2012/10/31

PSOE "vasquista", ese oxímoron

Bajan turbias las aguas en el Partido Socialista Obrero Español, muy turbias. Las sucesivas derrotas electorales le han llevado a perder casi todo el poder que atesoraba hace poco tiempo y ha sembrado las dudas sobre el futuro de una organización dividida y deshilachada. No existe un solo PSOE, sino que los hay en distintas versiones. Está el de Rubalcaba y está el de Chacón, el de Griñan y el de Bono, el de Extremadura y el de Catalunya, el de Patxi López y el de Roberto Jiménez.

Particularmente me importa poco el futuro de esas siglas, aunque supongo que ellos sabrán manejarse para no caer en la irrelevancia. Lo que sí me interesa es la postura que adopten las sucursales de la CAPV y Nafarroa ante los acontecimientos que se van a vivir en un futuro próximo. Aún perdiendo todo lo que han perdido, tanto el PSE como el PSN siguen representando el sentir político de miles de ciudadanos de Euskal Herria, y por tanto, conviene auscultar el pulso a ambas franquicias.

En las recientes elecciones autonómicas, el PSE ha quedado en tercer lugar, a bastante distancia de EH Bildu. El día en que Yolanda Barcina decida comcluir la legislatura y convocar elecciones, sus compañeros del PSN se pueden echar a temblar. A día de hoy nadie les  asegura un puesto de honor en la disputa y es posible que se queden en un incómodo cuarto lugar, por detrás de UPN, EH Bildu y Geroa Bai y pendientes de los resultados del PP y Ezkerra.

Roberto Jiménez y Patxi López

Es cuento viejo que determinados estrategas del abertzalismo, tanto del tibio como del más enjundioso, han contemplado siempre en sus cálculos a futuro una evolución "vasquista" del PSOE. Se trata de barruntar que, en un escenario de decisión, este partido opte por alinearse con las históricas tesis defendidas en la posguerra por el Comité Central Socialista de Euzkadi. Unas tesis que han tenido valedores de fundamento en el partido, como el doctor Madinabeitia o el malogrado Antonio Amat. Defender el derecho de autodeterminación del pueblo vasco no tiene porque ser incompatible con el mantenimiento de una determinada política socialdemócrata en el Estado español. Pero que no sea incompatible no quiere decir que sea probable, sino más bien que tan solo sea esgrimido por determinadas personalidades de esa corriente política.

La virulenta reacción del ministro francés de Interior, Manuel Valls, de origen hispano, ante la petición de un tímido reconocimiento territorial para Ipar Euskal Herria por parte de un grupo plural de electos, da una idea aproximada de por dónde anda la socialdemocracia a ambos lados de los Pirineos.

En todo caso, el debate interno que tendrán que afrontar los militantes del PSOE en Euskal Herria es una cuestión que les atañe a ellos de forma exclusiva. No vamos a entrar aquí a especular sobre sus resultados, pero todo parece indicar que seguirán siendo decepcionantes en el tema que nos ocupa.

Cuando se llevan décadas observando la realidad política vasca es necesario despejar algunas dudas que para algunas gentes se convierten en existenciales. Hay quien sigue especulando con que el PNV resuelva su famosa encrucijada convirtiéndose en un partido independentista a mayor gloria de Luis Arana y Eli Gallastegi. Otros hemos descartado esa posibilidad hace tiempo. El PNV es y seguirá siendo un partido nacionalista moderado, tendente al centro y enemigo de aventuras. Ese es su ADN y ese es el secreto de su éxito.

Con el PSOE de las provincias vasco-navarras ocurre algo parecido. Siguen existiendo gentes de buena fe que confían en un cambio de su ideario hacia posturas "vasquistas", apelativo del que, por otra parte, nadie conoce su verdadero alcance. Otros, menos optimistas, consideramos que la crisis que ahora padece el viejo partido de Pablo Iglesias concluirá con un cierre de filas en torno a una organización más cohesionada en el ámbito español, que probablemente deje fuera de sus filas al PSC catalán y priorice la marca PSOE en todas y cada una de las "nacionalidades y regiones" de las que habla la Constitución española de 1978. De veleidades autodeterministas, nada de nada.

¿Qué hacer entretanto? En una mirada a largo plazo, la única opción que puede resultar interesante para las aspiraciones vascas a la autodeterminación consiste en que la autodenominada "izquierda federal", encarnada en torno a las siglas IU (Ezker Anitza, Ezker Batua, Ezkerra) vaya aquilatando apoyos del ámbito electoral del PSOE. El fortalecimiento de esa corriente en detrimento de un partido socialista cada vez más débil, como acaba de ocurrir en Galiza, podría ser la llave para la construcción de una gran mayoría por el derecho a decidir en todos los territorios de Hego Euskal Herria.

Mientras ese proceso de trasvase se concreta, si es que lo hace, la izquierda soberanista deberá profundizar en su papel de alternativa socioeconómica a las recetas neoliberales que se plantean desde el centro-derecha. Una alternativa que, de lograr aumentar su credibilidad en el nuevo tiempo que se está abriendo, puede llegar a incidir por sí misma en las bases históricas de la socialdemocracia, que hasta ahora se han visto representadas de forma exclusiva por PSE y PSN.    
 

2012/10/26

¿Ha tocado techo la izquierda soberanista?

Txomin Ziluaga gogoan

Una pregunta recorre los pensamientos de mucha gente de la izquierda soberanista conformada en las siglas EH Bildu: ¿hemos tocado techo? Y utilizo el término izquierda soberanista para incluir a todos los socios que integran la citada coalición y a los pequeños grupos que han pedido el voto desde fuera de la plataforma electoral, que también los ha habido.

Los resultados del pasado domingo han dejado un sabor agridulce, porque a la alegría de conformar una fuerza parlamentaria importante, con el 25% del voto emitido, se le ha unido la decepción de no haber protagonizado el sorpasso del que tanto se ha debatido durante los meses anteriores. El anhelo de ser la primera fuerza electoral en el ámbito en que se disputaban los comicios.

Son muchas las circunstancias que han concurrido para influir en que los resultados hayan sido los conocidos. Me limitaré a apuntar algunas de ellas, pero ciñéndome a la campaña en sí. En primer lugar hay que reconocer que el objetivo residía en ganar, o al menos, en disputar la victoria con el PNV. Nombrar una candidata a lehendakari, designar una especie de gobierno autonómico in pectore, hacerse la foto en el balcón del Hotel Carlton o las referencias a José Antonio Agirre como ejemplo de líder de un Gobierno Vasco plural, así lo confirman. Las propias intervenciones de Arnaldo Otegi terminan con la consigna de "sonreír, porque vamos a ganar". Ya sé que no se refiere a unas elecciones concretas, sino que lo expresa en sentido global, pero el poso ahí queda.

Cuando el objetivo es ganar o estar a punto de ello y los resultados lo desmienten, al obtener un magnífico segundo puesto, pero a seis escaños y unos 100.000 votos respecto al ganador, es evidente que algo no ha funcionado. No es la debacle, ni muchísimo menos, pero sería engañarse a uno mismo no reconocer que se esperaba algo más.

Tal vez uno de los déficits de la campaña haya residido en no señalar con claridad la composición de la coalición y el esfuerzo unitario que ésta supone. Me explico. Designar una candidata a lehendakari, por encima de las cuatro fuerzas presentes, supone priorizar esa apuesta sobre las entrañas de la unidad electoral. Al final, da la impresión que EH Bildu es una simple sucesora de anteriores formaciones de la izquierda abertzale, cuando supone un salto cualitativo respecto a esos proyectos. En EH Bildu, además de la presencia de la izquierda abertzale, se concitan otros vectores políticos, como Alternatiba, proveniente de Ezker Batua, Eusko Alkartasuna, proveniente del nacionalismo institucional y la propia Aralar, escisión en su día de Batasuna. Esa acumulación de fuerzas ha quedado en un segundo plano, se ha dado por hecha, lo que ha podido tener sus consecuencias a la hora de arrastrar el voto de antiguos votantes de algunas de las fuerzas concurrentes, como EA, Aralar y EB.

Todo el mundo sabe en este país que EH Bildu tiene un claro componente soberanista/independentista. No es necesario remarcarlo cada día, se da por conocido. Sin embargo, en una etapa de crisis económica galopante, ha podido faltar un perfil de izquierda social más nítido, si bien el programa presentado guardaba muchas virtualidades en temas como desahucios, salario mínimo, ayudas sociales, sanidad o educación. No obstante, la impresión que me queda es que no se ha potenciado lo suficiente esa vertiente. La prueba más clara es que, pese a ir en dos listas enfrentadas, las candidaturas de la izquierda "federalista" han reunido casi 50.000 votos.

En ese sentido, introduzco un apunte. La banca es una de las principales protagonistas de la crisis, a lo que se ha unido una política institucional disparatada, que ha derrochado importantes recursos públicos en obras faraónicas, algunas de ellas inservibles. Creo que la izquierda soberanista debe incidir con mayor firmeza en la necesidad de una banca pública y en la continuidad de Kutxabank como entidad financiera de carácter social. No se puede admitir que se homologue cada vez más al modelo del BBVA.

Otra cuestión que debe ser estudiada es la existencia de núcleos críticos que han podido mostrar su insatisfacción optando en esta ocasión por la abstención. Las causas aducidas para esa determinación pueden ser varias, como la falta de solución a la situación de los presos, la gestión institucional en Diputación y ayuntamientos, la nostalgia de planteamientos anteriores más izquierdistas o la misma suposición de que todo estaba hecho y un voto más o menos no va a ningún lado. Seguramente que algunos de quienes optaron por no votar estarán a día de hoy arrepentidos, pero ya no tiene remedio.

En todo caso, centrar en el tema electoral todas las cuestiones que implican la situación política vasca es un error. Más si tenemos en cuenta que se trataba de unas elecciones parciales en lo territorial. Probablemente algunos socios de EH Bildu están acostumbrados en primar las contiendas electorales sobre otros aspectos más estratégicos, pero no debería ser ese el pulso central de la coalición. Y me viene a la mente la práctica ausencia de Nafarroa Garaia e Iparralde en la campaña.

Y tras esta serie de apuntes, volvemos al principio del comentario. ¿Ha tocado techo electoral en la CAPV la izquierda soberanista? He recogido opiniones contrapuestas en mi entorno. Unos dicen que sí, teniendo en cuenta anteriores resultados, como la suma EH+EA en 1998 que dio 20 escaños, por ejemplo, mientras otros afirman que el bloque soberanista está en construcción y todavía puede aspirar a mejorar ese 25% del voto en las urnas.

Yo no me decanto por ninguna de las opciones y prefiero dejar la pregunta en el aire. A favor del sí está la circunstancia de que una ola como la que ha vivido este sector político es díficil que se vuelva a reproducir, incluyendo el anuncio del cese de la actividad armada por parte de la organización clandestina ETA. Siguiendo esa lógica, si ahora no ha podido ser, en el futuro todavía menos.

A favor del no, y por tanto de la posibilidad de romper el actual techo se une el desgaste que la gestión de la crisis acarreará sin duda al PNV; la imparable caída del PSOE o la incapacidad de la izquierda "federalista" en construir una alternativa creíble. Hay espacios políticos para crecer, sin olvidar a los núcleos abstencionistas ya citados. Otro factor a tener en cuenta sería la futura estructuración de Sortu como movimiento político estable y legal de la izquierda abertzale, que sin duda superará actuales carencias organizativas.

En resumen, la contestación a la pregunta que figura en el título de este comentario no puede ser estática sino dinámica. El que la respuesta se decante por el sí o el no estriba en los pasos que se vayan dando en el seno de las fuerzas presentes en la suma y en la propia coalición como tal. No hay más secretos que hacer las cosas bien; huir del electoralismo; realizar una gestión honesta allí donde se esté presente; evitar la querencia por poltronas y privilegios y mantener en todo momento la conexión con los votantes y la ciudadanía en general. El día en que se dejen de auscultar los latidos del corazón del pueblo, se acabará la acumulación de fuerzas.


Estekak:

2012/10/22

Un cierto sabor a rancio

Foto: www.cadenaser.com
Los resultados de las elecciones al parlamento de la CAPV nos han impregnado un cierto sabor a rancio. Una sensación de que esto ya lo teníamos visto y de que los votantes, el grueso de los votantes mejor dicho, optan por papeletas conservadoras a la hora de enfrentar situaciones de crisis. Y si existe una papeleta conservadora, en el sentido de que está identificada con las esencias del alma de este país, esa es la papeleta de EAJ-PNV.

No quiero decir que votar al PNV sea un ejercicio de conservadurismo en el sentido político convencional del término, ya que se trata de un partido más bien centrista en lo social, aunque aliado de los poderes económicos. Utilizo el término conservador en el sentido de no variar las grandes claves institucionales de la Comunidad Autónoma del País Vasco.

Sería necesario poseer datos más precisos para redondear un análisis en profundidad sobre el trasvase de votos, pero todo parece indicar que una franja de votantes habituales de PSOE y PP han decidido en esta ocasión otorgarle su confianza a Iñigo Urkullu, para que gestione estos nuevos tiempos politicos con su proverbial mesura y discrección. Probablemente será una pequeña franja de votantes, pero lo suficientemente efectiva para contribuir a elevar un dique que remanse las revueltas aguas que venía llevando Bildu/Amaiur al escenario político vasco.

El PNV, que ha perdido tres escaños desde las últimas elecciones, aparece como el gran triunfador de la jornada, pese a quedarse a once paralmentarios de la mayoría absoluta. Lo que ocurre es que los números de los demás grupos no dan para poner en marcha ninguna alternativa mínimamente coherente, al menos a día de hoy. Urkullu gobernará en minoría y tan solo EH Bildu está en condiciones de plantearle una oposición con fundamento. El PSOE se encuentra en la posición más débil en décadas y al PP le conviene mantener al Gobierno Vasco sobre aguas tranquilas, para evitar una contaminación a la catalana.

Queda por ver dónde pondrá el acento el Ejecutivo jeltzale, si se centrará en exclusiva en gestionar la crisis económica, sacando a la luz los supuestos agujeros contables de sus antecesores, o si tendrá alguna voluntad de colocar a Euskal Herria en el mapa de las naciones europeas sin Estado que aspiran a la soberanía, mapa en el que en las últimas semanas se ha unido Catalunya a Escocia y Flandes. En un principio, estimo que Urkullu y su partido no se van a entusiasmar con el órdago de Mas y preferirán un perfil más bajo para sus aspiraciones en el ámbito nacional.

Otra lectura interesante es la que concierne al desgaste político que ha podido sufrir la coalición soberanista en Gipuzkoa y especialmente en Donostia. La sensible ventaja que atesoraba frente al PNV se ha esfumado en el territorio, y en la capital ha sido superada en votos de largo por el PNV y con un pequeño margen por el PSOE. A ese desgaste relativo ha podido contribuir la troika opositora conformada por PNV.PSOE-PP en Diputación y Ayuntamiento, así como el ruido mediático anti-Bildu que han exacerbado algunos medios de comunicación guipuzcoanos. En todo caso, era de esperar, si bien es posible llevar a cabo una política de comunicación de ambas instituciones más incisiva, explicando sin remilgos a la población el por qué de las medidas que se vienen adoptando.

En el haber de EH Bildu hay que destacar el sorprendente resultado obtenido en el territorio alavés, donde su sensible subida de votos, unida al desplome de PP y PSOE, la convierten en segunda fuerza política del territorio, por detrás del PNV, que logra un muy buen resultado. La pujanza de EHB queda un tanto deslucida en el caso de Gasteiz, al ser cuarta fuerza, pero, eso sí, a menos de 3.500 votos de la primera.

Los pinchazos de EH Bildu en las capitales son evidentes, aunque unos más que otros. En el territorio vizcaino la coalición ha logrado una meritoria segunda posición, ahora bien a más de cien mil votos del PNV, distancia que se entiende examinando los datos de Bilbao, ciudad en la que los soberanistas son cuarta fuerza, detrás incluso del PP y a nada menos que 37.000 votos del partido vencedor, el intocable PNV.

Para terminar por hoy con estas nuevas elecciones, conviene señalar el desastre acontecido con las tres listas de izquierda que se han presentado divididas, aunque tengan orígenes similares. IU-Ezker Anitza, Ezker Batua y Equo han cosechado un total de 59.000 sufragios, muy por encima de los 21.000 de UPyD, pero las guerras cainitas que han protagonizado las dos primeras listas, ya que el proyecto de Equo es cosa aparte, han enviado todos esos apoyos a la papelera, ya que no han logrado ningún representante en el parlamento. Cuando el desgaste y la debilidad del PSOE es enorme, no han sabido aprovecharlo, al revés de lo acontecido en Galicia con la exitosa coalición entre nacionalistas e IU que ha logrado 9 diputados, superando de ese modo al histórico Bloque.

 
Estekak:

2012/10/16

Una jornada particular

Foto: www.elmundo.es
El próximo domingo no va a cambiar la historia de Euskal Herria. Porque son contadas las elecciones que han cambiado la historia de los pueblos y porque los comicios ante los que nos enfrentamos tan solo atienden a una parte del país. Una parte importante, eso sí, pero en todo caso incompleta.

Nunca he sido amigo de electoralismos desenfrenados y mucho menos de encuestas. La única que tiene algún valor es la real, la del domingo, pero tampoco es concluyente. No hace falta haber leído "La ley del número", de Ricardo Mera, para saber que es una proporción muy pequeña de la población total la que decide al fin y a la postre quien va a gobernarnos a todos, sea cual sea la postura adoptada ante las urnas.

Por lo tanto, sin querer entrar en prolijos porcentajes y en farragosas cifras, hay que hacer un sano ejercicio de relativización ante lo que nos espera a partir de la noche del domingo. Si se echa una mirada a las encuestas, la que más parlamentarios concede a una sola fuerza los eleva a 28, diez menos que la mayoría absoluta. Se trata del PNV, que cedería dos escaños respecto a los anteriores comicios, en los que no existió candidatura de la izquierda abertzale, aunque sí las hubo de Eusko Alkartasuna y Aralar, actuales integrantes de EH Bildu.

Quiero decir que lo más probable es que la fuerza mayoritaria sea en realidad minoritaria respecto al total del censo de la CAPV y no digamos respecto a su población, incluyendo en ella a abstencionistas y gentes sin derecho al sufragio, sea por edad o por origen.

Por cierto que en el reciente acuerdo entre Cameron y Salmond para pactar los términos de la consulta sobre la posible independencia de Escocia, gozarán de derecho a voto los censados mayores de 16 años, medida que habría que adoptar aquí de forma inmediata. En mi opinión, la franja de población comprendida entre los 16 y los 18 años debería poder ejercer el derecho a voto en todos los comicios, sin límite alguno.

Además, el sistema electoral con el que contamos es imperfecto por variados motivos. En lo que a estos comicios respecta, distrae la ecuación una persona=un voto, al establecer una cifra igual de parlamentarios para cada territorio (25), cuando la población de Gipuzkoa, y sobre todo la de Araba, es muy inferior a la existente en Bizkaia. A ello debemos añadir la utilización del método D'Hondt para dirimir el reparto de escaños; las listas cerradas y bloqueadas; el distrito electoral provincial y demás factores desequilibradores de lo que sería una democracia real o cuasidirecta.

Entretanto se realizan las reformas necesarias para perfeccionar el sistema electoral, nos encontramos ante un abanico de posibilidades que, a tenor de la opinión extendida en los medios, se resume en dos candidaturas con opciones al triunfo: EAJ-PNV y EH Bildu. Una bonita muestra de escritores, deportistas y politólogos ha dado la cara por el candidato Urkullu, por que le conocen y les otorga confianza. Tienen pleno derecho a hacerlo, pese a que algunos se hayan disculpado, insistiendo en que no han pedido de forma expresa el voto. No era ese el objetivo de ezagutzendudalako, claro está. El objetivo era que el candidato jelkide estuviera rodeado de personalidades que destacaran su perfil, un tanto plano, al parecer.

En mi caso, no conozco a Urkullu, sino a candidatos de la otra candidatura con opciones. A Laura Mintegi, a Xabier Isasi, a Periko Solabarria... gentes que me transmiten confianza y para quienes tampoco voy a pedir el apoyo de forma expresa. Porque lo tienen desde hace mucho tiempo y lo seguirán teniendo, sean o no candidatos.


2012/10/10

Bergaminianas (10)

91/ Recordatorio: Orreaga fue fortaleza vascona contra el invasor. No malgastemos su nombre en vano.

92/ La soberanía se tiene o no se tiene. No queremos más soberanía, porque ninguna tenemos. Lo que queremos es la soberanía.

93/ Diferencia: Los parisinos tomaron La Bastilla, los madrileños rodean las Cortes.

94/ El café para todos de 1979 se ha convertido en el todos sin café de 2012.

95/ Díjole un liberal a un carlista: Vascos somos y en el camino nos entenderemos.

96/ Matemáticas: Si queremos alcanzar el 4 plus 3 no podemos apostar por la independencia en porciones: ahora la CAPV, luego Nafarroa, algún día Iparralde.

97/ Disparates anteriores: Cuba, Filipinas y Puerto Rico (1898), Guinea Ecuatorial (1968) Sahara Occidental (1975), Catalunya (¿?)

98/ Palingenesia catalana: Hace 35 años se demandaba "Llibertat, Amnistia, Estatut d'Autonomia"; hoy el grito es "In-inde-independència".

99/ Pesadilla de Rajoy: Ahora que estamos a punto de suprimir las fronteras con Merkel, estos catalanes quieren levantar unas nuevas contra nosotros.

100/ Autobusean: Lekunberriko aitona eta amonaren arteko elkarrizketa, Euskal Herriko euskara gardenena.

2012/10/05

CAN-La Caixa, adiós al modelo uniprovincial

Cualquier ciudadano que pasee estos días por las ciudades y pueblos de Nafarroa Garaia verá que las antiguas oficinas bancarias de Caja Navarra han variado su fachada. Ahora se ven señalizadas por el anagrama de la vieja caja absorbida, CAN, acompañado por la estrella de Miró, logotipo ultraconocido de CaixaBank. En cambio, las oficinas que Caja Navarra mantenía en otros territorios vascos han pasado a estar decoradas de forma similar a cualquier otra de la entidad catalana.

El privilegio de las oficinas navarras es una simple concesión, seguramente temporal, que durará lo mismo que el apellido Guipuzcoano de las oficinas del Banco Sabadell. Los directivos de CaixaBank saben bien que cuando se compra una entidad más pequeña no conviene humillar a sus clientes. Caja Navarra no existe ya en el Registro Mercantil, pero sus siglas figuran en las oficinas, para consuelo de Miguel Sanz y cía.

Caja Navarra se constituyó el 17 de enero de 2000, al absorber la Caja de Ahorros de Navarra, creada en 1921, a la más antigua Caja Municipal de Pamplona, fundada en 1872. La historia centenaria comenzó a difuminarse cuando, en aras a una estrategia de expansión enloquecida, Caja Navarra lideró la constitución de Banca Cívica, con otras cajas del Estado español, en el año 2010.

Foto: www.negociosennavarra.com
La fusión fría fracasó, los intentos de entrada de una compañía de inversiones estadounidense, JC Flowers, especializada en salvar quiebras, no prosperaron, la salida a bolsa fue un fiasco y, al final, Banca Cívica, incluida Caja Navarra, tuvo que aceptar la situación y acometer su entrada y disolución en el gigante CaixaBank.

El empeño ideólogico del equipo de Enrique Goñi, gestor de la entidad navarra y hombre de confianza de UPN, para no comprometerse de ningún modo con las cajas vascas, ahora Kutxabank, ha dejado a la CAN en manos de una entidad catalana. Cuestión de gustos.

Lo que quería decir, rememorando este lamentable episodio político-financiero, es que la viabilidad de la autonomía uniprovincial, defendida con uñas y dientes por UPN y PSN, empieza a hacer aguas. Si a esto añadimos el conflicto existente con el asunto fiscal de las exportaciones de automóviles de Volkswagen Navarra, podemos asistir en breve tiempo a un verdadero colapso de la economía en este territorio.

Hasta este momento todo parecía indicar que el modelo uniprovincial era viable y provechoso para los ciudadanos navarros. Por el momento, se han quedado sin su principal entidad financiera, un mal presagio que el entorno político-mediático de Iruñea intentará disimular con paños calientes. Intento vano. ya que lo sucedido significa el primer aviso serio de derrumbe de un proyecto artificial, que carece de sentido sin la colaboración y unidad de acción con el resto de territorios vasco-navarros.