ríos [paulrios.net]
- Sobre el tratamiento de algunos medios... - Floren Aoiz [elomendia.com]
- Comentario político - Iñaki Altuna [info7.com]

2010/01/14

Faro



El lehendakari, que navega sin brújula, corre el riesgo de encallar su bergantín contra los arrecifes de la realidad vasca. De ahí que ahora confíe su salvación al faro de un periodista con muchas luces.

[Bergaminiana, 82]

2010/01/12

Bartleby y la nube soberanista

El día en que llegué a conocer a Bartleby, el escribiente, sentí que todo podía suceder. El breve relato de Herman Melville consiguió despertar mi curiosidad ante una actitud vital tan implacablemente autodestructiva. Para quienes no hayan leído aún el texto, adelanto el argumento. Un afamado abogado de Wall Street contrata a un nuevo escribiente para su despacho, y se encuentra con que éste, el joven Bartleby, le responde a todas sus peticiones de colaboración con una misma frase: «Preferiría no hacerlo». El poder evocador de Melville se encarga del resto.

Esta pequeña introducción, que espero me sea dispensada por el lector, se justifica con la intención de realizar una traslación de ese fenómeno al panorama político vasco. Un escenario bastante revuelto en los últimos meses, gracias a las distintas iniciativas que aspiran a conformar una amplia plataforma independentista de largo aliento. Ante tan ambicioso objetivo, unos y otros se van posicionando, algunos abordando profundos debates internos, otros realizando ejercicios de adaptación al terreno dignos de mejor causa.

Una de las mayores dificultades que aparecen en ese escenario soberanista en movimiento es la existencia de Bartlebys por doquier. Se trata de activistas políticos, de agentes sociales, de partidos, de asociaciones que, cuando son llamados a realizar una tarea tan comprometida como la construcción de una alternativa soberanista que ponga patas arriba el escenario político vasco, se aferran a Melville y pronuncian la frase mágica: «Preferiría no hacerlo». Las disculpas son variadas: «todavía no es el momento»; «vosotros no habéis hecho los deberes»; «nosotros tenemos que liderar el proceso»; «estamos esperando a lo que diga el PNV»; «no estamos autorizados por las bases»; «necesitamos algo más de tiempo»; «comprended el vértigo del cambio a realizar»; «eso ya lo dijimos nosotros hace veinte años»... Las buenas intenciones son siempre bienvenidas, por supuesto, pero la política con mayúsculas se construye con ladrillos mucho más sólidos.

Responsabilizar a los demás de las propias insuficiencias es el camino más directo al fracaso. Todos aquellos agentes que dispongan de masa social suficiente pueden ponerla en marcha sin necesidad de esperar a las decisiones de terceros. Es deseable que lo hagan, porque ayudarían a oxigenar el actual panorama político. Quienes por el contrario no tengan detrás multitudes, pueden converger con otros semejantes que se encuentren en la misma situación y sumar fuerzas hacia el objetivo, o bien hacerse invisibles y engrosar con humildad otras propuestas con mayor eco social. Persistir en la dispersión de siglas, foros y convergencias varias es un error, y más en un momento histórico que puede ser decisivo para las próximas décadas de este país.

A pesar de todo, no es el desembarco de Bartleby en tierra vasca el único asunto al que nos enfrentamos. A cualquier observador foráneo le llamaría la atención la proliferación de mesas, plataformas, asociaciones e iniciativas cívicas que se observa en nuestro país en estos días. Apenas si superamos los tres millones de habitantes y disponemos de una paleta de opciones «abertzales y progresistas» tendente al infinito. Hay quien describirá el caso como un ejemplo de biodiversidad ideológica y activista, de una especie de nube soberanista en ciernes. Puede ser. Yo me inclino por considerar que el afán de protagonismo sigue muy vivo en estos pagos. De no ser así, la confluencia de esfuerzos vendría dada por añadidura, como se proclama en los viejos textos.

Aplicando la pura lógica, no es razonable la existencia de tal número de organizaciones, grupos y agentes diversos que afirmen mantener el mismo programa de máximos: la soberanía/independencia de Euskal Herria. Claro que puede haber diferencias en los modos de actuación, tempos y prioridades a abordar, pero no deberían dar lugar a semejante atomización de ofertas.

La atenta observación de cualquier visitante podría aducir que la posición ante la actividad de una organización clandestina que defiende ese mismo programa es un obstáculo casi insalvable. Si me aprietan las muñecas, tal vez llegaría a admitirlo, pero el caso es que el eje central de la izquierda independentista está inmersa en un proceso de readecuación estratégica de gran calado, entre otras cosas encaminado a superar ese obstáculo.

Si el objetivo final es construir una mayoría social y popular por la soberanía, desde la pluralidad y el respeto mutuo, es necesario renunciar a protagonismos caducos y, sobre todo, a posturas bartlebys que no hacen sino enfríar voluntades y propagar suspicacias y desconfianzas de forma innecesaria. Que este 2010 pueda convertirse en un año fructífero para las aspiraciones soberanistas de esa gran mayoría social a levantar no depende de la decisión de un solo agente, por importante que éste pueda ser, sino de la voluntad de construir complicidades entre todos, incluidos los que todavía se enrocan en su torre de marfil para pronunciar con desidia su correspondiente sentencia: «Todo eso está muy bien, pero preferiría no hacerlo».

[Publicado en "Gara", 2010-01-12]

[Enlace con la página de Causa Galiza, que ha tenido el detalle de trasladar mi artículo al galego: Bartleby e a nube soberanista.]



2010/01/11

Borreguito



Atisbaba un horizonte tan puro como el borreguito de Norit, pero unas inesperadas nubes de Poniente ensombrecieron, de nieve, su sueño.

[Bergaminiana, 81]

2010/01/05

¿Pero esto era todo?

Cuando comenzó el mes de diciembre se dispararon las expectativas. Teníamos ante nuestros ojos un calendario repleto de acontecimientos históricos. Bueno, al menos de fechas festivas y celebraciones varias. Santa Lucía, San Tomás, Lotería, Olentzero, Navidad, Los Inocentes, Nochevieja, Año Nuevo, Reyes...

Prácticamente estamos al final del viaje y todo sigue más o menos igual. Tal vez hayamos cogido algo de peso en el trayecto, pero el tiempo sigue siendo frío y lluvioso y la realidad se presenta tan inhóspita como hace un mes.

El hombre es animal de costumbres, es evidente, y le gusta tropezar en las mismas piedras año tras año. Está visto que no tenemos remedio. Puede ser que, al socaire de la crisis, hayamos bajado un pelín el pistón consumista, pero visto el espectáculo del día 4 en Donostia, no creo que la influencia haya sido tan importante.

Calles inundadas de consumidores ávidos por llevarse algo a la bolsa de plástico, colas para pagar en librerías y centros comerciales, trenes repletos de viajeros a última hora de la tarde, ambiente distendido y bastantes ganas de poner la última guinda al carrusel festivo y consumista.

Puede que realice un retrato parcial de la situación, pero me temo que no estoy exagerando nada. Es el mismo panorama que se puede ver en cualquier ciudad europea.

Igual que los demás

Podemos seguir haciéndonos la ilusión de que somos diferentes, pero la ola globalizadora nos está envolviendo cada vez más. En la calle, en la fiesta, en el deporte, en los medios de comunicación, en las nuevas tecnologías, en casi todas las variables a computar.

Ayer mismo, a pie de escalera de un centro comercial donostiarra, comentaba sobre todo esto con un amigo. Coincidíamos en la misma preocupación por el futuro, ante la falta de una malla que nos permite defendernos de tanta invasión, de tanto colonialismo socio-cultural.

Puede que ya sea demasiado tarde, que el tren que debimos coger y perdimos a última hora no vuelva a pasar por nuestra estación, pero al menos podríamos reunirnos, aunque sea en internet, y debatir sobre el futuro soberano de nuestro país. Igual resulta que para cuando lleguemos a disfrutar de un marco jurídico propio, los marcos propios no tengan ya demasiado sentido, al haber sido engullidos por la constante aceleración de las nuevas tecnologías en todo los entornos.