A menudo la política es una cuestión de expectativas. De tomar la temperatura al ambiente social predominante y sacar de ese dato lo que puede ocurrir en un próximo futuro. Las expectativas nacen, crecen y mueren, como las personas. Es cosa de atenderlas y mimarlas cuando son favorables y de esquivarlas cuando son contrarias. Durante un periodo de tiempo se encuentran anquilosadas, como dormidas, y de repente una entrevista en la televisión, una encuesta, la presentación de un libro o una falsa noticia las hace dispararse.
En los tiempos sólidos, en los que las trincheras ideológicas estaban bien trazadas y eran casi inamovibles, las expectativas no eran tan determinantes. Pero en la actual coyuntura, en la que cada vez es mayor la franja de población poco o nada ideologizada, el modo en que soplen las expectativas de unos y otros puede ser decisivo a la hora de depositar el voto en la urna.2023/12/28
2023/12/15
Escoria
La palabra escoria, tan escuchada estos días en los labios del señor Esparza de la UPN, me remite a la infancia. En aquellos sombríos tiempos se acostumbraba a utilizar la escoria procedente de alguna fundición como pavimento para cubrir el acceso a los barrios menos favorecidos de los municipios. No era un pavimento de lujo, ni mucho menos, pero tenía la virtud de evitar los barrizales en que se convertían en invierno otros caminos que ni tan siquiera tenían la fortuna de haber sido alfombrados con escoria.
José Javier Esparza. Foto: UPN |
A la gente más joven les sonará a chino, pero las personas que ya han doblado los sesenta todavía recordarán los caminos de escoria que sin duda habrán transitado en su infancia. No sé si el señor José Javier Esparza ha pisado mucha escoria en su vida, me temo que no, por lo que no llego a comprender la utilización de ese término para insultar a María Chivite y al PSN. Se trata de un lenguaje más afín a un matón que a un Licenciado en Pedagogía y profesor de Primaria, como es el caso del presidente de UPN.
2023/12/03
El maestro y el alumno
El bombardeo diario de información ataca nuestra resistencia natural y consigue que, en muchas ocasiones, aceptemos lo que nos dicen sin dedicarle dos minutos de reflexión. Ocurre que cuando una empresa, un equipo de fútbol o un partido político sufren desgaste en su gestión, se recurra al tópico del rejuvenecimiento de las personas responsables para darle una solución. Lo que se conviene en denominar un relevo generacional. Culpar a la edad del protagonista de su mala gestión es una opinión muy común. Se necesita gente más joven, con más energía, para dirigir el equipo, se anuncia a bombo y platillo.
Andoni Ortuzar, Imanol Padrales e Iñigo Urkullu. Foto: rtve.es |
En los dos últimos procesos electorales que hemos vivido este año, las candidaturas del PNV han sufrido un claro retroceso, aunque tampoco se puede hablar de descalabro. El ejercicio del poder, los conflictos sociales, los propios errores, han podido tener parte de culpa en ese desgaste. Sin embargo, el máximo responsable del partido jeltzale se amarra al relevo generacional como fórmula mágica para solucionar los problemas.