2006/09/28

Mi país, ¿qué país?

El meu país és tan petit
que quan el sol se'n va a dormir
mai no està prou segur d'haver-lo vist.

“País petit” – Lluis Llach


La reciente asistencia en el Palacio Miramar de Donostia a una interesante charla de la periodista catalana Monica Terribas, de TV3, me sirve de argumento para volver sobre un tema que ya hemos tratado en otras ocasiones. La también profesora de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona se preguntaba la pasada semana “desde dónde hablamos y desde qué realidad informamos”. Asunto crucial cuando quien ejerce la profesión de informador se encuentra en un país sin estado propio, a veces sin fronteras definidas y en ocasiones sin capacidad incluso de dibujar su propio mapa del tiempo.

Cuando Monica Terribas presenta su programa y dice, en catalán por supuesto, “hoy ha llegado a nuestro país la premio Nobel de la Paz Wangari Maathai”, todos los espectadores debieran suponer que la ecologista keniana ha pisado ese día tierras catalanas. Sin embargo, para evitar ambiguedades, los periodistas que se encuentran en similar situación que Terribas acostumbran a reformular la frase y dicen “hoy ha llegado a Catalunya la premio Nobel...”. De ese modo, y guiados por su espíritu catalanista, evitan que algún televidente se confunda y piense que Maathai ha llegado al aeropuerto de Madrid (España). Algo similar ocurre con noticias tan habituales como las estadísticas sobre el desempleo. Un diario de Madrid puede titular sin rubor “Menos de dos millones de parados en las oficinas del INEM”. Todo el mundo sabe que se refiere al Estado español. Sin embargo, un diario editado en Bilbo o Donostia titulará: “Menos de 100.000 parados en (Hego) Euskal Herria”, o variantes similares. Se corre el riesgo de que si se obvia el referente nacional (o provincial en su caso) el lector pueda pensar que la cifra corresponde al Estado español.

La falta de un referente nacional claro lleva aparejada la necesidad de remarcar constantemente desde qué realidad hablamos o informamos, lo que conduce a una hiperutilización, en nuestro caso, de términos como Euskal Herria (o Euskadi). Constantemente nos topamos en diarios, radios y televisiones con referencias a esos nombres. Casi nadie comienza un texto diciendo “En este país...”, sino que utiliza el más contundente “Aquí, en Euskal Herria, ...”. Renunciar al uso natural y gratificante de términos como “país”, en directa referencia a la también llamada patria vasca, viene a reflejar una incapacidad manifiesta de asentar esos referentes generales que todo el mundo pueda llegar a asumir sin mayores complicaciones.

No obstante, el camino se presenta sinuoso y repleto de trampas. Hay locutoras de ETB que, tras ofrecer una noticia internacional, prosiguen la emisión con un simpático “aquí en España, por el contrario...”. Otros, tal vez queriendo sacar petróleo en un iceberg se lanzan al gtan manido “la representante vasca en los campeonatos europeos, Naroa Agirre, ...”. Por supuesto que Naroa es euskaldun, pero de representar a alguien en los europeos será a España, bajo cuyo pabellón salta con su pértiga. Casos parecidos ocurren con el futbolista “internacional” Xabi Alonso o el ciclista de turno. Por lo tanto, convendría ir aclarando estos extremos y dar a cada cual lo suyo, sin caer en inútiles voluntarismos. Si el presidente estadounidense viaja a España, no “viene” a ningún sitio sino que “va” a la capital española. Y así sucesivamente.

Monica Terribas ponía el ejemplo de la utilización ambigua del término Gobierno. Si “El Periódico” titula en primera: “El Gobierno ampliará la terminal del Prat”, sabemos con rotundidad, por la experiencia acumulada, que se refiere al Ejecutivo español y no al de la plaza Sant Jaume. Es la mejor constatación del dónde estamos. Y hablando de ambiguedades, habrá que insistir en que la precisión no tiene que conllevar la cita constante del nombre de nuestro país. Al contrario, lo que cabe en este caso es señalar con claridad la naturaleza de lo que no es nuestro, lo que no pertenece al “nosotros”. Así habrá que indicar que es el “Gobierno español” el que financia el TAV o el TOV, para dejar claro que, cuando no se califica al gobierno de español o francés, nos encontramos ante nuestro propio Gobierno, si bien en el caso vasco carecemos de él, en el sentido nacional del término, quiero decir. Gobiernos tenemos varios, pero carecemos de uno nacional.

Tal vez haya quien defienda la ambigüedad en el caso de los medios de carácter institucional (ETB, TV3), sin embargo considero que la estrategia llecada a cabo, al menos en el caso de la primera emisora, intentando contentar a todos los públicos, es decir, a quien se considera vasco y a quien se considera español (o francés), conduce directamente a la esquizofrenia informativa. Ese tipo de políticas informativas nunca van a satisfacer al sector “no vasco”, pero sí que van a enturbiar la buena disposición de quienes defendemos la dimensión nacional de nuestro pequeño país. Y es que pese a su pequeñez y a los bellos versos de Llach, si se pone un poquito de atención, puede uno darse cuenta de que en nuestro país el sol sale por Zangotza y se pone por Lanestosa y además todos los días. Por lo tanto, tan sólo desde la reafirmación propia se puede lograr que la referencia al “nosotros” acabe por ser compartida por las mayorías. Las estrategias soportadas en la ambiguedad son meros atajos momentáneos que jamás nos llevarán hacia el objetivo deseado.

2006/09/25

Urte bete, urte hutsa




Existe una clase de manzana, urtebete, cuyo nombre euskaldun permaneció en el lenguaje de mis familias hasta la actualidad. Se trata de la manzana "de año", aunque a mí me gustaría más que fuese "el año de la manzana". Cumplir años, cuando se alcanza cierta edad, es un episodio tendente a lo vulgar. Los verdaderos cumpleaños, ya olvidados, se esconden en el reino de la infancia, el único verdaderamente existente. Es por ello que lo acontecido este domingo no pase de mera anécdota, al fin y al cabo uno se va acercando peligrosamente a los cincuenta.

La confusión reinante, que diría Pepe Bergamín, conduce a situaciones erráticas, como la de confundir libra con virgo. Nunca he dedicado dos minutos a cuestiones astrales, que tan bien dominaban los sacerdotes asirios, pero ante el interrogante de "siendo de septiembre serás virgo, ¿no?", respondo sin vacilación, "libra, soy libra por la gracia de dios, que para algo nací en otoño". Y mi interlocutora hace ademán de sorpresa, mueve la cabeza y termina por confirmar que sí, que el 24 de septiembre viene a ser libra. Descansado me quedo.

Como se queda uno descansado tras realizar una larga caminata y sentarse al lado del camino. Un paseo sin mayor intención que la de andar y ver y contemplar, como aquellos paseos de Robert Walser por las afueras de su manicomio. Dice un proverbio turco, o más bien kurdo, perdón por el equívoco,:"camino quiere el caminante". Es una verdad rotunda, algo así como pan quiere el hambriento. Pero lo cierto es que cuando se cumplen años se medita un poco, cada vez menos, sobre el paso del tiempo y el sentido de la vida. O más bien sobre el sinsentido de ésta.

La escritora turco-alemana Emine Sevgi Özdamar visita Arteleku para dar un cursillo de teatro, su trabajo fundamental en la Alemania en que vive. Su más famosa novela habla de las caravanas de la vida que atraviesan el desierto deshabitado en pos de la muerte. El título de la obra se hace eco de otro proverbio de la zona: "La vida es un caravasar, por una puerta se entra y por la otra se sale" o algo similar. Está bien esta parábola popular. Está mejor la novela de Emine, que invito a leer a aquel que lea esto y todavía la desconozca.

Zorionak te dicen a diestro y siniestro, en persona y por teléfono. Y tú, cándido y agradecido, respondes "eskerrik asko, muchísimas gracias, dios te lo pague". Y al siguiente segundo te preguntas ¿por qué? ¿será para que yo les felicite cuando les toque a ellos? Probablemente. El ser humano, en su pequeñez intrínseca, se alimenta de estas pequeñas cosas. Destellos del paraíso que perdimos hace tantos miles de años, justamente el día en que aprendimos a caminar sobre nuestras dos patas traseras. Zorionak denoi!

2006/09/19

Modernoak?

Hau da gure azal berria? Hau da modernotasuna? Ez dut uste. Beste negozio potolo bat izango da, hori bai. Tramankulu horretan abiatuko gara prozesuaren erdialdera? Ziur aski ezetz.
Bitartean, beste tramankuluak, beste oztopoak, beste azogeak ikusten ari gara.
Eta bukatzeko, beste kontu bat: non da Jonan?

La "zona zero patatero"

Como ando algo falto de inspiración estos días, me permito adjuntar un soberbio texto del amigo Jon Odriozola, publicado recientemente en el diario "Gara". Va por ti, maestro:
"Va para un lustro que Sabino Ormazabal, transmutado en arcángel, me anunció: «Tú eres Jon y alumbrarás un artículo sobre las Torres Gemelas y tal». Menos mal que yo no me llamaba Pedro, porque lo mismo me ordena que funde otra Iglesia. No recuerdo ya qué enormidades puse, salvo que recomendé dar tiempo a Hollywood para que facturase algún film sobre los hechos y desentrañase el busilis de la cosa y el siniestro. Si Kevin Costner lo intentó con “JFK”, Oliver Stone puede hacer otro tanto con su por estrenar “World Trade Center” con el paranoico Nicolas Cage haciendo de bombero-torero.

Hablando de bomberos, ya saben que tienen prohibido hacer declaraciones sobre lo que vieron. La historia oficial sostiene que los incendios debilitaron los edificios que se derrumbaron; por cierto, no eran dos, sino tres. El tercero se desplomó solito. Ahí estaban las oficinas del FBI y la CIA, claro que no había nadie. Un bombero sabe que un rascacielos de acero reforzado no se viene abajo por un incendio. El acero se derretiría con 1.500 grados Celsius, pero el queroseno de los aviones no pasa de 800. Por no mencionar el avión que chocó contra el Pentágono ­también hay película­, del que no se encontró ni un resto del fuselaje, lo que permite sospechar que se tratara de un misil.

Pero son los que albergan serias dudas sobre la versión oficial los que son tachados de «peliculeros» y amantes de las teorías conspirativas. Resulta divertido que lo digan los que más defendieron la tesis de las armas de destrucción masiva en poder de «Satán» Hussein. Lo cierto es que las torres se desmoronaron demasiado rápidamente. Y en vertical. Esta hipótesis cobra auge. Con ella la autoría de la socorrida Al Qaeda se hace puré y chamusquina. Una Al Qaeda que nació en 1987, en los campos islamistas de Pakistán, apoyada por la CIA que luchaba en Afganistán contra los soviéticos. Es entonces que la CIA recluta a Bin Laden. Hassan Nasralá, de Hizbula, cree que Al Qaeda es una creación del imperialismo (Nasralá condenó los atentados de Nueva York). El ex ministro británico de Asuntos Exteriores, Robin Cook, dijo que «Al Qaeda era el nombre de una base de datos de la inteligencia estadounidense», un archivo para computar a los muyaidines.

No sería la primera vez que el Imperio por antonomasia «fabrica» excusas y alibis para expansionarse mediante la guerra. Ahí está Pearl Harbour, el Golfo de Tonkin en Vietnam y casi hasta el Maine en Cuba. Como hicieron los nazis quemando el Bundestag alemán para acusar a los comunistas. Y en el presente al «terrorismo islámico». No se para en barras esta banda de delincuentes y embusteros".

2006/09/15

Mapa

Adjunto una colaboración reciente que se ha publicado en varios medios digitales, inicialmente en www.nabarralde.com, y también en el periódico Noticias de Gipuzkoa.
"Cuando mirábamos en la escuela el Mapamundi o el globo terráqueo, comprobábamos con sorpresa que en aquellas representaciones de la realidad jamás aparecía nada parecido al País Vasco o Euskadi, por aquel tiempo palabras que venían a evocar con cierta precisión lo anhelos nacionales de muchos vascos. Se trataba de la mejor constatación de que viajábamos por la historia en un vagón de tercera clase, o peor aún, peligrosamente encaramados en el petril que usaban los interventores para desplazarse por el convoy jugándose el tipo. En realidad, no existíamos como país, salvo en las mentes preclaras de algunos precursores, la mayoría de ellos ninguneados por quienes se encargaban de mantener el status quo.

La aspiración de lograr un lugar en el mapa ha concitado la unanimidad de muchos paisanos durante cientos de años. Un lugar que, volvemos a insistir a fuer de pesados, existió hasta hace menos de quinientos años con la denominación de Reino de Navarra. Precisamente el inesperado encuentro de un mapa del año 1500 en el que figuraba la silueta de nuestro país, incluidos el Bearn y la Navarra Marítima, desencadenó las reflexiones que me llevaron a escribir estas líneas. No me topé con ese mapa europeo en un puesto de souvenirs de Iruñea o en una oficina de turismo de Donostia, sino en la tienda de recuerdos del castillo de Tarascon, un pueblo situado en lo que se ha venido en llamar Pays d'Oc.

Resulta reconfortante encontrarse con este guiño de nuestra historia en un lugar alejado de nuestra geografía, pero también resulta extremadamente irritante que ese mapa no circule con profusión en nuestras librerías e ikastolas, como un símbolo nacional de primera magnitud. Si nosotros mismos arrinconamos nuestra historia, por alejada de la realidad actual que pueda parecer a algunos, ¿qué podemos esperar de cara al futuro de nuestro pueblo?

De mapa en mapa, nos enteramos de refilón que el pasado 8 de abril la multinacional del neumático Michelin sacó a la calle la nueva imagen de sus famosas guías verdes. En ese esfuerzo de renovación de un producto con 80 años de antigüedad incluía como novedad, entre las 25 dedicadas al Hexágono, la del Pays Basque, con portada dedicada a nuestro deporte nacional, la pelota. Hasta aquí nada extraordinario, sino fuera porque el Pays Basque de su título no se refiere al así denominado País Vasco-francés (Iparralde), sino a Euskal Herria entera, con todos sus territorios. Es más, la contraportada de todas esas guías incluye un mapa en el que Francia crece en su suroeste hasta abrazar a Bizkaia, Araba, Gipuzkoa y Nafarroa Garaia. Sí, como lo oyen.

Ignoro absolutamente las razones de que una empresa de la envergadura de Michelin y cuyo prestigio en la edición de guías y mapas es bien conocida, se haya dignado en dar carta de reconocimiento a nuestro país, pero así ha sido. Por lo tanto, merçi Michelin.

Toda esta introducción viene en realidad a servir de pórtico a la reciente edición por Gaindegia del documento de debate "Euskal Herria, nación al sudoeste de la Unión Europea", que incluye en su portada un mapa del continente en el que se destaca la silueta de nuestro país. Es, por supuesto, un mapa imaginario, una ensoñación de futuro, que poco tiene que ver con la realidad de dominio que padecemos por parte de los dos estados vecinos. Pero a su vez, en su faceta de señuelo, es un mapa que aporta un imaginario que debiera ser ampliamente difundido como emblema de nuestras aspiraciones nacionales. Habrá que dar por buena la extensión de la ikurriña, o incluso del naranja Euskaltel, como símbolos nacionales cara al exterior, pero la impresión de ese mapa y su difusión podría hacer más labor a favor de Euskal Herria que muchas otras manifestaciones de fervor abertzale.

Como es lógico, el documento del observatorio socio-económico no se agota en su portada, sino que se adentra en la evaluación de la situación actual de una nación de casi 21.000 kilómetros cuadrados y 3 millones de habitantes. Una nación que es fundamentalmente urbana (tres de cada cuatro ciudadanos viven en ciudades de más de 10.000 habitantes) y en 53 municipios (1.885 kilómetros cuadrados) se agrupan dos tercios de su población total. Una nación fundamentalmente de servicios e industrial, que ha perdido, salvo en contados territorios, su alma rural o arrantzale. Una nación que, también hay que decirlo, sufre la continua agresión de la maquinaria pesada, la dinamita y el hormigón en forma de carreteras, viviendas, infraestructuras varias y el inminente TAV. Un territorio que, por tanto, pierde día a día su carácter de tal, de tierra (Ama Lurra), para convertirse en cementorio (cemento, asfalto, ladrillo y acero).

No deberíamos descuidar las continuas heridas "civilizatorias" en nuestros montes y valles en el camino havia la búsqueda de ese lugar en el mapa que por decisión democrática (e historia) nos corresponde. Pero tampoco el reto se puede quedar en arreglar los problemas pendientes que nos dejó el siglo XX y no abordar ya los que nos plantea el XXI. Es cierto que los políticos tienen una tarea inmensa hacia la transición a un nuevo escenario más respirable, pero el objetivo, con ser enorme, no es suficiente. Son tantas las correcciones a realizar en la estructuración de un país más habitable y solidario, que urge quemar etapas, sin caer en precipitaciones, por supuesto.

Los enormes desequilibrios territoriales, el agotamiento del suelo, la creciente inmigración, el futuro del euskara, la mejora en la educación, el combate a la precariedad laboral, una ordenación territorial equilibrada o la defensa de un desarrollo a escala humana son tareas que están llamando a nuestra puerta y que no se pueden aplazar sine die. Estamos fijando nuestra silueta en el mapa, labor de por sí compleja, pero a ese mapa, como en los planos interactivos, hay que ir dibujándole montes y ríos, puertos y embalses, ciudades y aldeas. Y hay que hacerlo de tal modo que quienes lo habiten en el futuro no se tengan que ver obligados a mirar hacia atrás para maldecirnos por lo mal que lo hicimos en los inicios de siglo".

2006/09/14

Azogea

Nere haurtzaroan amonak hitz misteriotsua asko erabiltzen zuen: azogea. Zer demontre zen? Ez nekien. Amona hil eta gero jakin nuen gakoa. Azoge zilarbizia zen, merkurioa. Mutil batek ezin zuenean lasai egon, azogea zeukan barruan amonaren aburuz.

Gaur neuk daukat azoge bat barruan, buruan. Iraultza da nere azogea. Non geratzen da kontu hori? Alderdi komunista bateko web orrian, liburu batzuetan agian, ez dakit. Baina gure gizartean, gure egunkarietan, hitz hori desagertu da. Behin betirako? Momentuz ez dakigu, geroan ikusiko dugu. Hala ere, beste era batean gaude eta orain ez da garai onena iraultzaz mintzatzeko. Une honetan beste hitz bat da nagusi: prozesua. Konforme, prozesua ondo dago, baina norantz?

2006/09/11

11-S

Recuerdo perfectamente aquel 11 de septiembre. Tenía catorce años y el ejército chileno, comandado por el general Pinochet, acabó con la vía al socialismo de Salvador Allende. La imagen de Allende, pertrechado de chaleco antibalas y empuñando una metralleta, sigue siendo un buen retrato de la dignidad frente al fascismo y la intolerancia. Pinochet, aún con vida, retrasó ¿para siempre? aquella novedosa vía de la izquierda. ¿Queda otra?

Ahora nos bombardean con el aniversario de otro 11-S, el de New York y Washington. Ahí comenzó la Guerra Popular Prolongada contra el "terrorismo" global. Aquella tarde, en medio del desconcierto general y algún "viva" a los que habían hecho daño a los yankis, pronostiqué que el ataque traería consecuencias nefastas, incluso para la lucha vasca. Y así ha sido. Quien no quiera verlo que siga ciego. Estados Unidos es la mayor máquina de terror del planeta y cuando se enfada puede causar mucho dolor. Está enfadada desde hace cinco años y no parece dispuesta a sentirse saciada de su odio "antiterrorista". Seguirá atacando y destruyendo allá donde lo considere necesario, como ya lo ha hecho en Irak o Afganistán. Quienes sueñan con su decadencia pueden esperar sentados.

2006/09/10

"Guernica" y Montenegro

Se celebra en Madrid (que no en Euskal Herria) el 25 aniversario del traslado del "Guernica" a la capital española. Bonita celebración. La connivencia del gobierno de aquella época (UCD) con algunos herederos de Picasso hicieron posible el escarnio. Se mancilló la voluntad del pintor de que la obra saliese de Nueva York con destino único a la Républica democrática, no a una monarquía instaurada por Franco.

Por si fuera esto poco, la voluntad mostrada por el pueblo vasco para que el cuadro se exponga en la villa foral ha sido ninguneada por España, aduciendo razones técnicas sobre el peligro de deterioro en su traslado. Pero aquí lo único que está seriamente deteriorado es el régimen político español, enclaustrado en la más absoluta miseria moral. Los pocos soplos de aire fresco realizados por Zapatero pueden quedar en meros ejercicios de distracción.

Entretanto, un nuevo estado sigue conformando sus estructuras, en este caso parlamentarias, como la mayor de las normalidades, en un proceso que puede aparecer incluso como aburrido. ¡Qué lejos estamos nosotros de los logros democráticos de Montenegro! Aquí seguimos enmarañados en diversas tareas, divididos hasta el hartazgo y desviados del unico camino posible para la libertad: la reconstrucción del estado navarro o vascón. Todo lo demás son ejercicios de entretenimiento abocados al fracaso. Algún día nos oirán, claro que sí, pero ya será tarde.

2006/09/09

Panorama reaccionario

A última hora de ayer decidí añadir un texto reciente sobre Bergamín que creo de interés, dado el olvido a que se ha visto sometido este entrañable librepensador. Ya me gustaría disfrutar en estos tiempos de otro como él.

Retomo, de todos modos, el aliento de ayer, intentando dejar algo escrito todos los días, aunque sea breve. La disciplina es una buena herramienta para el escritor o el periodista. Mantener la perseverancia requiere un esfuerzo, pero en la mayoría de las ocasiones da sus frutos. No se puede dejar todo el mérito de la creación en eso que llaman "inspiración", "duende" o "hadas". Es necesario el trabajo continuo.

Es evidente que a día de hoy la cultura pivota en torno al negocio, a las ventas, las audiencias de TV, las bajadas desde internet, los rankings, los premios amañados y demás zarandajas. La ligazón del trabajo cultural con un intento sincero de mejorar e incluso cambiar el actual estado de cosas se ha convertido en una excepción. Casi ningun autor "consagrado" plantea ya estas cuestiones, al menos en público.
No debe ser rentable mezclar la forma de sustento adoptada con las aspiraciones sociales, por moderadas que estas fueran. El lenguaje culturalmente correcto es lo que prevalece sobre todo lo demás y así nos luce el pelo. Tanto es así que cuando alguien se atreve a poner en solfa las inmutables esencias patrias de la España imperial, es denigrado hasta conseguir que se arrugue, pida perdón y retire su obra de teatro del cartel. Un nuevo triunfo de la intolerancia, de la Nueva Inquisición acaudillada por personajes de pasado estalinista que ahora sacan pecho defendiendo al franquismo y mandando a paseo a todo aquello que tenga algo que ver con un pasado democrático, republicano y liberal, en el buen sentido de ésta última palabra.

Es lo que hay y lo más nauseabundo de todo ello es que las fuerzas culturales progresistas, si es que todavía existen, se siguen agazapando aún más. Se olvida a Bergamin, se perdona a los neofascistas y ultracatólicos, se va por el peor camino posible.

En nuestra Nafarroa Osoa tampoco estamos para tirar cohetes. Solamente con ver los escaparates de las librerías rebosantes de libros revisionistas del pasado, enaltecedores del franquismo y el españolismo más rancio, y de panfletos contra todo lo que se aproxime al sentir euskaldun, tenemos suficientes evidencias. Es necesaria una reacción ante tanta morralla reaccionaria, pero no veo muchos motivos para esperar que algo de eso se vaya a producir. Lamentablemente.

2006/09/08

Bergaminiana

Fui peregrino en mi patria desde que nací

y fue en todos los tiempos que en ella viví,

y por eso sigo siéndolo ahora y aquí

peregrino de una España que ya no está en mí.

Y no quisiera morirme aquí y ahora

para no darle a mis huesos tierra española”

(José Bergamín)


Nacido en Madrid el 30 de diciembre de 1895 y muerto en Donostia el 28 de agosto de 1983, José Bergamín Gutiérrez fue y es poeta, crítico, filósofo, taurino, cristiano, republicano y hombre inteligente hasta la extenuación. El primer centenario de su nacimiento pasó con pena y sin gloria, como diría él, ninguneado por los de allí y poco reconocido por los de aquí. Bergamín permanece en esa "apartada orilla" a la que le han condenado los estamentos de un Estado guardiacivilizado, podrido por una transición de chalanes y culpable de ocultar tantos crímenes con un manto de olvido que hiede cada vez más.

Ahora que se levantan voces denunciando esa transición de suarezes y martinvillas, sería conveniente poner en su sitio la obra y la trayectoria vital de este hombre, que con sus aciertos y errores, fue fiel a sí mismo, en sus diversos exilios y en su decisión irrevocable de no dejar descansar sus huesos, sus queridos huesos, en tierra española sino darles tierra en Euskal Herria, en la “fronteriza” Hondarribia, ciudad que aparece de nuevo, como en los aciagos inicios del siglo XVI como el último refugio de los vascones, en este caso de adopción, como lo fue Don Pepe Bergamín.

Sabido es que las mentes más preclaras suelen acabar arrinconadas en el cuarto de los trastos viejos. Molestan demasiado sus acertijos conceptuales, sus obras narrativas o teatrales, sus discursos y hasta sus silencios. Ahora que se ha dado a conocer el pasado nazi de Günter Grass, uno de los símbolos de la izquierda literaria europea, habría que volver a repasar la lista de autores que mostraron en su trayectoria una mayor coherencia, incluso a los diecisiete años de edad. En Austria, Thomas Bernhard dejó en su testamento la prohibición de que se representasen sus obras en aquel país. Su odio al estado nazi-católico traspasó así la barrera de la muerte. En Suiza, Robert Walser, que acabó muerto sobre la nieve tras pasar sus últimos años en un manicomio, trasciende la realidad autoritaria y asfixiante de su patria. En Francia, la pesada tarea de destripar a la sociedad biempensante corrió a cargo de un antisemita como Louis-Ferdinand Céline, viajero iconoclasta que retrató las alcantarillas del estado con absoluta maestría.

No pretendo aquí hacer comparaciones entre autores, por otra parte incomparables. Simplemente vengo a reivindicar a quienes han permanecido orillados tantos años y lo han hecho sin perder en momento alguno la dignidad y la valentía para sajar con la punta de su cuchillo la pus del nacional-falangismo hispano. Alfonso Sastre, también vecino de Hondarribia, es uno de esos valientes. Un precedente ilustre de ellos fue Pepe Bergamín, poeta, ensayista, editor, pensador, hombre de letras en suma. Durante la República y en el exilio mexicano, en su primera vuelta y en su regreso al exilio de París o en la mal llamada Transición alumbró con sus escritos, con su pensamiento total para lo literario, lo político y lo taurino, a quienes dudaban de lo que estaban viendo delante de sus narices.

Han tenido que pasar más de treinta años desde que Franco muriera físicamente para que se levanten voces en defensa de la memoria de los fusilados, de los guerrilleros del maquis, de los huelguistas torturados, de los cientos y miles de comunistas, nacionalistas, anarquistas, socialistas y republicanos machacados por el franquismo. Incluso leo que la estatua del dictador va a ser desalojada de la Academia Militar de Zaragoza, establecimiento en el que impartió sus enseñanzas indecentes el despreciable personaje. Más vale tarde que nunca, pero habrá que recordar que parte de quienes ahoran reescriben aquellos años oscuros, aplaudieron a rabiar la reconversión monárquica del PCE, con Carrillo al frente, y del PSOE de González y Guerra, adoptaron la actitud del avestruz por una pretendida democracia de andar por casa. Bergamín, que nació y murió en la coherencia republicana, hubo de emprender un tercer exilio a Euskal Herria, incapaz de seguir soportando el ambiente de aquel Madrid transitorio e intransitable. Fue su último pecado y tras cometerlo cayeron toneladas de tierra sobre él, su obra y su memoria, intentando de ese modo sepultarlo para siempre en el olvido. Aún no lo han logrado y espero que nunca lo consigan.

No siendo nacionalista, ni vasco, Bergamín entendió mejor que muchos el hecho nacional de Euskal Herria y cuando gritó en aquel mitin republicano en el cine Europa, un 25 de febrero de 1979, ¡Viva Euskadi y Viva la República! acertó otra de vez de pleno. Los jóvenes españoles que salen ahora a las calles proclamando la pronta llegada de la III República y asumiendo entre sus puntos principales el reconocimento del derecho de autodeterminación de los pueblos peninsulares están gritando con Bergamin ¡Gora Euskal Herria, Gora Errepublika!, y aciertan también de lleno. “Contra la corona del pavo real alza su cresta el gallo republicano” decía en su entrañable “La cabeza a pájaros”, proclamando así un ideario radicalmente democrático, tan democrático que a partidos como el PSOE o IU les cuesta tanto asumir, pero que deberán hacerlo si quieren tener opciones de futuro en un escenario donde se arrinconen de una vez por todas el guardiacivilismo, la corrupción y la indolencia ante el poderoso.

Es tarea de quienes intentan construir un futuro en libertad no vigilada la recuperación de la figura y la obra de Pepe Bergamín, a quienes muchos jóvenes no conocerán ni de oídas. En ese sentido, no es baladí en estos tiempos de pensamiento débil y no-pensamiento, destacar la labor realizada por Ediciones Turner, al publicar de manera digna y rigurosa buena parte de la obra bergaminiana, siendo su “Obra esencial” el último aporte en ese esfuerzo. Tan sólo queda que todos aquellos que se consideren amantes de la verdad desnuda, sin máscaras, se aproximen a lo mucho y bueno escrito por este madrileño huesudo e inclasificable.

Septiembre

Llevaba tiempo pensando en realizar lo que ahora acabo de hacer: un blog. Tal vez sea el momento apropiado por vivir el bochorno de Septiembre, estar en la cuenta atrás para otro cumpleaños o seguir leyendo a Robert Walser, no lo sé. Lo cierto es que, mientras contemplo las laderas de un monte sin nombre y el sol intenta hacerse paso entre una cortina de nubes blancas y azules, me lanzo a este ejercicio de egolatría que consiste en autopublicar tus escritos en la red.

Intentaré dotarle de algunos contenidos que me vayan pareciendo interesantes, pero lo fundamental será reflejar mis puntos de vista y mis reflexiones sobre lo que acontece en el país de la lluvia, también conocido como Euskal Herria, Vasconia o Navarra.

Como es la primera entrega, prefiero que no sea larga, así que lo voy dejando y mañana más y mejor. Si alguien lo lee, gracias por la paciencia.