Jon Agirre Agiriano firma la Declaración. [Jauregialtzo/Argazki Press] |
La contundencia de los hecho a valorar ha obligado a esos agentes a medir su reacción y a acercarla a la realidad. Siguen añadiendo la coletilla de que no es el paso definitivo, que lo que esperan es la disolución de ETA y bla, bla, bla, pero empiezan a notar cierta presión sobre sus espaldas: algo habrá que hacer si no queremos desaprovechar esta oportunidad. El facilitador sudafricano Brian Currin lo ha dejado meridianamente claro en la entrevista que ha concedido a John Carlin para "El País". En la misma, Currin afirma que "hoy el Gobierno español tiene claramente a ETA muy a la defensiva, pero nunca logrará que se rinda incondicionalmente. No se puede mantener un control policial sobre cada casa y cada habitación en el País Vasco. Otros tipos duros aparecerán dispuestos a empuñar las armas y el conflicto seguirá durante más décadas hasta que por fin haya un acuerdo político. La opción policial no es sostenible a largo plazo. Hay que tragarse un poco el orgullo, demostrar un poco de generosidad y pragmatismo, y estar dispuestos a hacer algunas concesiones".
La izquierda independentista ha reflexionado, ha cambiado de estrategia y ha dado pasos muy significativos en la nueva dirección, respaldados de forma muy importante por la ciudadanía vasca el pasado 22 de mayo. Pronto habrá nuevos comicios en los que acudirá reforzada por la presencia conjunta con Aralar y se prevé que los resultados sean también excelentes. Madrid puede continuar haciendo el Don Tancredo, que diría el maestro Bergamín, pero sabe que el tiempo, en esta fase, corre a favor del bando contrario, sea Rubalcaba o sea Rajoy quien duerma en La Moncloa.
Es por ese motivo que agunos comunicadores de la Corte comienzan a sacar a flote el debate sobre el relato que va a quedar de este periodo de la historia de Euskal Herria y de España. Ellos quieren que lo que se cuente en los libros de texto es que la organización clandestina fue derrotada por la firmeza del Estado y que, por tanto, sí que hubo vencedores y vencidos. Intentarán por todos los medios -y cuando digo todos no es un eufemismo- sellar ese cierre para la posterioridad. A esos sectores no les importa nada que se produzca o no una cicatrización de las heridas en la sociedad vasca, lo único que pretenden es que quede claro que ellos han ganado y los otros, los malos, han perdido.
Con lo que no cuentan es con los votos del pueblo. Cuando escriben en sus medios que "el entorno etarra" ha accedido al gobierno de diputaciones y ayuntamientos, parecen querer deslizar la idea de que lo ha hecho mediante la fuerza, no gracias a los miles de votos cosechados. Ese pequeño dato no encaja en sus retratos sobre lo que ocurre en este país. Y no encaja porque desmonta el castillo de naipes que han erigido en base a sus propias ensoñaciones granespañolas. El discurso del miedo se les ha acabado. Todo el mundo ha podido votar con libertad a las distintas opciones que se presentaban. Y si Bildu ha logrado tantos votos es porque el relato de los vencedores y los vencidos no cuela en buena parte de la población vasca. Ni colará en un futuro, que no se hagan ilusiones.
Ante el nuevo escenario que se está dibujando en Euskal Herria, la izquierda independentista tiene una ventaja evidente, ya que ha sido la primera que se ha movido. A los demás grandes actores les está costando amoldarse a los nuevos tiempos políticos, y cuanto más tarden en recolocarse, peores resultados van a cosechar a corto y medio plazo. EAJ discute ahora si cambiar su denominación en castellano, debe ser su manera de ir recolocándose. Pero mejor haría en cambiar de actitud ante la izquierda independentista, dejando para los expetos en marketing lo del nombre comercial de la firma.