Patxi Zabaleta, líder de Aralar. www.noticiasdenavarra.com |
Entre los perdedores del pasado 22M resalta la decisión de Hamaikabat de no volver a concurrir a otros comicios. Su creación, dicen ellos mismos, ha podido traer más inconvenientes que ventajas al nacionalismo institucional que proclaman. Un nacionalismo basado en ocupar despachos y arremeter, día sí y día también, contra la "izquierda radical", que en el lenguaje se parecen como dos gotas de agua a Iñigo Urkullu, paisano encartado. Sabia decisión, la de Hamaikabat.
Ezker Batua, en trance de descomposición a base de intrigras y puñaladas varias, es menos batua que nunca y en otoño, se dividirá con toda seguridad en dos. Una menos sucia ligada a la IU de Cayo Lara y otras más casposa, con aspiraciones soberanistas. Las dos, presiento, camino de la inanidad política, pese a algunos militantes esforzados.
A Aralar, en cambio, no se le puede incluir en el capítulo de los perdedores, dado que bajo la sigla de NaBai 2011 (en coalición con PNV e independientes) ha cosechado un importante resultado en Nafarroa Garaia, especialmente en la capital Iruñea, que compensa, en parte, su debacle en la CAPV. El avance de su documento político para el congreso que celebrará en octubre no aporta muchas novedades en lo filosófico, resultando una reafirmación de las ideas históricas profesadas por su líder Patxi Zabaleta. En pocas palabras, una izquierda abertzale abierta, plural, civil, soberanista, que distingue los tres espacios jurídico-administrativos en que se divide hoy por hoy el país y que adolece de una falta de nervio en materia social, en la pata socialista de su ideario, demasiado proclive al centro, según observo.
Donde sí que trae novedades la ponencia de Aralar es respecto a su política de alianzas a corto y medio plazo. Coalición con Bildu en la CAPV, coalición Nabai-Bildu para la CFN y gran coalición por el derecho a decidir para el senado español, con el PNV y Bildu. Aparte de la bondad o no de la propuesta, ésta da a entender que Aralar sigue ocupando un papel central en la política de alianzas en Hego Euskal Herria, lo que no es del todo cierto. Las últimas elecciones han confirmado un dibujo con cuatro grandes fuerzas: PNV, Bildu, PSOE y PP-UPN, en el que Aralar sería, en todo caso, un fragmento del espacio Bildu-izquierda abertzale.
Sobrevalorar las propias fuerzas es un error importante en política. En el tiempo anterior, con la izquierda abertzale proscrita a sangre y fuego, Aralar acumuló una cierta fuerza, en parte prestada. Ahora ha perdido esa adherencia y es muy probable que no la pueda recobrar en el futuro. Si a las próximas elecciones concurre en solitario puede obtener un resultado muy pobre, lo que intenta evitar a toda costa. Pero la diferencia en respaldo electoral con Bildu es tan notable que, pretender acudir de igual a igual a los comicios parece un brindis al sol.
El camino futuro de Aralar, y así lo apuntan también en su escrito, depende en mayor medida de la refundación de la izquierda abertzale, una vez que Sortu pueda convertirse en formación legal. Ahí se abriría un periodo de debate en el que podrían participar, desde sus propias realidades, Abertzaleen Batasuna y Aralar. Sin embargo, a corto plazo, la coalición que plantea el partido de Zabaleta se me antoja inviable con ese formato. Otra cosa es que Aralar se uniese a la coalición Bildu como otro socio más, junto a EA, Alternatiba e independientes abertzales y socialistas, pero queda poco tiempo para operaciones tan complicadas.
La apuesta publicada por Aralar, además, ha logrado mover pieza en Nafarroa Garaia, donde los llamados independientes de NaBai 2011, encabezados por Uxue Barkos y José Luis Mendoza, empiezan a ver las orejas al lobo, o sea, a Bildu. Acérrimos enemigos de cualquier entente con la izquierda abertzale mayoritaria, estos independientes pretenden mantener a toda costa el espíritu vasquista y progresista de la coalición navarra, agrupándose en torno a un colectivo-partido que se llamará Zabaltzen. El asunto es que si Aralar plantea ir junto a Bildu en las elecciones, ellos puedan acudir a las mismas junto al PNV en un polo que vaya a representar en el futuro una opción abertzale de centro para Nafarroa Garaia, alejada de la órbita de la izquierda abertzale. Una especie de NaBai sin Batzarre, sin EA y sin Aralar, o sea, otra cosa.
A mí me parece estupendo que las gentes independientes de NaBai se organicen y defiendan sus postulados a cara descubierta. Nunca he creído en la viabilidad de una única opción abertzale en la Alta Navarra, desde el PNV hasta la izquierda abertzale que ellos apellidan "radical". Un decantamiento en NaBai, entre PNV y Zabaltzen por un lado, y Aralar por el otro, junto a Bildu, puede ser clarificador y sumar más apoyos populares, que la opción de ir todos bajo un mismo cartel electoral. En todo caso, los próximos dos o tres meses serán decisivos en la conformación del próximo mapa de aspirantes a las elecciones. Dependiendo de si hay adelanto o no de la fecha, puede que se den sorpresas.
PD: Tras tantas elucubraciones preelectorales, conviene tomarse un respiro, que el otoño va a ser movidito. Volveremos en septiembre, con más ánimos, si cabe.