El reverendo unionista Ian Paisley, líder octogenario del Partido Democrático Unionista (DUP), ha basado toda su militancia política en decir "no". Todo lo que se le ofrecía era deleznable, demoníaco, terrorista. Dijo siempre "no" a hablar con los republicanos; dijo "no" a los Acuerdos de Viernes Santo; ha seguido diciendo "no" al entendimiento para construir un gobierno autónomo de concentración.
Pero incluso estos personajes tienen su día malo. Siempre que IRA o Sinn Fein daban un paso en el proceso de paz, Paisley buscaba alguna disculpa y exclamaba: "no , todavía no, es insuficiente, los terroristas intentan engañarnos con maniobras". La paciencia de los republicanos, encabezados por Gerry Adams y Martin McGuinness ha logrado, al fin. vencer las últimas resistencias del reverendo y de su movimiento unionista y ultraprotestante.
Ha cambiado su discurso. Ha dejado de mirar al pasado, a las víctimas del IRA, al sufrimiento padecido por muchos de los suyos (que también los ha habido), y ha mirado al futuro, ha pensado que merece la pena pensar en la vida de los niños del norte de Irlanda, sean unionistas o republicanos de familia, y apostar por un gobierno de unidda que se preocupe de una vez de la vida cotidiana de los irlandeses de los seis condados. Es cierto que parte de la culpa del ablandamiento de Paisley y los suyos se debe al miedo atroz que tenían a dejar que Dublín, (junto a Londres) tuviera algo que ver en la gestión del gobierno autónomo. Amenaza respaldada por Tony Blair y Bertie Ahern que padece haber surtido efecto, junto al nuevo maná en forma de miles de millones en ayudas que llegarán en los próximos meses.
El propio proceso ha reforzado el papel de las dos fuerzas que mejor han sabido representar a sus comunidades, DUP y Sinn Fein, debilitando a las que adoptaban posiciones menos nítidas, como el UUP de David Trimble y el SDLP de David Hume. Sin embargo, sería de necios marginar a estas dos formaciones, que siguen contando con amplios apoyos entre protestantes y republicanos, respectivamente.De hecho, tendrán su cuota de representación en el gobierno que se conforme el próximo 8 de mayo.
Cuando se van a cumplir nueve años de los Acuerdos de Viernes Santo, lo que parecía imposible se ve factible. Ahora queda confiar en que en nuestro caso. el de Euskal Herria, se vayan dando pasos en la misma dirección. Son muchas las cosas que nos separan de Irlanda, otras muchas nos acercan, pero la presencia de "doctores no" es común. Tal vez sea una buena señal, quien sabe.
Irudia: The Guardian
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