2012/07/31

Teoría del descuento

Justo cuando estaba preparando la maleta para iniciar mi periodo de vacaciones ferragosteñas, recibo un e-mail de mi querido amigo el profesor del departamento de Geografía de la University of Western Ontario, Sterling McGray. Es un honor que siga en contacto conmigo, aunque la verdad es que me prometió intervenir con asiduidad en el pasado 2011 y hace más de año y medio desde su última contribución, allá por diciembre de 2010.

Me repite, no sé si creerle, que sigue trabajando en aquel famoso estudio sobre "La viabilidad de la independencia de Escocia respecto de Inglaterra". Voluminoso trabajo, me temo, de cuyo resumen espero recibir algún día noticias.

Pero vayamos al grano. El profesor McGray no suele dar puntada sin hilo y aunque no conozco las fuentes autóctonas de que dispone, le veo muy bien informado de todos los acontecimientos que se han venido produciendo en estos meses. Especialmente de todo lo relativo al cese de la actividad armada de la organización clandestina ETA, que él se empecina en calificar de nacionalista.

McGray comienza su correo manifestando su estupor por las reacciones habidas al histórico anuncio de ETA. Opina que una noticia tan esperada no puede ser acogida con tanta frialdad, en especial por la dirección del Partido Popular. Su argumento no es muy original, a pesar de tratarse de un australiano que reside en Canadá, ya que quiere explicar la actitud del PP en base a un interés soterrado de que las cosas no cambien, es decir, de que ETA hubiera seguido en las andadas.

No coincido con la postura de McGray. Creo que la inmensa mayoría de dirigentes y militantes del PP se han alegrado del anuncio. Otra cosa es que el interés político les impida expresarlo abiertamente. La política es un teatro en el que cada personaje debe interpretar su papel y el que le corresponde al partido de Rajoy es el de la firmeza. McGray, a este respecto, saca a relucir la teoría del descuento. Me explico. Dice el profesor que las sucesivas decisiones que han ido tomando las organizaciones de la izquierda abertzale, incluida ETA, estaban ya descontadas de antemano por el Gobierno.

Sería un poco como en los mercados bursátiles. Ocurre que el BCE rebaja el tipo de interés y la bolsa baja. Entonces los analistas lo argumentan. Es obvio que la medida es un claro incentivo para que se invierta en bolsa, pero resulta que estaba descontada por los mercados. Todo el mundo sabía que el BCE no tenía otro remedio y que la bajada se iba a producir, sí ó sí. Augura McGray que futuras entregas de armas serán recibidas con la misma estrategia, para restarles valor.

Puede que McGray lleve razón y que quienes vivimos aquí, en medio de la marabunta, no sepamos leer con nitidez los acontecimientos que se van sucediendo. El profesor, que en el caso español no aprecia separación entre los poderes ejecutivo y judicial, debido a una larga tradición carpetovetónica y a la falta de una verdadera revolución burguesa en el Estado, estima que se están dando innegables avances en el terreno jurídico-político. Me cita la sentencia del Tribunal de Estrasburgo sobre la llamada "Doctrina Parot" o la admisión del recurso de Sortu por parte del Tribunal Constitucional, lo que ha supuesto su inmediata legalización. Se olvida, o no lo quiere mencionar, lo ocurrido con el llamado "Caso Bateragune" o con el no fin de la dispersión de los presos vascos, que continúan encarcelados a cientos de kilómetros de su patria. Él sabrá.

Por el contrario, concede suma importancia al asunto de la reducción de escoltas, ayudado por la situación de crisis galopante en lo económico. Incide en que habrá que observar con lupa la posible disminución de efectivos policiales acantonados en Euskal Herria. Le prometo que así lo haremos.

Para terminar, McGray, que me consta tiene buenos contactos en Sabin Etxea, echa un jarro de agua fría a las expectativas electorales de la coalición soberanista EH Bildu. Cree que obtendrá unos magníficos resultados, pero que la insistencia desde muchos medios en hablar de una hipotética victoria, llevará a parte de su base social a contraer una cierta decepción. McGray insiste en que la candidatura de Iñigo Urkullu, del que alaba su patriotismo -al no dejar a Nafarroa Garaia olvidada a su suerte, como algunos de sus predecesores en el EBB-, va a concitar el voto útil de ciertos sectores que suelen votar a PP o PSOE y que van a entender el apoyo a la candidatura jeltzale como el único modo de frenar la imparable escalada de lo que ellos consideran una ETA sin metralletas, o sea, Bildu.

El e-mail del profesor McGray, que no menciona para nada el sorprendente hallazgo de un hacha del año 1500, de supuesto origen vasco, en un yacimiento arqueológico relativamente cercano a su lugar de residencia, concluye deseándome unas provechosas vacaciones, deseo que traslado a todos aquellos que tienen la paciencia de acercarse hasta este blog, aunque sea de vez en cuando. De parte del profesor McGray, y del mío propio, que ustedes las disfruten en la medida en que la crisis se lo permita. 

2012/07/24

Tolerancia menos que cero

José María Bravo Durán | El País
El PNV, mediante una escueta nota de prensa, reaccionó rápidamente ayer ante la sentencia de la Audiencia de Gipuzkoa que condena, a once años de cárcel y a devolver el dinero robado, al ex jefe de la oficina de Hacienda de Irun, José María Bravo Durán. El partido que lidera Iñigo Urkullu calificó la sentencia de "justa y contundente" y añadió que ellos siempre han defendido "un principio de tolerancia cero ante este tipo de comportamientos".

Me alegra que la dirección del PNV fije su posición de manera tan rotunda. Tal vez si lo hubiese hecho unos años antes, casos como los de la Hacienda de Irun, Glass Costa, Ibarra, De Miguel, Cearsolo, etc, no se hubieran producido o hubieran sido atajados con mayor decisión.

Probablemente, en todos esos casos se trate de conductas individuales, evidentemente reprobables. El afán de codicia es connatural el ser humano, no lo olvidemos. Sin embargo, hay casualidades que llaman la atención.

Es el caso de los hermanos Bravo Durán, Víctor y José María. Resulta curioso que el hermano mayor sea nombrado director general de la Hacienda de Gipuzkoa en 1991, tras una laboriosa carrera de méritos iniciada en la oficina de recaudación de la Hacienda española de Donostia. Su hermano José María, que trabajaba en la oficina de Errenteria, es trasladado a la de Irun en el mismo año de 1991. Tres años más tarde aprueba la oposición y en 1996 concluye la carrera de Derecho. Con el tiempo sería nombrado director de esa oficina.

En 2003, Víctor Bravo Durán deja la dirección de la hacienda guipuzcoana para dedicarse a la política, concretamente como representante en el Senado del Partido Nacionalista Vasco. Poco más tarde, en 2004, José María abandona su trabajo en la Hacienda de Irun para dedicarse a la iniciativa privada. Los dos hermanos comparten propiedades inmobiliaries y negocios, algunos de ellos ubicados en el valle del Jerte, comarca de origen de sus padres extremeños. Un de ellos, el hotel rural "Túnel del Hada" acaba de ser decomisado por la autoridad tributaria, supuestamente para cobrar parte de la deuda contraida por el señor Bravo.

Los periodos coinciden. Víctor, según se dice, era el hombre clave de la Hacienda guipuzcoana, por encima del diputado correspondiente y José María, su hermano, pudo aprovecharse de esa situación realizando las actividades ilícitas ahora condenadas.

El diputado general de Gipuzkoa ha pedido al PNV que asuma las responsabilidades políticas del caso de la Hacienda, que ha sido gobernada durante treinta largos años por militantes de esa formación. En ese sentido, conviene recordar que Víctor Bravo Durán ingresó en el PNV tras la escisión de EA, avalado, entre otros, por Joseba Egibar, actual presidente del GBB y el influyente agente inmobiliario Iturzaeta.Su hermano, residente en Urruña, llegó a ser candidato de la UMP de Sarkozy en las municipales de 2005.

2012/07/20

Crisis y oportunidad

La aguda crisis económica que padecemos, pese a que contribuye a aumentar el grado de pesimismo de la población, puede deparar algunas enseñanzas positivas. Es en momentos como el actual, en los que parece que todo se viene abajo, cuando suelen surgir oportunidades insospechadas.

Es evidente que la crisis, primero financiera, luego inmobiliaria, posteriormente bancaria y por fin, global, va para largo. No se trata de un simple constipado sino de una verdadera neumonía. Y el culpable no es el ciudadano de a pie, el trabajador, el desempleado, el inmigrante, sino el propio capitalismo. Es el sistema económico vigente, basado en la búsqueda del mayor beneficio en el menor tiempo posible, el que nos ha llevado a esta situación.

¿Qué ocurre? Que la mayoría de las presuntas soluciones a la crisis obvian esa circunstancia y se centran en intentar recomponer las estructuras enfermas del capitalismo. Los ciudadanos nos vemos inundados por conceptos etéreos como prima de riesgo, diferencial de deuda, fondo de rescate, memorandum, pacto fiscal, etcétera. Conceptos que disfrazan la verdadera naturaleza de lo que ha venido ocurriendo. En resumen, los sectores más avanzados del capitalismo financiero han nadado en un mar especulativo hasta que se han quedado sin agua. En ese momento, para evitar males mayores, han intervenido los poderes públicos, subsidiarios de aquellos, con el fin de reponer la liquidez perdida en operaciones bursátiles de alto riesgo o en el robo descarado, como ha sido el caso del sector del ladrillo.

Los culpables de la crisis son bien conocidos. En primer lugar, los grandes poderes financieros internacionales, los mercados de bolsa, las agencias de calificación y el entramado institucional que les asiste, léase FMI, Banco Mundial, etc. En segundo lugar las instituciones "democráticas" que cumplen los dictámenes emanados desde el seno de los primeros: Banco Central Europeo, bancos centrales de los estados de la UE, Unión Europea, parlamentos, gobiernos, etcétera.

Conviene recordar ahora las palabras del ex presidente francés Nicolás Sarkozy al inicio de la crisis: "Hay que refundar el capitalismo". La mayoría de lectores estimará que fue una boutade más del político francés. Nada más ajeno a la realidad. Estamos asistiendo, con notable despiste general, a una verdadera refundación del capitalismo. Un sistema económico que se reinventa a sí mismo, reventando los diques del pretendido estado social del bienestar, adelgazando hasta el mínimo soportable el sector económico público, jibarizando la sanidad, la educación y los servicios sociales comunitarios y de propiedad pública, reduciendo al mínimo el sistema público de pensiones. En fin, ampliando las bases de actuación de la economía neoliberal, desmontando lo poco que queda del antiguo estado socialdemócrata, incluidos los sindicatos de clase, y forzando una derrota histórica al movimiento obrero europeo.

Que nadie piense que una vez acabada la crisis todo volverá a su cauce. Ese es el gran error. Ya nada será igual. Sí, por supuesto que el PIB crecerá, los salarios dejarán de disminuir y se incrementarán débilmente y el desempleo se reducirá hasta límites más digeribles. Pero la operación de cirugía ejercida por los mejores bisturíes del neocapitalismo habrá dejado irreconocible al estado social del que hemos venido "disfrutando" hasta ahora.

Apuntará el lector más agudo que al inicio de este azogue hablaba de oportunidades. Las hay, es cierto. La crisis, por ejemplo, ha puesto en evidencia la fragilidad de proyectos políticos como el de la autonomía uniprovincial navarra comandada por UPN. Con la CAN desaparecida, el IVA de Volkswagen pagado por Madrid para evitar la quiebra foral y el Gobierno de Barcina en precario, se presenta una oportunidad de darle vuelta al calcetín navarrista.

A la vez, presenciamos el ascenso del bloque soberanista. Un espacio en expansión que debe convencer a la mayoría social de nuestro país de la necesidad de construir un autogobierno basado en la honradez, la ausencia de corrupción y clientelismo, el ecologismo social, el fortalecimiento de lo público sobre lo privado y la búsqueda de alternativas al voraz capitalismo que todo lo destruye.

Si Euskal Herria se dota de un bloque de progreso con vocación mayoritaria que ponga freno a tanto desmán, es posible lograr una salida a la crisis cualitativamente mejor a la de los vecinos del norte y del sur. Una salida que prime el bienestar de los ciudadanos sobre la codicia de empresarios y banqueros y ponga en lugar preferente el interés comunal sobre el afán de ganancia privado.

2012/07/11

En la duda, con Madrid

Da la impresión de que el gabinete de crisis de Sabin Etxea tiene sobre la mesa encuestas muy preocupantes. Es la única explicación para que líderes del partido jeltzale se animen a arremeter contra la izquierda abertzale como si se tratase del mismo demonio. Ya en tiempos de Arzalluz se hablaba en esos círculos de la Albania del Cantábrico como proyecto de la entonces Herri Batasuna. Ahora se tacha de estalinistas y marxistas a los de la izquierda abertzale y se hacen distingos entre Bildu y ésta. En Bildu hay buena gente, por supuesto, pero los malos de la IA van a acabar acaparándolo todo.

Con estos juegos florales, Urkullu y Egibar, Egibar y Urkullu, tratan de enmascarar su verdadera estrategia política. Una estrategia que pasa en este momento por desgastar a la izquierda soberanista y para ese fin supremo no hacen ascos a aliarse con el PP, un partido nada sospechoso de estalinista ni de marxista, como el propio PNV.

Desde amplios sectores de la izquierda abertzale se ha propiciado históricamente la necesidad de una conjunción de intereses entre los jeltzales y la propia IA. Ahí están los intentos encabezados por Txillardegi, Telesforo de Monzón o la Declaración de Bergara, intentos buenistas que nunca han llegado a Maltzaga. La tesis de que existen bases sanas en el partido jeltzale es cierta. Otra cosa es que esas bases se animen a dar el salto, cuestión harto dudosa.

Y es que resulta que la dirección de ese conglomerado nacionalista, siempre que afronta una encrucijada, acaba por mirar hacia Madrid, dejando en la estacada a quien le propone, con buena fe, una colaboración estratégica en el camino hacia el reconocimiento efectivo del derecho a decidir. Habrá que volver a recordarles, por si alguien lo ha olvidado por Alonsotegi, que Juan José Ibarretxe fue lehendakari de la CAPV gracias a los votos de los estalinistas de la IA, y que cuando ésta fue proscrita por la metrópoli, el contubernio PP-PSOE accedió a Ajuria Enea sin mayor problema.

Las pequeñas encrucijadas de estos últimos tiempos nos indican el camino que puede recorrer el PNV. En el asunto de Kutxabank, con el PP; en el asunto de la incineradora, las basuras y Alduntzin, con el PP y el PSOE; en el asunto de las relaciones privilegiadas, con Rajoy; en el asunto de la paz y la convivencia, con PP y PSOE... Podríamos seguir, pero no merece la pena.

En Sabin Etxea tienen una sola preocupación: que EH Bildu no les sobrepase en votos en las próximas elecciones al parlamento de la CAPV. Lo demás, la crisis económica, la construcción de la paz, los líos entre Urrutia y Bielsa, han pasado a un segundo plano. Saben que el sorpasso en el ámbito de las formaciones de obediencia vasca es posible. Que puede llegar en estos comicios o en los siguientes. Para evitarlo no van a escatimar medios, ya sea agitando el espantajo comunista o blandiendo la gastada tesis de Egibar de que ellos siempre tienen razón, tanto en 1975 como en la actualidad. Y es que a quien tiene a su lado la invocación del Señor de las Alturas y de las Leyes Viejas no le debe hacer falta contar los votos, por ejemplo los cosechados últimamente en Gipuzkoa.

2012/07/03

Política y contrapoder

"En nuestra opinión, no existe otros camino para la defensa de los intereses de clase que la movilización social, el reforzamiento de las organizaciones de contrapoder, la consolidación de alianzas sindicales y sociales con capacidad de propuesta alternativa y la interpelación no subordinada a la política". Este es, en resumen, el programa de acción del sindicato ELA-STV anunciado en prensa la pasada semana por su máximo dirigente Adolfo Muñoz.

Un programa que, a bote pronto, acerca ecos de organizaciones izquierdistas, incluso diría que revolucionarias. Pero que nadie se asuste, estamos hablando de un sindicato convencional, afiliado a la CES y a la CIS, y que a lo largo de sus cien años de existencia jamás ha practicado el aventurerismo, sino todo lo contrario.

Es más, si examinamos más a fondo el escueto programa, contemplaremos con más nitidez la verdadera esencia del mismo. El primer componente es la movilización social. Reciente queda lo ocurrido en la Administración de la CAPV. La espantada de ELA y STEE-EILAS fue de las que delimitan el campo de juego para próximas ocasiones. Si cuando las reformas para recortar derechos laborales se acrecientan la respuesta sindical mengua, la receta de la movilización social queda vacía.

El segundo elemento troncal que cita Muñoz es el reforzamiento de las organizaciones de contrapoder. Ante esta rotunda afirmación, habría que preguntarse cuáles son esas organizaciones de contrapoder. En un contexto general serían aquellas organizaciones que planteasen un proyecto radicalmente opuesto al actual entramado político-institucional. En el contexto de ELA, se trataría de afiliarse al sindicato, autoproclamado como de contrapoder desde la aparición del famoso ensayo de Paco Letamendia.

La tercera pata del banco que anuncia Muñoz habla de la consolidación de alianzas sindicales y sociales con capacidad alternativa. Las buenas intenciones se demuestran andando, haciendo un camino conjunto. Hace medio año que el propio Muñoz dio por rota la unidad de acción con LAB en base a confusas razones socio-políticas, relacionadas con la llegada de la izquierda soberanista a las instituciones. Repetir el mismo discurso de siempre, cuando la práctica cotidiana es la contraria, acaba por convertirlo en hueco.

La dirección de ELA, desde los tiempos de Elorrieta, ha mantenido en primer plano de su acción político-sindical el mantra de "ETA sobra y estorba". Curiosamente, apenas dos meses después del anuncio de cese de la actividad armada de la organización clandestina, el sindicato mayoritario decide acabar con la conjunción de fuerzas con LAB.

Sostiene Muñoz como cuarto eje vertebrador de su programa de acción la interpelación no subordinada a la política. El mensaje es claro y, además de nítido, presenta un tinte reaccionario. La traducción para que todo el mundo lo entienda es que ELA contempla la crítica a las instituciones sin tener en cuenta quien las gestiona. Para Muñoz no existe diferencia apreciable entre PNV, PSOE, PP y Bildu, por tanto hay que desacreditar a todos por igual.


Quien esto dice es la misma persona que ha defendido con insistencia, desde la secretaría general de su central, la necesidad de puesta en marcha de un proceso soberanista, de una acumulación de fuerzas, una vez que ETA se retirara de la escena. Todo el mundo sabe que esa agrupación de agentes soberanistas se llama Bildu-Amaiur, y que sus componentes coinciden en su programa político con lo que dice defender ELA. Entonces, ¿a qué estamos jugando? ¿Con quién quiere hacer ese proceso el sindicato mayoritario? ¿Quiere, verdaderamente, llevarlo a cabo?

Lo del tinte reaccionario viene a cuento porque, de forma soterrada, se puede vislumbrar un desprecio hacia la política, como si esta fuera algo negativo en sí mismo.Un desprecio que ya sostuvieron en su momento los llamados "eladios" y que ahora parece entroncar con posturas defendidas desde los colectivos autodenominados "indignados". La creciente tendencia de ELA a rehuir la política, abandonando,  por ejemplo, espacios de participación en diversos organismos institucionales, puede deberse a la frustración por no sentirse identificada con ninguna de las grandes ofertas que se disputan la representación democrática en este país. Es una postura legítima, pero de ahí al nihilismo político solo va un paso.