2022/11/10

La guerra "limpia" de Barrionuevo

Las declaraciones publicadas el pasado domingo en el diario El País por el ex ministro del Interior español José Barrionuevo vuelven a confirmar que la llamada "guerra sucia" es puro terrorismo de Estado. En ellas el político del PSOE viene a reconocer su implicación directa en hechos tan graves como el secuestro y posterior liberación de Segundo Marey o el intento de captura del refugiado de Hernani José María Larretxea Goñi. Cierto es que el personaje tiene ya 80 años y está retirado en su pueblo natal de Berja, pero la gravedad de lo dicho merecería al menos una declaración institucional del PSOE asumiendo su responsabilidad en la creación de los GAL, eufemismo semántico para disfrazar las actividades delictivas de los aparatos del Estado. Los golpes de pecho ofrecidos por Denis Itxaso y Eneko Andueza no nos sirven en este caso, son insuficientes.

Entrevista en "El País", 2022-11-06

A estas alturas a nadie le puede sorprender que Barrionuevo, como antes hiciera su compadre Rafael Vera, se jacte públicamente de haber participado en esos episodios nauseabundos. Le va con su personalidad narcisista, de hombre bregado en los trabajos sucios y para más inri, con antecedentes familiares carlistas. Pero no nos engañemos, Barrionuevo no era más que una pieza, importante sí pero no decisiva, de la trama criminal. Por encima del ministro se situaba el Presidente del Gobierno. El mismo que declaró en 2010, en ese mismo diario, que tuvo la opción de volar a la cúpula de ETA pero dijo que no, y todavía no sabe si hizo lo correcto. Está todo dicho. 

Esta y no otra es la materia gris con la que se fue construyendo durante estas últimas décadas la llamada "democracia española". La misma que tuvo de monarca al pupilo de Franco Juan Carlos y de impulsor del cambio a un secretario general del Movimiento llamado Adolfo Suárez. El mismo que se negó a hacer una consulta sobre la monarquía porque se iba a perder con claridad.