2008/07/18

Crónica de ausentes

Argazkia: Paki Kamino Aizpurua

Joxerra Bustillo | periodista de EGIN

Esta mañana me he bajado en el apeadero de Hernani para acercarme a pie, por el camino de Osinaga, al polígono Eziago, donde duerme un diario al que no le dejaron cumplir 21 años. Hacía sol y por la orilla izquierda del asfalto he alcanzado el puente de madera sobre el Urumea, que tantas veces crucé para ir al trabajo.

La papelera de Zikuñaga no es la misma, ha crecido muchísimo, y rodeando sus instalaciones he llegado hasta el pabellón que albergó EGIN. Daban las once y media de la mañana y dos operarios se apresuraban para sacar del edificio un grupo electrógeno, meterlo en una furgoneta, y largarse rápidamente. Vete a saber que habrían estado haciendo allí dentro.

Las zarzas y la maleza cubren la fachada del edificio y en un contenedor que descansa en la parte delantera ha crecido un arbolito. El abandono es patente. Viendo la cara exterior puedo imaginarme como estará el interior de las instalaciones, las mesas de la redacción, las carpetas con fotografías que colgaban de los armarios, la propia rotativa... Lo único que reluce en todo el paisaje descuidado por el administrador judicial es la caseta que alberga al guarda de seguridad, recién estrenada parece.

Pero no es esta una crónica para la nostalgia, sino para el recuerdo. Según caminaba hacia EGIN me iba acordando de los ausentes, que son muchos, y mientras esperaba la llegada de la caravana de coches que salió de Martin Ugalde Parkea contaba muertos, enfermos, presos... Ya sé que se me olvidarán muchos, pero al menos lo voy a intentar.

De Xabier Galdeano sé lo que me ha contado Juan Mari Arregi, en persona y en sus artículos. Fue uno de los pioneros, junto a José Luis Elkoro, al que saludé el sábado, alegre como siempre, en medio de la adversidad y aquejado por la enfermedad. A Josu Muguruza le recuerdo con su flequillo imposible escribiendo un sábado por la tarde su crónica semanal de política que salía los lunes, compensando tanto y tanto deporte. De Ina Zeberio, guardo el grato recuerdo de verla en la cocina, siempre animosa y el momento en que nos tuvo que dejar para dedicarse a otras tareas. Su muerte nos sobrecogió a muchos.

Y cómo no acordarme de Joserra Goikoetxea Ardotxi, compañero del alma en las páginas de laboral, siempre quejoso, pero batallando al lado de los trabajadores, escribiendo las últimas gestas de nuestra clase obrera. ¡Ay, esas son palabras mayores! Los debates en Epele con él y con Silver Arregi, intentando arreglar el país, menudos tiempos. De Manu Aranburu podría escribir mucho, pero no tengo espacio. Le conocí cuando estaba de abogado en LAB, luego como gerente y también en Gaindegia. Manu siempre aportaba, siempre era positivo y nunca se rendía ante la dificultad, por muy grande que ésta fuera. ¡Qué accidente tan estúpido!

A Andoni Murga le conocí en el pequeño piso de Barakaldo que hacía de redacción de Ezkerraldea, en la calle Pormatxeta. Hacía sus primeros pinitos escribiendo crónicas de balonmano. Allí conocí también a su padre, Patxo, que a veces venía a recogerle. Ahora están los dos encarcelados, al igual que Isidro Murga, tío y hermano, laudiotarra de pro, siempre con el EGIN en la cabeza. Y de ese mismo pueblo, que algo conozco, Pablo Gorostiaga, que debía ser alcalde perpetuo del mismo y sin embargo lo tenemos preso en Burgos. Con Andoni nos quitaron de la redacción de Hernani a otro vizcaino, Fernando Alonso, que me llevó en su viejo citroën a Urnieta, para conocer el pueblo en el que vivo desde hace 15 años. Le conocí en la redacción de Bilbao, cuando empezó a colaborar en el equipo de investigación. Allí trabajó también, siguiendo lo que acontecía en el Ayuntamiento bilbaino, Josune Saiz, que empezó de corresponsal en Portugalete para la edición de Ezkerraldea, y que murió en plena juventud.

eg10

Argazkia: Jon Urbe

Pese a todos los pesares, también me acordé esta mañana de Ramón Uranga, de aquellas asambleas multitudinarias en los primeros noventa, tiempos agridulces, recuerdos que no sabes bien como domesticar. Y que decir de Pepe Rei, aquellas comidas de los sábados en el Txintxua, frente a la papelera, o escondido en aquella especie de zulo que hacia de redacción de investigación o cuando te llamaba a Barakaldo para pedir una crónica de deportes que se antojaba imposible.

A Teresa Toda la conocí cuando aterrizó en Bilbao, meses después del atentado del Hotel Alcalá en el que murió Josu y resultó malherido Iñaki Esnaola. Luego coincidimos en la redacción de Hernani y en Urnieta, de la que somos vecinos, aunque ella esté ahora presa en Salamanca. Jabier Salutregi me cambió la vida cuando me llamó para decirme que iba a ser jefe de economía. Dejé Bilbao por Gipuzkoa y hasta puede que haya salido ganando. Es tan majo Salu que en vez de contestarte las cartas, aparece en persona con la respuesta.

Y me olvidaré de muchos más, de Iñaki Gonzalo Kitxu, otro vizcaino que enredaba por la radio; de Carlos Trenor, abogado laboralista, ahora preso en Puerto; de José Ramón Aranguren, valioso ejemplo a seguir, informador de lujo para la sección; de Xabier Alegria, Josean Etxeberria, Manuel Intxauspe, Jesús Mari Zalakain...

Aquellos cuatro locos que nos juntamos un buen día a comer, para ver la forma de que el décimo aniversario del cierre de EGIN no pasase desapercibido, podemos darnos por satisfechos. Con la lectura del manifiesto delante de la sede central del diario hemos dado por concluida esta etapa de reivindicación de la trayectoria de un periódico y una emisora de radio y de la libertad de expresión en su sentido más amplio y hermoso. Sin cortapisa alguna, como debe ser.

Permitirme que agradezca, en nombre del grupo, a todos los que han echado una mano su generoso esfuerzo y a los medios de comunicación que nos han hecho un poco de caso, eskerrik asko. Nos seguimos viendo en el blog.



[Texto publicado en el blog de ex trabajadores de Egin: http://egin10.info]

2008/07/09

Bergaminianas/6

51/ Aquel joven político tenía tanta química con los empresarios que alcanzó la presidencia de Petronor sin manejar un solo polímero.

52/ Guggenheim: El arte se humaniza abriendo franquicias por doquier; por do quiere el mecenas neoyorkino, claro está.

53/ Héroe por accidente: Le encomendaron encabezar un proceso soberanista y se entretuvo gobernando su pareja de bueyes.

54/ ¿Tendrá algo que ver el desarrollo endógeno de nanotecnologías con la enanez intelectual de la clase política?

55/ ¿En que se parecen Lemoa, Añorga y Olazti? En ser capitales del cemento, al parecer la única materia gris de la que podemos presumir.

56/ Poder de concentración: La ilusión del bosque perdido se somatiza en el bonsai de la maceta.

57/ Bilbao Exhibition Center, Eroski City, Think Gaur 2020, World Café, BBK Live, Athletic Club... ¿Habrá sido el inglés la lengua de nuestros ancestros?

58/ En el principio fue la mano, luego llegó la pelota y el frontón cerró el círculo. Muchos años después, apareció por allí Mikel Goñi.

59/ Era un opositor al TAV tan concienciado que acudía a todas las manifestaciones contra el proyecto... (en su todoterreno 4x4).

60/ Progreso: Los romanos rodeaban la montaña para trazar la calzada. Los ingenieron destrozan la montaña para trazar la autopista.

2008/07/05

Cada uno en su sitio

foto: www.lne.es

El nombramiento de Josu Jon Imaz como presidente ejecutivo de Petronor no es una broma. Ni siquiera un chiste malo. Se trata de la confirmación, una vez más, de algo que todos sabemos. En este país existe una tupida maraña de intereses político-empresariales que conecta directamente con Sabin Etxea. Ya sea mediante empresas como Euskaltel o BBK, ya sea por medio de Iberdrola o Gas Natural, lo cierto es que destacados personajes del nacionalismo tibio encuentran acomodo en los consejos de administración de grandes empresas sin mover una ceja.

Todos conocemos casos como los de José Antonio Ardanza o José Alberto Pradera, recompensados, tras sus servicios en la primera línea política, con golosos puestos y espléndidos honorarios. Sin embargo, puede que en el caso de Imaz las cosas sean aún más retorcidas y la operación esconda algo más. Y es que el salto de la política a la empresa lo ha dado en muy poco tiempo, tal vez mediante un engrase catalán. Ya se sabe que Imaz y Artur Mas son grandes amigos y que CiU tiene grandes intereses en empresas de largo aliento como Repsol, Gas Natural o La Caixa. Imaz ha jugado un activo papel en proyectos de fusión del sector energético, en especial en relación aI Iberdrola, así como en la operación de compra de Scottish Power por la eléctrica bilbaina.

Pero aún hay más. El aterrizaje de Josu Jon Imaz en Petronor, una empresa que está absolutamente controlada por la multinacional española Repsol y cuyo perfil vasco debe consistir en lo de Petróleos del Norte, había estado precedido de la llegada a la misma, como jefe de comunicación, de Luis Alberto Aranberri Amatiño. Para quien no lo conozca, hay que decir que Amatiño es un periodista jelkide de larga trayectoria, que ya acompañó a Imaz en la consejería de Industria de Lakua y en Sabin Etxea. Ha sido concejal en su Eibar natal, encabezando la lista del PNV, y conoce muy bien las entretelas de la política vasca.

Otra cuestión a considerar es que en estos momentos Repsol-Petronor aborda un proyecto de ampliación de sus instalaciones de Muskiz y Abanto, con el fin de añadir a las misma una planta de coke. Un proyecto que ha sido muy criticado por los vecinos de la zona, cansados de vivir al lado de semejante complejo petroquímico, el segundo del Estado español. Ahora bien, la agenda de contactos de Imaz puede que sirva para allanar el camino a la ampliación de las instalaciones, ya que, como ha señalado su antecesor en el puesto, conoce muy bien el tejido económico y social vasco. Vaya que si lo conoce.

Al final, el tiempo pone a cada uno en su sitio. A Joseba Arregi en el PSOE y a Josu Jon Imaz en Petronor. Puede seguir esforzándose haciendonos creer que su dedicación principal es "hacer país", pero nosotros sabemos perfectamente que su mayor preocupación vital es engordar el bolsillo y dotarse de un saneado patrimonio, gracias a las relaciones tejidas en 13 años de dedicación a la alta política.

Con razón se queja ahora Arzalluz de que el de Imaz es un mal ejemplo para los jóvenes. La pena es que cuando él estaba al frente del partido no parece que hizo demasiados esfuerzos en segarle la hierba a toda esta generación de egitxus, convertidos hoy en día en ejecutivos agresivos al servicio de un nacionalismo de corto alcance. Urkullu, Bilbao, Ortuzar... son de la misma pasta que Imaz y para todos ellos la palabra consulta antes les remite a echar una ojeada a su cuenta corriente, que a la idea de un referéndum por la autoderminación.