2011/03/26

El prejuicio español

La decisión adoptada por el Tribunal Supremo español de no permitir la inscripción del partido independentista Sortu en el Registro de Partidos Políticos es una mala noticia para la democracia española. Esta decisión viene a demostrar que existe un prejuicio ante todo lo que huela a independentismo, a soberanismo, a resquebrajamiento de la indisoluble unidad de España. Una unidad que, por otra parte, se ha venido resquebrajando desde hace siglos, convirtiendo un imperio en un país de segunda división. Se resquebrajó la unidad por culpa de los hombres que siguieron a Simón Bolivar, a José de San Martín, a José Martí, a José Rizal..., pero no nos vamos hoy a desviar del tema.

El prejuicio afecta a la mayoría de su clase política, de los medios de comunicación y de la población que los consume. También afecta ese prejuicio al cuerpo judicial, pero lo sorprendente es que, pese a la existencia de ese prejuicio, siete miembros del alto tribunal hayan votado a favor de la inscripción de Sortu en el registro. Y no solo eso, sino que se vayan a presentar votos particulares a la sentencia mayoritaria del TS, que aún no conocemos.

La iniciativa del independentismo, en forma de estatutos de Sortu, ha logrado por fin quebrar la unanimidad del Supremo, lo que supone un problema interno en uno de los núcleos de poder del Estado español, en este caso el más alto órgano judicial, ya que el Constitucional es otra cosa. Una falta de unanimidad que refleja una grave división y que ofrece nuevos argumentos dialécticos para la defensa de Sortu.

Se podría decir que la izquierda independentista se ha encontrado con siete inesperados aliados en un territorio habitualmente hostil. Siete aliados que, si las cosas se desarrollan positivamente en el Tribunal Constitucional, pueden llegar a ser tachados de proetarras por los hooligans de la derecha extrema mediática. Y es que, siguiendo la delirante argumentación de esos sectores, basada en que "si Sortu es Batasuna y Batasuna es ETA, Sortu es ETA", esos siete magistrados, tres de ellos presidentes de sala, habrían avalado de facto la legalización de ETA.

Hasta estos extremos esperpénticos está llegando el Estado español en su afán de no dar el brazo a torcer en su estrategia de aniquilamiento del independentismo. Se resisten a reconocer públicamente la realidad que tienen delante de sus narices, aunque en privado digan lo contrario. Saben. además, que más temprano que tarde deberán transigir y dar el salto a la nueva situación, pero tratan de retrasar ese momento, dificultando la presentación de la izquierda abertzale en las inminentes elecciones locales y forales.

Una izquierda abertzale que ha afirmado por enésima vez que nada ni nadie la va a apartar de su nueva estrategia, basada en la lucha institucinal, ideológica y de masas, por vías pacíficas y democráticas. Intentar sacar provecho a corto plazo de esa decisión unilateral es un juego miserable que dará escasos dividendos. Si el Estado español estuviese gobernado por políticos de talla, Sortu hubiese sido inscrito sin mayor problema en el registro. Como no es así, tendrá que agotar la vía del Constitucional para lograrlo. De paso, en ese camino puede hacer estallar una crisis institucional sin precedentes entre los dos tribunales, el TS y el TC, y todo ello por la nula capacidad política de un presidente pusilánime que no ha tenido el valor de querer pasar a la historia como el presidente de la paz en Euskal Herria. Un presidente que no le llega a la altura de los zapatos a su republicano abuelo, fusilado por los fascistas, y que puede empezar a ser considerado como el peor presidente de Gobierno español desde los infaustos tiempos de Arias Navarro.


Beste iritziak:

2011/03/21

Operación de guerra

Pese a contar con el paraguas de la ONU, una organización cuyo prestigio está por los suelos desde hace décadas, la operación militar que desarrolla coalición internacional en Libia es una respuesta violenta. Una respuesta en la que participan los principales ejércitos occidentales, salvo Alemania, y que en ningún caso garantiza una solución democrática para el país mediterráneo.

Se suele decir que si un animal anda como un pato, nada como un pato y vuela como un pato, debe tratarse efectivamente de un pato. En este caso puede que las circunstancias no sean exactamente iguales que las que se dieron en el ataque contra el Irak de Sadam Hussein, pero las similitudes son más numerosas que las diferencias. Es una operación de guerra que vuelve a reflejar en su esencia el mantenimiento del colonialismo sobre el norte de África, con los matices que cada uno pueda aportar. La comunidad internacional disponía de soluciones contundentes, como el bloqueo por tierra, mar y aire, pero ha optado por lapeor alternativa, la bélica.

No suelo abordar en este blog asuntos ajenos a la realidad de Euskal Herria, y si lo hago en esta ocasión es debido a que nos volvemos a encontrar delante de las narices con la doble moral de los pacifistas de salón. Rodríguez Zapatero y Rajoy coinciden en la necesidad imperiosa de enviar aviones y submarinos a Libia con el noble fin de salvar vidas humanas. Nunca hasta estos últimos años se había conjugado el adjetivo humanitario para describir una operación de guerra. Ejército humanitario es un oximorón, no hay que darle más vueltas.

La derecha y la izquierda domesticada coinciden en aplaudir el uso de la fuerza, de la violencia, cuyo fin último es garantizar el suministro de petróleo, no el salvaguardar a los rebeldes, que por cierto también van armados y de pacifistas tienen tanto como el propio Gadafi. El doble rasero de los citados políticos se ve protegido por el principio que vela el monopolio de la violencia al Estado. Pero que tengan ese monopolio no les exime de que vayan a causar víctimas, de acabar con bienes y vidas ajenas, de ejercer la destrucción. Si los F-18 enviados por España a Libia derriban aviones enemigos y causan la muerte a sus tripulantes, los responsables de esas muertes serán quienes han decidido la participación en semejante operación de guerra, encabezados por Rodríguez Zapatero.

No voy a traer el asunto a Euskal Herria. No es el momento y probablemente no lo será en mucho tiempo. Sin embargo, es conveniente diferenciar a los pacifistas coherentes, que defienden la no violencia en cualquiera de los escenarios, de estos seudopacifistas, que derraman lágrimas de cocodrilo cuando cae uno de los suyos, como ha ocurrido en Afganistán, mientras organizan operaciones de muerte contra países considerados amigos hasta ayer a la mañana.

La unión de la razón de Estado con los intereses geoestratégicos y económicos conduce a la creación de escenarios como el de Libia, en el que no cabe el maniqueismo de elegir entre buenos y malos. Nadie se salva del uso preventivo de la fuerza, se argumente como una solución para evitar daños mayores o simplemente como la única salida posible ante el derrumbe del Estado libio.

No me identifico con el coronel Gadafi y su familia, ni con buena parte de los interesados "rebeldes", ni mucho menos con la coalición occidental de guerreros, aves de rapiña en busca de petróleo. Nadie puede obligarme a tomar partido entreun mal enorme y otro aún peor. Lo único que deseo es que esta locura militarista concluya cuanto antes y dé paso a la palabra y a la negociación. Sobre todo por el bien del sufrido pueblo de Libia.


Beste iritziak:

2011/03/16

¿Dónde está el problema?

El lehendakari Patxi López empieza a tomar aire. Tras su entrevista dominical en "Público", hoy se ha atrevido con el "Foro Abc" y la verdad es que ha mantenido el tipo, si lo comparamos con las posturas que mantienen compañeros de partido como Ramón Jauregui o Alfredo Pérez Rubalcaba. En su intervención, delante de un selecto grupo de personas VIP y periodistas, López se ha hecho esta pregunta retórica: "En democracia no se puede exigir una condición cada día y es de sentido común decir que Sortu avanza en democracia y si con hechos nos demuestra a todos, empezando por los jueces, que rompe con ETA, rechaza la violencia y quiere hacer política con las herramientas de la política, entonces ¿dónde está el problema?".

No tengo ni idea de quien le ha preparado el discurso a López, pero me da la impresión de que, quien haya sido, alguna comida y alguna cena ha compartido con Eguiguren. De otro modo, no se entiende. La evolución del lehendakari, paralela al desarrollo judicial sobre la legalidad del partido independentista Sortu, es más que curiosa. Hace escasas semanas todo era insuficiente, había que mantener la presión. Luego se agarró a la frase de que ójala fuera legalizado, porque eso significaría que cumple con la ley, y desde hace pocos días parece un remedo del propio Eguiguren, aunque guardando las formas y argumentando que los cambios en la izquierda abertzale no son por propia decisión, sino que se deben a la implacable política antiterrorista puesta en marcha por el Gobierno de Rodríguez Zapatero. 

Pero volvamos a la pregunta que da título al comentario. El problema parece estar en que el Gobierno del PSOE, en vez de aceptar la inscripción de Sortu en el Registro de Partidos, como hubiera sido normal en un estado mínimamente democrático, ha puesto todas sus baterías frente a esa posibilidad, movilizando a Fiscalía, Abogacía del Estado y fuerzas policiales en la búsqueda de pruebas y argumentos que certifiquen la continuidad entre Batasuna y Sortu. La Ley Electoral (LOREG), recientemente reformada, incluye la opción de proceder a la ilegalización de un partido que no cumpla con los preceptos correspondientes, luego una legalización automática no es ningún disparate, ni siquiera desde el punto de vista de los más acérrimos defensores del estatus quo.

El problema también reside en la falta de autonomía política que exhibe el Gobierno español ante la presión diaria del PP, asociaciones de víctimas y medios de comunicación de la derecha y extrema derecha. Una falta de posición propia, una falta de valentía política, como ha manifestado en su artículo en "El país" Jesús Eguiguren, que denota la escasa altura política de sus integrantes. Es tan evidente su debilidad manifiesta ante la derecha radical del PP, que incluso se podría hablar de sumisión ideológica.

Podríamos seguir señalando problemas, para contestar a la pregunta de López. Por ejemplo señalar la falta de credibilidad que para muchos vascos guarda la justicia española. Una justicia que, por cierto, acaba de recibir un correctivo por parte del Tribunal de Estrasburgo, que ha afeado la sentencia de un año de cárcel que se le impuso a Arnaldo Otegi por afirmar, en su condición de portavoz parlamentario, que el rey español era "el jefe de los torturadores". El alto tribunal estima que se ha vulnerado el derecho a la libertad de expresión y que en el Reino de España se protege al rey por encima del resto de ciudadanos, lo que no parece ser demasiado democrático. Es por ello que hay quienes no confiemos mucho en la independencia del Tribunal Supremo a la hora de decidir sobre la legalización o no de Sortu.

El sentido de la pregunta retórica del lehendakari López es claro y está bien traído en el contexto de su discurso ante un foro complicado, como el de "Abc". Ahora bien, problemas sí que tiene a su alrededor, entre sus compañeros de viaje del PP y en el seno de su propio partido, llámese PSOE o PSE-EE. Preguntarse sobre ellos puede ser el primer paso para tratar de superarlos. Animo, lehendakari.


Beste iritziak:

2011/03/13

Bergaminianas/9

81/"Ni un paso sin Navarra", exclamó Monzón."Ni un paso sin Monzón", exclama Navarra.

82/Ficción: El Gobierno Vasco afirma que no existe peligro de radiación tras la explosión ocurrida en la central de Lemoiz, ya que según le informa Iberdrola todo está bajo control.

83/El problema de ETB no es que haya perdido audiencia, sino decencia.

84/Desmentido de Patxi López: "Sortu no es ETA". Amén, Jesús [Eguiguren].

85/A falta de copas, el Athletic conquista un nuevo título: jugar sin futbolistas vizcaínos. ¿Cuál será el próximo?

86/Si nadie logró prever la crisis económica, ni las revueltas árabes, ni el terremoto de Japón, ¿para qué necesitamos expertos en predicciones?

87/Libertad: 1.- Circular a más de 110 kilómetros/hora por una autopista. 2.- Fumar donde le venga a uno en gana. 3.- Convertir las cajas de ahorro en bancos privados. [Diccionario de uso del neoliberal español].

88/Si el enemigo de mi enemigo fuera mi amigo, tendría un despreciable círculo de amistades.

89/Lamentablemente el coronel Gadafi sí tiene quien le escriba, y además lo hace con la mano izquierda.

90/Gure herria malenkoniatsuagoa dago Laboa eta Lete barik.

2011/03/11

Aferrarse a ETA

Hace ya unos cuantos años, un dirigente de la autodenominada Euskadiko Ezkerra, de cuyo nombre no quiero acordarme, afirmó públicamente que los agentes políticos vascos debieran actuar "como si ETA no existiera". La ocurrencia del izquierdista de salón es un buen precedente de las que a diario nos ofrece el inquilino de la Moncloa. Ayer mismo, el señor Rodríguez Zapatero proclamó ante el comunicado de Sortu que «tienen que saber que, con ETA viva, tendrán dificultades». Hoy mismo, el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, ha reiterado que el camino más seguro para la legalización de Sortu es la desaparición de ETA. El argumento para proclamar semejante sofisma es que «con violencia no puede haber política».

Se entiende que no puede haber política de la izquierda independentista, claro, pero con violencia sí puede haber política del PSOE, del PP o del PNV. Ahora bien, cuando el GAL campaba a sus anchas y el señor Jáuregui ostentaba el cargo de Delegado del Gobierno español en la CAPV, su partido sí que podía hacer política, y de la buena. Aquel PSOE de Ricardo García Damborenea e Iñaki López hacía política y hasta llegó a absorber a la amortizada Euskadiko Ezkerra, citada más arriba.

El ministro de la Gobernación, ahora convaleciente, ha repetido en mil ocasiones que la izquierda abertzale tiene dos oportunidades: o se distancia de ETA o ésta termina. Pues bien, gentes tan poco sospechosas de simpatías con el independentismo como el Ararteko Iñigo Lamarka, el "padre" de la Constitución española Miguel Herrero de Miñón o el fiscal superior del País Vasco Juan Calparsoro han reconocido los pasos dados por Sortu, iniciados con la presentación de sus estatutos. Hasta el lehendakari López ha dicho que el comunicado últimos es "muy importante". Sin embargo, desde Madrid se sigue insistiendo en colocar obstáculos al proceso y en poner en marcha estrategias para que parezca que ETA no está en tregua general, permanente y verificable.

Remedando la frase del lider de EE, intentan hacer política "como si ETA sí actuara", lanzando noticias sobre supuestos atentados a las torres Kio o al propio López, atentados que nunca se han producido y que, en todo caso, pudieron ser en su día hipótesis. Pero un estado mínimamente serio no puede actuar en base a hipótesis, fabricando una realidad ficticia, creando angustia y desazón entre la población, en vez de enviar un mensaje de tranquilidad, de esperanza, de que las cosas van a ir a mejor.

Los dirigentes del PP y buena parte de los del PSOE, así como medios de comunicación indecentes como "El Mundo", se aferran a ETA, porque saben que en el nuevo escenario, que tarde o temprano se va a construir, se les acaba el chollo de la política antiterrorista que tantos réditos les ha otorgado, sobre todo del Ebro hacia el sur. Ellos seguirán empeñados en que los noticieros abran todos los días con asuntos relacionados con ETA, una organización que ni tan siquiera está enviando cartas a los empresarios, como éstos han reconocido. Mientras tanto, nosotros seguiremos empeñados en abrir una nueva situación en la que todos los derechos de todos los ciudadanos sean respetados, incluidos los derechos de los detenidos, acusados de ser presuntos militantes de ETA.

2011/03/07

Indicios de persecución

Los autos de la Abogacía del Estado y la Fiscalía han aportado indicios de que Sortu es heredero de Batasuna, y que por tanto ese partido no puede ser legalizado. Resulta tan burdo lo que dicen, que recuerdan las verdades de Pero Grullo. Argumentos tan sólidos como que en la presentación efectuada en el palacio Euskalduna de Bilbao estuvieron presentes antiguos dirigentes y militantes de Batasuna es impecable, sino fuera porque también asistieron a la misma dirigentes de PNV, EA, Alternatiba o Ezker Batua, así como responsables de varios sindicatos, periodistas, jueces, profesores de universidad, todos ellos invitados por el organismo Lokarri, que no parece haya sido creado por el complejo ETA/Batasuna, hydra de siete cabezas que tanto rendimiento ha dado a Gobiernos, jueces y asociaciones de víctimas en estos últimos años. Indicios sí que los hay, pero son indicios que apuntan a una persecución ideológica contra lo que representa la izquierda independentista en este país.

He apuntado el argumento de la presentación de los estatutos, como ejemplo para describir el escaso nivel del escrito de la Fiscalía, que afirma que ese espacio ideológico aspira a "mantener su presencia pública y participar en las elecciones", dos gravísimos delitos en cualquier democracia homologada. Si no fuera porque están en juego derechos básicos de la ciudadanía, hablaríamos de una jerigonza española, una más de las que acostumbran a protagonizar periódicos, políticos y funcionarios varios, para mayor escarnio internacional. Y es que un político tan poco sospechoso de pertenecer al complejo ETA/Batasuna, como el alcalde de Donostia Odón Elorza, defiende la legalización de Sortu y habla de "juicios de valor" y "especulaciones" en el escrito de la Fiscalía. ¿Le acusará ésta de connivencia?

El tronco principal de la izquierda abertzale lleva unos cuantos años ilegalizado, y pese a ello mantiene su presencia en la política vasca porque responde a las demandas políticas de un amplio sector de la ciudadanía. No es un capricho de cuatro mentes calenturientas que un buen día deciden crear una corriente política determinada como si fuera un proyecto de laboratorio, sino que se ha forjado durante muchos años, desde el más oscuro franquismo hasta la actualidad. Esa parte troncal de la IA ha protagonizado un extenso debate en el que se ha decidido que a partir de ahora la lucha por la independencia y el socialismo se desarrollará por medios pacíficos y democráticos, tanto en lo ideológico y lo institucional como en la calle, con las masas populares de este país. La IA no se esconde, no trata de camuflarse. Ha hecho los deberes con nota y debe ser legalizada sin más demora.

Esa es la realidad de los hechos que ni Abogacía ni Fiscalía quieren reconocer, porque en ese caso sus recursos sobrarían y Sortu sería legal sin necesidad de acudir a los tribunales. El Gobierno de España, el PP y los medios de comunicación saben perfectamente que eso es así. Que el proceso es irreversible, que no tiene marcha atrás, pero en lugar de otorgarle su placet, se enrocan en el no y no y no. Incluso se atreven a exigir nuevas condiciones, en una carrera paranoica que parece no tener fin, tal vez queriendo sembrar la discordia entre la base social abertzale.

La altura de los políticos se mide en las grandes ocasiones. Esta es una de ellas. De entre las filas del PSOE tan solo se han desmarcado de la posición oficial unas pocas voces, entre las del PP tan solo una. El resto, en un ejercicio de cerrazón digno de mejor causa, siguen viendo gigantes donde solo hay molinos de viento. Pobre cosecha si tratamos de evaluar la calidad democrática de los dos principales partidos del Estado español.

Al final, por duro que parezca escribirlo, se vuelve a demostrar que lo que preocupa en Madrid no es el ejercicio en sí de la violencia, como han insistido en proclamar desde siempre, sino las ideas independentistas que subyacen en este conflicto. Parece preferir una situación de lucha armada de baja intensidad, con un frente político maniatado legalmente a un escenario en el que un bloque soberanista de amplio espectro dispute pacíficamente la hegemonía política en las urnas y en la calle al resto de opciones. Esa es la rastrera longitud de onda en la que se mueven en la capital española.

Beste iritziak:

2011/03/02

Apuntes para un nuevo tiempo

Estamos inmersos en un periodo de cambios, de transformaciones diversas, en el que es importante no perder el norte y saber en todo momento cual es el objetivo que tenemos que alcanzar. Es más necesario que nunca distinguir lo fundamental de lo accesorio y entender que en la disputa que Euskal Herria mantiene con los estados español y francés no se puede cejar en lo principal, la independencia y el socialismo. Todo lo demás es discutible y opinable. Aspectos que pueden parecer inmutables, dependiendo de la coyuntura política, deben ser adaptados a las estrategias más convenientes en la búsqueda del objetivo central.

Son muchas la dificultades a sortear y no es aconsejable preguntarse cada mañana si vamos en la buena dirección. Tampoco es conveniente estar siempre observando lo que el enemigo y sus órganos de difusión proclaman a los cuatro vientos. Semejantes comportamientos pueden conducir a la malancolía y, por el contrario, la confianza en las propias fuerzas es fundamental para atravesar este tiempo político. Sabiendo que no nos van a regalar nada, es preciso leer entre líneas los mensajes que nos van enviando. A veces son pequeños cambios, leves modulaciones, diferentes tonos; pistas que nos van a traer claves importantes sobre la situación. En un combate de este calibre nadie enseña en público todas sus cartas, siempre hay que guardar alguna baza por si las circunstancias aconsejan usarla.

A partir de este momento nos movemos en el terreno de la política, de la lucha ideológica, institucional y de masas, en una pelea de largo aliento en la que habrá avances y retrocesos. Pero para abordar esa pelea con garantías, sin caer en el desánimo cuando algo no salga como habíamos previsto, es esencial un auténtico cambio mental. Una transformación cultural en el modo de hacer las cosas. No se pueden afrontar los nuevos retos con la vieja cabeza, con recetas antiguas. Hay que empezar a pensar de otra manera, con otros parámetros, para lograr resultados.

Los viejos esquemas relativos a la correlación de fuerzas deben variar. Las relaciones con otros colectivos y agentes pasan ahora a un primer plano, dejando atrás estrategias de resistencia que en un tiempo pasado pudieron ser muy útiles, pero que ya no sirven. Resulta proritario recuperar voluntades para la causa común, hacer que se acerquen de nuevo aquellas personas que se han ido alejando, por múltiples razones, del tronco de la izquierda independentista. No podemos prescindir de sus aportaciones en el nuevo tiempo que se abre.

Un nuevo tiempo político, una nueva fase en el proceso de liberación nacional y social del pueblo vasco, en el que habrá que acostumbrarse a las herramientas que nos proporcionan las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. Internet, las redes sociales, los foros de debate, los blogs y demás aplicaciones, deberán ser una parte importante del trabajo ideológico, político y de socialización de las ideas y proyectos.

Habrá muchas más cuestiones a repensar. Habrá tiempo para hacerlo. Nos aguardan múltiples desafíos y oportunidades. En nuestras manos está el aprovechar éstas últimas.