2011/06/30

Separatistas

¡Mueran los separatistas! era una exclamación muy conocida en la infancia. Era un grito de guerra de los falangistas referido a los vascos. En aquellos tiempos, claro está, la coalición Bildu no existía. Ahora que existe, los separatistas son ellos.

Hablamos de cultura, de capital cultural, de Donostia. Y hablamos, no porque a mí me vuelva loco el invento de la capitalidad, que va a ser que no, sino por los derivados político-mediáticos de la historia. Y hablando de cultura, habrá que recordar que en la autodenominada piel de toro, sí, la misma de la Enciclopedia Alvarez, persiste una cultura soterrada, intransigente, antivasca, que aflora en momentos puntuales, con gritos contra los jugadores del Athletic o la Real en esos campos de la meseta o a la hora de otorgarle a Donostia la capitalidad cultural.

Es una cultura made in Millán-Astray, primitiva, sedicente, que ahora se ha puesto por montera el ex ministro y actual alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, acompañado en el tercio de varas por la ministra y ex alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar. Resulta que un jurado internacional, con seis representantes nombrados por el Ministerio español de Cultura, ha designado a la capital donostiarra como ciudad cultural europea 2016. Por méritos propios y a pesar de contar con un alcalde de Bildu, elegido por la mayoría de los ciudadanos del municipio, por cierto.

Resulta que Belloch y Aguilar, apostaban por sus ciudades para semejante honor. Resulta que sus compañeros del Ministerio de Cultura se han pasado sus presiones, que, conociéndolos, habrán sido de peso, por la entrepierna. Resulta que estos dos políticos de segunda fila no saben perder y mezclando impunemente churras con merinas, intentan ahora que se repita la votación para salvar sus mezquinos intereses.

Como no disponen de argumentos, utilizan la frase gruesa contra Bildu, Donostia y Euskal Herria en general. No pueden aceptar que en una movida organizada por España gane una ciudad vasca. Su subconsciente les delata. Es igual al odio profesado por tantos españoles al Barça, al que no consideran equipo español. Llevan razón, no lo es, al igual que Donostia no es España. Pero en el pecado llevan la penitencia, porque en lugar de aplaudir la nominación, argumentando que Donostia será en 2016 el rompeolas de España, como hace el aristocrático "Abc" todos los años, se emperran en denigrar un proceso en el que Donostia ha logrado superar a la Córdoba del Califato y la Mezquita y a la Zaragoza de la Pilarica y Agustina de Aragón. Ahí es nada.

Tienen tan bajo nivel, disponen de mecanismos mentales tan poco desarrollados, que desprecian a compañeros de partido como Odón Elorza, artífice de la nominación. Lo único que les mueve es el ardor guerrero que abraza a "La Roja", "La Rojita", el flamenco, los toros y Fernando Alonso como estandartes de la patria española una e indivisible.  Una patria decadente, la España de Frascuelo y de María que describiera con su acerada pluma Antonio Machado.

Al final, cuando el alcalde independentista de Donostia acude a Madrid a defender la candidatura donostiarra, al llamado Museo del Traje, acompañado del ex alcalde Elorza, en un acto de convivencia cultural y política digno de aplaudir, ellos se retratan como los separatistas que son. Bildu no es sino la disculpa de su profundo rencor contra lo vasco, contra el euskara, contra un pueblo que no es el suyo. ¿O acaso temen que para 2016 Donostia sea la capital cultural de una Euskal Herria soberana?

Beste iritziak:

2011/06/27

Absolución

Imagen de la vista oral. www.gara.net
El juicio que ha arrancado hoy en la Audiencia Nacional española pertenece al pasado de este país. No tiene nada que ver con su futuro. Representa la cara más oscura del régimen jurídico-político español encarnado en las figuras complementarias de los jueces Baltasar Garzón y Angela Murillo. Es la vista oral de un juicio que  nunca se tendría que haber celebrado. De un sumario que debió ser archivado nada más ser abierto. En realidad ni siquiera debió abrirse.

Lo que ocurre es que España funciona así. Por impulsos políticos que emanan desde el poder y los satélites que orbitan a su alrededor. El Ministerio de la Gobernación y sus servicios de inteligencia (sic) detectaron en el año 2009, violando el derecho a la intimidad de los encausados, movimientos políticos en los que se adivinaba un cambio de estrategia de fondo en la izquierda abertzale. Aún eran incipientes y por tanto, podían ser objeto de una operación represiva con el fin de abortarlos, antes de que prendiesen en el corpus de la izquierda independentista. La Audiencia Nacional, el brazo tonto de la justicia al servicio del titular de Gobernación, propició la entrada de las fuerzas policiales en la sede de LAB en Donostia, lugar de encuentro de algunos de los ahora juzgados.

El Gobierno Zapatero, en su afán de venganza por el fracaso del anterior proceso de diálogo, no tuvo empacho en cargarse el incipiente movimiento estratégico, para seguir apostando por la vía represiva, por la mano dura para ahogar las ansias de independencia del pueblo vasco. Con lo que no contaba Alfredo Pérez es con la capacidad de resistencia de esa izquierda independentista, la cual, pese a ver encarcelados a algunos de sus militantes más preciados, y no hablo solo de Otegi y Diez Usabiaga, supo mantener la apuesta. Y no solo eso. Supo extender el movimiento, con las dificvultades que entrañaba, y hacerlo en tiempo y forma.

La estrategia fundamental de Pérez Rubalcaba ha fracasado. Y él lo sabe. Fracasó el día en que el Tribunal Constitucional, por un solo voto, permitió que Bildu se presentase a las elecciones y obtuviese 325.000 votos, la Diputación de Gipuzkoa y 120 alcaldías. Pérez Rubalcaba intenta ahora, como candidato de su partido a La Moncloa, amenazar a Bildu. También fracasará. Sabe que ha sido un mero peón del sistema para retrasar lo que todo el mundo sabe. Más temprano que tarde el pueblo vasco tendrá ocasión de decidir democráticamente su futuro. Como pronto lo hará el pueblo escocés, como ya lo hizo en su día el pueblo de Québec, como tantos y tantos pueblos del mundo lo han hecho y lo harán.

Mantener en prisión, por hacer política, a Miren Zabaleta, Sonia Jacinto, Arkaitz Rodríguez y Arnaldo Otegi es un escándalo democrático de primer orden. Juzgarles a ellos y a Rafa Díez Usabiaga, Mañel Serra, Amaia Esnal y Txelui Moreno es un despropósito. Todo el mundo sabe que ellos fueron piezas importantes en la que hoy es diáfana apuesta independentista por las vías pacíficas y democráticas. No se trata tanto de vencer como de convencer, de acumular fuerzas, plurales y complementarias, en una dirección que convenza a la mayoría de la población de este país, sin injerencias de ningún tipo. Así de sencillo y así de complicado al mismo tiempo.

Y la única salida aceptable para este juicio, que se va a volver contra los que impulsaron aquella operación represiva, es la absolución de todos y cada uno de los encausados. Porque su único delito ha sido luchar políticamente por una estrategia pacífica y democrática. Porque los necesitamos en las calles y en los centros de trabajo de Euskal Herria. Por los queremos en casa. Absolución.

Estekak:

2011/06/22

Conflicto-adictos

Un mes después de las eleccciones locales y forales se puede confirmar que el nuevo tiempo político tiene su puerta anteabierta. Un soplo de aire fresco ha llegado a las instituciones de la mano de Bildu, y el mejor ejemplo es la decidida actuación por el cambio del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Donostia, con Juan Karlos Izagirre a la cabeza.

Sin embargo, y como no podía ser de otra manera, las fuerzas retardatarias que operan en nuestro país han movido ficha desde el primer día, intentando ensuciar el potente caudal político que ha sumado la coalición soberanista de izquierdas en los comicios. En la configuración de las corporaciones municipales utilizaron los altavoces mediáticos con que cuentan para amplificar hasta el absurdo los "incidentes" que se produjeron en Elorrio y Lizartza. De los "no incidentes" que se dieron en el resto de los lugares, ni mención. De hecho, el singular concejal popular de Elorrio se paseado por los platós de todas las televisiones españolas con aires de nuevo héroe contra la barbarie de los vascos irredentos. Le han concedido entrevistas como si de un mandatario internacional se tratase. El señor Ares, al parecer, ya le ha ofrecido un puesto en su departamento autonómico de Gobernación.

Otro de los hilos de los que tiran esas fuerzas empecinadas en que nada cambie, porque les va muy bien así, es de las víctimas, de ETA claro está, utilizando a familiares de algunas de ellas como punta de lanza de las criticas políticas a Bildu, papel que en ningún caso les corresponde. Paralelamente, destacados columnistas de la prensa local y de la madrileña, se empeñan en expandir la idea de que la derrota de ETA va por mal camino, debido a los cientos de miles de votos cosechados por Bildu, circunstancia que aleja el escenario final que a ellos les encantaría contemplar. Sostienen además que ETA sigue ahí, agazapada, a la espera de su momento.

Blandir el señuelo de ETA, cuando la organización clandestina se encuentra en tregua permanente, confirmada incluso por los lobbys empresariales, es una maniobra, cuando menos, irresponsable. Como no hay atentados, ni kale borroka, ni incidente que inflar, aventan sin pudor el supuesto drama de los concejales de Andoain de PSOE y PP, que no pueden estar acompañados de sus escoltas dentro del edificio consistorial. Esa es la gran prueba del nueve de la maldad intrínseca de Bildu, personificada en la alcaldesa Ana Carrere.

El problema es que decisiones semejantes han sido implementadas anteriormente en otros ayuntamientos e instituciones por alcaldes de PNV y PSOE, sin que nadie se haya llevado las manos a la cabeza. Tal vez ha habido una falta de tacto en las formas, pero en el fondo la decisión municipal es impecablemente democrática. La ley está de parte de la alcaldesa y por ese mismo motivo el ministro/candidato Rubalcaba anuncia ahora que cambiará la ley de forma urgente. El cántabro no quiere que se le escape ningún voto por la derecha, los de izquierda los ha dado por perdidos hace mucho tiempo.

En el fondo, de lo que se trata con el lanzamiento mediático de estos temas, en sí mismos insustanciales, es de mantener una cierta tensión político-informativa en un país que camina con paso firme hacia otro estadio politico en el que, por ejemplo, el derecho a decidir no sea un tabú, sino una práctica real de la ciudadanía. La llegada de Bildu a 120 alcaldías no ha supuesto la hecatombe que ellos habían pronosticado e intentan sacarse la rabia, que esa circunstancia les produce, componiendo titulares tan graciosos como el de La Gaceta: "ETA ya tiene alcalde en San Sebastián". Está claro que quieren seguir aferrados al "conflicto" hasta la eternidad. 

Un alcalde que, por cierto va a viajar a Madrid, a defender la capitalidad cultural de Donostia, acompañado del ex alcalde del PSOE, Odón Elorza, en un gesto de normalidad institucional que desbarata la línea de flotación de la alianza de conflicto-adictos engrasada por la conjunción mediática española.  

2011/06/17

¿Proyectos estratégicos?

Foto: www.peperibas.com


"Los llaman estratégicos y no lo son". Ese sería el eslogan de moda de los Indignados aplicado a ciertas planes de infraestructuras que se ponen sobre la mesa ante el temor de que Bildu presida la semana que viene la Diputación de Gipuzkoa. Nada más saberse los espléndidos resultados de la coalición soberanista, una pléyade de medios y analistas, sacaron a relucir el puerto exterior de Pasaia, la ampliación del aeropuerto de Hondarribia, la planta incineradora de Zubieta o el TAV como asuntos estratégicos que no se podían cuestionar.

Es muy curioso que la consideración sobre si una determinada infraestructura es estratégica o no lo decida quien ha perdido con rotundidad las elecciones, o quien nunca se ha presentado a los comicios, o el diario de mayor tirada en el territorio. En estos temas conviene asesorarse de los expertos, como ese centenar que esta semana ha dicho que lo del puerto exterior de Jaizkibel es un despropósito y no tiene justificación económica, ni medioambiental, ni social. También hay que tener en cuenta a las instituciones afectadas, en este caso la diputación guipuzcoana, los ayuntamientos de la zona y los gobiernos vasco y español. Por cierto que este ultimo emitió hace unos meses un informe muy poco favorable al proyecto.

En último término, si la cosa se pone complicada, se puede recurrir a la opinión del pueblo, a los ciudadanos, que en una consulta darán y quitarán razones. Es lo que se llama democracia participativa. Por lo tanto, quienes legítimamente defiendan el proyecto de puerto exterior de Pasaia, deberán convencer a las instituciones y a los ciudadanos de la bondad del mismo. Es así de sencillo. En ellos recae la carga de la prueba.

Lo que no vale es mantener en el tiempo campañas mediáticas para favorecer la creación de un clima de opinión favorable a la infraestructura, como si los ciudadanos fueramos menores de edad. El lobby empresarial e institucional que está detrás de ese proyecto no ha conseguido hasta ahora convencer de la necesidad del mismo, pese a manipular a su antojo bastantes de los datos referentes a las cifras del puerto. Aunque es cierto que cada día que pasa pierden apoyos. Basta con seguir algunos foros de internet del entorno jeltzale para comprabarlo.

Es más, aunque la obra fuera rentable económicamente, que no lo es, deben pesar más los argumentos medioambientales para no realizarla, sobre todo si tenemos en cuenta la existencia de dos grandes puertos a muy pocas millas de Pasaia, los de Bilbao y Baiona. Y no entro en la calidad de la mercancía que se transporta por esta instalación, en buena parte chatarra, que puede caer en mínimos en un futuro próximo si tenemos en cuenta lo que está ocurriendo en el sector siderometalúrgico mundial, cada vez más en manos asiáticas.

Vuelvo al inicio. Abordar el proyecto de puerto exterior en Pasaia no es estratégico, ni para Gipuzkoa, ni mucho menos para Euskal Herria. Supone una ingente inversión que nunca será rentabilizada y una agresión irreversible al medio que no nos podemos permitir. La única razón que puede justificar llevar adelante la obra es precisamente esa, la obra en sí, que otorgaría beneficios millonarios a ese lobby arriba citado. Ese es el verdadero sentido estratégico, bien escondido, del proyecto. Engordar las cuentas corrientes de algunos.

Pero es que además, este país no puede seguir centrando en el cemento sus planes de inversión a futuro. Debemos invertir más en conocimiento, en nuevas tecnologías, en mejoras de nuestro saber hacer industrial. Es imprescindible fortalecer nuestro sistema educativo, desde infantil hasta la universidad. Y es imprescindible que conservemos los pocos espacios naturales que han conseguido salvarse de la ola desarrollista del hormigón.


Beste iritziak:

2011/06/14

Cuestión de estilo

Mesa de las Juntas de Bizkaia. [deia.com]
La configuración de las mesas de las Juntas Generales de Bizkaia y Gipuzkoa ha ofrecido una interesante lectura sobre cuestiones de estilo. En ambas cámaras forales hay una fuerza que ostenta 22 asientos, en Bizkaia EAJ-PNV y en Gipuzkoa Bildu. Pues bien, mientras en la primera el partido jeltzale ha hecho uso de su mayoría para asegurarse tres de los cinco puestos en la mesa, en la segunda, Bildu ha ocupado la presidencia, por ser la fuerza mayoritaria, permitiendo que el resto de fuerzas, cuatro en este caso, estén presentes en el órgano de gobierno de las Juntas. Incluso Aralar, con una sola juntera, estará en la mesa.

La fotografía puede no pasar de la anécdota, pero puede apuntar talantes y estilos de cara a los próximos tiempos que se avecinan. El PNV ostenta la supremacía política en Bizkaia desde 1979 y es entendible que se obstine en seguir manteniendo su hegemonía. Sin embargo, debería tener en cuenta que también ha sido, en su día, primera fuerza en Gipuzkoa, y ahora mismo no lo es ni de lejos.

Es posible que el PNV continúe dominando la escena vizcaina durante los años venideros, pero también puede ocurrir que la pierda en un futuro no muy lejano. Si ha perdido Bermeo, Sopela o Zalla y está en Gernika lejísimos de Bildu, nada se puede descartar. Todo dependerá de cómo aborde su práctica política y, por supuesto, en cómo lo haga Bildu.

En cuanto a los pronunciamientos de los voceros de PP y PSOE sobre la composición de ayuntamientos y diputaciones, son de tan bajo nivel dialéctico que casi es mejor no comentarlas. Sin embargo, hay una cuestión que sí es necesario remarcar. Las alcaldías obtenidas por Bildu no son fruto del trato de favor del Tribunal Constitucional español, ni mucho menos de la errática política jeltzale. Son fruto, simplemente, de los cientos de miles de votos ciudadanos que han respaldado sus candidaturas.

Ellos, PP y PSOE, que acostumbran a autodenominarse como demócratas, dejan entrever el pequeño problema que sufren a la hora de reconocer el resultado que las urnas han deparado. Legalizado a ultimísima hora, confeccionadas sus listas con gente inexperta, "no contaminada", Bildu ha cosechado un resultado brillante en los cuatro territorios históricos del sur vasco. Nadie les va a pedir a PP y PSOE que reconozcan el hecho, pero al menos podían quedarse callados y asumir, de una vez, que son una minoría, respetable, pero minoría al fin y al cabo.  

2011/06/11

Hasta en Lanestosa

Izagirre coge la makila de manos de Elorza. Argazki Press
La conformación de los ayuntamientos vascos del sur es un paso más hacia la fotografía real de este país, fotografía manipulada durante una década por las consecuencias de la aplicación de la Ley de Partidos. Fue a última hora, fruto de un recurso, y por un solo voto de diferencia, no conviene olvidarlo. Pero al final la coalición soberanista Bildu pasó el corte de la legalidad hispana y ahora ostenta la alcaldía en más de 120 ayuntamientos vascos. Ya sabemos que Rajoy no era muy partidario, pero 315.000 votos tienen ese enorme peso.

Como siempre en estos casos, se han dado anécdotas, sorpresas y cambios de última hora. Nada nuevo bajo el sol. La ley es clara al respecto, no basta con ganar las elecciones y ser la lista más votada, es necesario lograr la mayoría absoluta, la mitad más uno de los ediles, en primera votación. En caso de no resultar así, los demás grupos municipales pueden acordar sus votos y, si consiguen sumar esa mayoría absoluta alternativa, lograr la alcaldía. Nadie arrebata a nadie nada, porque quien no tiene la mayoría absoluta en primera votación sabe a lo que se expone.

Aunque a algunos les resulte chocante, nadie ha arrebatado la alcaldía de Elorrio a Bildu, ni la de Lasarte o Trapagaran al PSOE, ni la de Lanestosa o Markina al PNV. Simplemente se ha producido un acuerdo político, más o menos presentable, y quien ha contado con más apoyos se ha llevado el gato al agua. Lo que no vale es hacer pactos en un municipio para favorecer determinados intereses y denunciar los pactos de otros partidos en el municipio de al lado, por idénticas razones.

El PSOE habla de pacto vergonzoso entre PNV y Bildu, cuando se ha pasado semanas fomentando la idea de un pacto anti-Bildu, Entonces, ¿en qué quedamos? Si ellos votan a sus socios políticos del PP, ¿por qué no pueden otros agentes politicos hacer lo mismo, como han hecho Bildu y Aralar? Sufrimos un elevado déficit de cultura política en este país, y las irresponsables declaraciones del portavoz del PSOE, José Antonio Pastor, son buena muestra de ello.

Se comprende, por otra parte, que los simpatizantes y votantes de Bildu en Elorrio estén enfadados por el voto del concejal del PP a la candidata del PNV. Pero no se trata de ningún escándalo antidemocrático. Estaba en su derecho de hacerlo. Ante el afán de protagonismo de ese edil derechista, que pretende convertirse en la nueva Regina Otaola de Libertad Digital y medios afines, lo más acertado es hacer una oposición responsable y firme, sin dar bazas a los media dispuestos a inflar cualquier mínimo incidente.

Supongo, además, que el candidato a la alcaldía de Lanestosa por el PNV y sus votantes se sentirán igual de enfadados, al apoyar los dos concejales del PSOE al candidato de Bildu. No conviene hacer dobles lecturas de estos casos puntuales. Creo más importante resaltar la naturalidad con la que Odón Elorza ha traspasado la makila a Juan Karlos Izagirre en Donostia. Un gesto de normalidad a aplaudir.

Párrafo aparte merece el caso de Lasarte Oria, un municipio gobernado desde el pleistoceno por el PSOE, y más en concreto por Ana Urchuegía, personaje que no concita demasiadas simpatías, tras los sucesivos escándalos en los que se ha visto envuelta. Existía tal clima en esa localidad guipuzcoana que ha ocurrido lo que tenía que ocurrir: Los grupos que apoyaban la decencia municipal han unido sus votos en torno a la candidatura más votada, que era la de Bildu. Si el segundo grupo hubiera sido el PNV o la Platafoma Ciudadana, sus votos hubieran ido hacia ellos, estoy seguro. Ahora queda la inmensa tarea de limpiar ese ayuntamiento de corruptelas y otros asuntos oscuros.

Volviendo a la fotografía general, se puede extraer la conclusión de que Bildu se ha convertido en un importante poder municipal; que el PNV ha perdido bastante peso en este ámbito, especialmente en Gipuzkoa; que el PSOE es la sombra de lo que fue, habiendo perdido alcaldías que ostentaba per se, como la de Orereta; y que UPN sigue siendo una fuerza determinante en Nafarroa Garaia, en parte por la cobardía política del PSN.

Es este un primer apunte de urgencia. Habrá tiempo de realizar más en los próximos días.

2011/06/10

La agonía de Ezker Batua

Mikel Arana, tercero por la izquierda
Cuando se creó Izquierda Unida, hace ya 25 años, muchos creían que podían encarnar un amplio espacio a la izquierda de un partido liberal-socialdemócrata como el PSOE. Sin embargo, se equivocaron. Ahora hay quien culpa del fracaso a la ley electoral, que sin duda puede mejorarse, pero el problema viene originado por la falta de apoyos suficientes en las urnas.

En el caso vasco, lo que ahora se conoce como Ezker Batua-Berdeak, ha disfrutado de momentos de gloria, en los que parecía coger un cierto vuelo, pero en los últimos comicios ha sufrido un retroceso importante, tan sólo paliado por los resultados de Izquierda-Ezkerra en Nafarroa Garaia, que han sido sensiblemente mejores que los cosechados en la CAPV. La alianza con Batzarre ha logrado que esa izquierda no soberanista, de vocación estatal, aguante el chaparrón.

En el caso de la CAPV, las luchas intestinas de la formación y sus erráticas alianzas han podido contribuir a la debacle. La escisión de Alternatiba Eraikitzen, integrante ahora de Bildu, ha restado apoyos a Ezker Batua, y la pugna entre los sectores de Arana y Madrazo no ha ayudado a sumar, precisamente.

Ezker Batua ha tenido a su máximo responsable, Javier Madrazo, en un gobierno liderado por el PNV, mientras su hermana hacía lo propio en el Ayuntamiento de Bilbao, haciendo de soporte de Azkuna, representanre del PNV más conservador. Pero además se han presentado a las elecciones de 2007 en coalición con Aralar y en otro ayuntamiento importante, el de Donostia, ha formado equipo de gobierno con el PSOE de Odón Elorza. Al final, este papel de comodín no es entendido por sus posibles votantes, que derivan sus apoyos a opciones más coherentes.

La coyuntura, en principio, era favorable a un repunte de la izquierda del PSOE en el Estado, repunte que se ha producido técnicamente, alrededor de un punto porcentual, pero que en la práctica no va a ser visualizado. En nuestro caso, el repunte ha sido retroceso y ante ello, a la máxima cabeza de EB tan sólo se le ocurre volver a hablar de refundación. Una refundación que Ezker Batua lleva haciendo desde hace demasiados años y que siempre se queda en lo mismo, una oferta algo a la izquierda del PSOE, pero sin acabar de conectar con sectores significativos del electorado.

Ante la multitud de análisis que coinciden en la configuración de un espacio político a cuatro en Hego Euskal Herria, Arana ha respondido afirmando que es viable un quinto espacio de izquierda no independentista, federalista, que sería el de Ezker Batua. Puede que lleve razón en lo del espacio, en todo caso limitado. Sin embargo es dudoso que ese espacio vaya a ser ocupado por la actual Ezker Batua, una formación en crisis permanenente, que puede estar en puertas de una nueva escisión.

Hace pocos días se presentó en Madrid el proyecto Equo, del que hablaremos en otra ocasión más detenidamente, liderado por el ecologista donostiarra Juantxo López de Uralde. Un proyecto que trabaja en coordinación con Espacio Plural, agrupación de partidos en el que se hallan Iniciativa per Catalunya o la Chunta Aragonesista, entre otros. Se trata de un proyecto ecologista y de contenido social que puede resultar más atractivo que el de Ezker Batua, y que además muestra cierta sintonía con los indignados de las acampadas. Se desconoce el alcance que este movimiento puede tener aquí, aparte del apoyo inicial de Berdeak-Los Verdes y Ecolo-Verdes de Navarra/Nafarroako Berdeak, integrados ya en él. Que los responsables de EB estén atentos a la jugada.

2011/06/06

El dilema de Aralar

Jon Abril, Aintzane Ezenarro y Oxel Erostarbe
Aralar nació del seno de la izquierda abertzale, concretamente de Batasuna, hace diez años. De corriente de opinión pasó a conformarse como partido político. Simplificando, la principal diferencia que entonces mantenía con el resto de la IA radicaba en la distinta valoración sobre el papel de la lucha armada. Ya sé que habría que matizar mucho todo esto, y afinar más en el diagnóstico, pero no es el momento, ni tenemos espacio para ello.

Tras estos diez años de andadura, Aralar se ha conformado como un espacio político propio, con sus propias señas de identidad. En el partido militan personas que anteriormente no habían tenido nada que ver con Batasuna. Diríamos, a brocha gorda, que se ha situado entre el PNV y la IA, pero reivindicando su pertenencia a una amplia visión de la izquierda abertzale. Como una sensibilidad específica de ésta.

En el repaso que estamos realizando en Azogeak a los últimos comicios y a las principales fuerzas políticas presentes en ellos, el caso de Aralar está presidido por el dilema. Los mismos dirigentes del partido han reconocido lo limitado de los resultados (salvo el papel de Nafarroa Bai 2011) y la necesidad de una reflexión profunda de cara al futuro. Lo cierto es que la apuesta central de Aralar, de hacer política de izquierda abertzale sin "contaminación" de lo que se conoce periodísticamente como "el entorno de ETA", ha resultado fallida. Ha funcionado de forma discreta mientras la IA no disponía de una plataforma legal para acudir a los comicios, y se ha venido abajo cuando ha surgido esta plataforma, que en este momento se llama Bildu.

Con un puñado de concejales y una sola juntera en la CAPV, Aralar roza su desaparición institucional, y corre el peligro de convertirse en una fuerza exclusivamente navarra (de Nafarroa Garaia), bajo la denominación electoral de NaBai (junto a PNV e independientes). Por lo tanto, se encuentra ante un dilema estratégico fundamental. O se mantiene como partido en Hego Euskal Herria, con un importante desequilibrio entre la CAPV y la CFN, alimentando su dimensión nacional gracias a su relación preferente con Abertzaleen Batasuna, o comienza un proceso de convergencia con la principal referencia de la IA, que es Bildu y sus 315.000 sufragios.

En este momento parecen existir partidarios de ambas opciones en el seno de Aralar. Son ellos y solo ellos quienes deben decidir sobre la decisión a tomar, aunque Bildu puede hacer guiños a esa segunda opción, como ya lo ha hecho en el caso de Gipuzkoa, con la invitación a colaborar en el futuro gobierno foral. Podría ser el inicio del deshielo.

Todos sabemos que las diferencias ideológicas no son insalvables, que seguramente muchos independientes de Bildu guardarán más diferencias con gentes de EA que de Aralar, pero no se puede obviar el peso de la escisión. Ha habido periodos de inexistencia de relaciones entre ambas "sensibilidades", se han dado enfrentamientos en determinados pueblos, roces personales y toda la suerte de miserias asociadas a una ruptura entre quienes fueron compañeros de formación.

Nos encontramos en el arranque de un nuevo ciclo político, en el que una nueva cultura debe prevalecer sobre la cultura política viejuna y enquistada que tantos dolores de cabeza ha producido. En la búsqueda de la hegemonía política (no confundir con dominio) de la izquierda soberanista en el campo abertzale, puede jugar un papel importante la incorporación o no de Aralar a esa confluencia de fuerzas sancionada como gran alternativa al PNV por el electorado. Es el dilema de Aralar.

Beste iritziak: