2011/10/30

Manejar los tiempos

Mariano Rajoy ante el anuncio de ETA
La política es, en muchos sentidos, el manejo de los tiempos. Hay que saber cuando se debe dar la mano al adversario, o al enemigo. No puede ser muy pronto ni muy tarde, sino en el momento preciso. Por ese motivo. muchas de las reacciones al comunicado de la organización clandestina ETA se refieren a las prisas, a la paciencia, a antes del 20N, a después del 20N y cuestiones similares.

Todo el mundo esperaba, tras la Conferencia de Aiete, el pronunciamiento. Todo el mundo, nunca mejor dicho, lo ha saludado como una "gran noticia", un "paso positivo" o una "declaración histórica". Bueno, todo el mundo no. La mayoría de las asociaciones de afectados por la lucha armada de ETA, la derecha mediática y algunos sectores minoritarios del PP lo han calificado de "trampa", de "maniobra" o de un acto negociado con el PSOE de Zapatero. Es preocupante que existan gentes con ese talante, pero también es comprensible que no se caigan del caballo, tras tantos años manteniendo un discurso tan pétreo.

Lo sustancial es que el núcleo dirigente del PP, el PSOE, los empresarios vascos y otros sectores afines hayan reconocido que el gesto de ETA representa un cambio sustancial. Otra cosa es la manera en que gestionen los tiempos a la hora de abordar sus responsabilidades, especialmente el gobierno que salga elegido tras las elecciones parlamentarias españolas del próximo 20 de noviembre.

Existen quienes quieren dotar de velocidad al proceso, como Iñigo Urkullu, y quienes pretenden templar y mandar, como los representantes del PP. En el PSOE hay tantas opiniones como militantes, debido a que esperan sufrir un descalabro en las urnas. En las filas de la izquierda independentista no hay excesivas prisas, pero sí necesidad de que la otra parte, el Estado, dé algunos pasos. La legalización de Sortu sería un buen termómetro, así como el fin de la dispersión, la excarcelación de presos enfermos o la anulación en la práctica de la llamada "Doctrina Parot".

No es lo mismo que estas cuestiones se diluciden en diciembre que en marzo y ahí entra el manejo de los tiempos. Si el Estado español es inteligente, lo que siempre es conveniente poner en duda, intentará que la presión de la olla reivindicativa no se eleve demasiado, porque significaría alimentar la dinámica de acumulación de fuerzas Bildu/Amaiur, a la que se puede unir en determinados asuntos el PNV (necesidad obliga).

Es cierto que Mariano Rajoy, presidente in pectore, como demostró la noche del día 20 en su reacción al anuncio de ETA, va a tener la sartén por el mango a partir de las elecciones. El problema es que, por no quitarla a tiempo del fuego,  se le queme la tortilla.

2011/10/21

Tiempo de convencer

La organización clandestina ETA ha hablado alto y claro, anunciando el cese definitivo de su actividad armada, que no es sinónimo de disolución. El desestimiento proclamado el 20 de octubre de 2011 pone punto final a la estrategia político-militar iniciada, con diferentes etapas en su desarrollo, en el otoño de 1958. No sabemos lo que ocurrirá en el futuro, si próximas generaciones de jóvenes vascos decidirán de nuevo empuñar las armas en defensa de la soberanía de su tierra. Lo que sí sabemos es que ETA no va a disparar un tiro más. Esa es la noticia.

Desde las siete de la tarde de ayer jueves, hora en la que se conoció dicha noticia, se han sucedido las declaraciones institucionales y de agentes políticos y sociales, valorando la declaración de la organización clandestina. Del eco internacional recogido da una idea el posicionamiento de personajes como el ex presidente de EEUU Bill Clinton, el presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso o el ex primer ministro británico Tony Blair. El que una hora después de emitirse el comunicado, el presidente del Gobierno español se hiciese eco del mismo de forma solemne, confirma el alcance de la decisión anunciada por ETA.

Van a estar estos días próximos plagados de declaraciones, análisis y contabilidades sobre el anuncio en sí y sobre la historia de 43 años de lucha armada de ETA. La cronología nos dice que el 7 de junio de 1968 muere en Villabona por disparos de ETA el guardia civil José Pardines. Tres horas más tarde es tiroteado Txabi Etxebarrieta en Benta Haundi (Tolosa), siendo el primer militante de ETA muerto por las fuerzas policiales. El 16 de marzo de 2010 el policía francés Jean-Serge Nérin resultaba muerto en un enfrentamiento con un comando de ETA en Dammarie-les-Lys, al suroeste de París. Son el Alfa y el Omega de un ciclo que concluye ahora. Un ciclo en el que ha habido demasiados muertos, tanto por parte de ETA como por parte de las fuerzas policiales y los grupos paramilitares como BVE o GAL.


Ahora bien, esto no es más que el final del principio. Tras la decisión tomada por ETA, son los gobiernos español y francés quienes tendrán que mover ficha para gestionar las consecuencias del conflicto armado: léase presos, armas y víctimas, fundamentalmente. Asimismo, la ausencia de actividad armada propiciará la apertura de diálogos multilaterales entre los agentes políticos y sociales vascos en la búsqueda de soluciones al conflicto político. Porque como bien dijo ayer Rufi Etxeberria, el final de ETA no significa el final del conflicto político, que sigue ahí presente. Detrás de todos los velos que lo han intentado esconder o disimular se encuentra el derecho a decidir de los ciudadanos que vivimos y trabajamos en Euskal Herria.

Conviene remarcar que lo que concluye es el ciclo armado de una lucha que va a continuar por medios estrictamente pacíficos y democráticos. Una lucha que deberá ir acompañada del necesario diálogo entre todos las sensibilidades políticas que se dan en el país. Porque en Euskal Herria conviven o deben convivir gentes del PP, UPN, UPM y Modem, con gentes del PS, PSOE e IU, gentes del PNV, de Geroa Bai, de Aralar, de EA, de AB, de la Izquierda abertzale, en fin de ideologías y posicionamientos muy diferentes. Habrá acuerdos y disensos, por supuesto, pero avances y retrocesos, pero en todo caso se hablará.

Y en ese escenario complejo, la tarea a realizar por la izquierda independentista vendrá marcada por una reflexión lanzada en enero de 2009, en entrevista periodística, por el histórico militante independentista Eugenio Etxebeste: "Hay que pasar de la etapa de resistir es vencer a la etapa de convencer es vencer". Se abre pues el tiempo de convencer, en la búsqueda de las mayorías necesarias para plantear en el futuro, con garantías, el ejercicio del derecho a decidir. Convencer para lograr que a los miles y miles de ciudadanos que defienden una Euskal Herria soberana se les unan otros miles más, hasta conformar esa mayoría decisoria.

2011/10/19

Una Conferencia de cine

Aieteko Jauregia
No anduvo muy desacertado el periodista que confeccionó la primera de "El mundo" del martes, cuando apostó por el Zinemaldia para titular la información sobre la Conferencia de Aiete. "El Festival de San Sebastián" fue la apertura del diario de capital italiano. Efectivamente, la conferencia ha ido de cine, pese a la estulticia que embadurna las mentes de muchos confeccionadores españoles. Estaban en que el final de ETA iba suponer un nuevo "domuit vascones" y se están encontrando con que sus supuestos "vencidos" gozan de una muy buena salud política. Diríase que inmejorable.

El alto nivel de las personalidades que han estado presentes en el palacio de Aiete, unido a la amplia representación de organizaciones políticas y sindicales allí reunidas, del norte y el sur vascos, han conseguido lanzar un nítido mensaje al mundo: Entre Euskal Herria y los estados español y francés hay un contencioso político que debe resolverse mediante el diálogo. Un contencioso que afecta a los siete territorios vascos y que deberá solucionarse por métodos estrictamente pacíficos y democráticos.

Se le ha pedido a la organización clandestina ETA que cese de forma definitiva en su actividad armada, pero no se le ha exigido la autodisolución, al igual que ocurrió en el caso del contencioso irlandés. El IRA no actúa desde hace años, pero aún sigue latente. No sabemos lo que ocurrirá en el caso de ETA. Habrá que esperar a que se vayan concretando los diferentes pasos a realizar. Por de pronto, se espera una inminente respuesta a la declaración, por supuesto en sentido afirmativo.  

Más allá del contenido de la Conferencia y de la declaración emanada de la misma, la propia celebración supone un éxito rotundo de quienes la han impulsado, especialmente del colectivo pacifista Lokarri y el Grupo de Contacto que lidera Brian Currin. A cada cual lo suyo. Asimismo supone un espaldarazo a  la estrategia seguida en los dos últimos años por la izquierda independentista, que ha dado su pleno apoyo a la declaración. De la zozobra vivida tras el fracaso del último proceso negociador, la IA ha pasado a protagonizar un lugar absolutamente central en el escenario político vasco. Por su parte, el PNV, de la mano de Iñigo Urkullu, ha actuado de forma inteligente, arropando la conferencia y apuntándose al éxito de la misma, a la vez que ha atacado la inanidad política del lehendakari López, incapaz de estar en el sitio y el momento justo, sino todo lo contrario. El papelón del PSOE lo ha tenido que interpretar Jesús Eguiguren, como casi siempre, acompañado de un fantasmal Totorika. Podían haber sido protagonistas y se han quedado en actores de reparto. El propio presidente del PSE ha reprochado a López no haber hecho más en todo este asunto.

En cuanto a la crítica, conviene separar el grano de la paja. La inmensa mayoría de medios vascos han informado con correción sobre la película rodada en Aiete, columnas de opinión como la de Pello Salaburu aparte. Y esa debe ser la mayor preocupación para cualquier observador de lo que en su país acontece. Por el contrario, los medios madrileños, en un derroche de rabia mal disimulada, se han lanzado al precipicio con titulares extravagantes que muy poco tenían que ver con el auténtico contenido del acto de Donostia. Una prensa que se autoproclama seria no puede caer en semejante ejercicio de amarillismo periodístico. Conviene titular con la cabeza, no con las tripas, como han hecho la mayoría de diarios, salvo "El país" y "Público". Da la sensación de que radios y televisiones principales han sido más comedidas. La prensa catalana y la internacional, con matices, han recogido el acontecimiento de forma mucho más profesional, como cabía esperar por la experiencia de anteriores eventos.

La Conferencia de Aiete no va a cambiar por sí misma la historia de este país. Lo que se ha dicho en la declaración venía a ser conocido por casi todos, no es una gran novedad. Lo relevante, lo determinante es que un reparto de lujo como el que se reunió en Donostia el lunes formule una declaración de alcance que sirva para remover el escenario político vasco. Ahí reside la importancia de la conferencia de cine que hemos tenido la oportunidad de contemplar en Aiete en octubre de 2011 y no en el sueño de una noche de septiembre en el Kursaal.


2011/10/17

Relatos y folletines

Algunos participantes en la Conferencia de Aiete
No se asusten, no voy a escibir sobre literatura, sobre los relatos de Cortázar o los folletines de Corín Tellado, sino sobre la actual situación política vasca. Como si una orden del viejo Plan ZEN se tratase, políticos, publicistas, columnistas y analistas varios vienen alimentando la especie de que es muy importante, casi decisivo, la forma en que se cuente el relato de lo que ha ocurrido en este país (y los adyacentes) en las últimas décadas. Pase lo que pase, explican, lo que queda es el relato de los hechos y en ese relato debe quedar nítidamente expuesto que aquí ha habido vencedores y vencidos. Los vencedores, por supuesto, son ellos, los demócratas, y los vencidos, también por supuesto, los etarras y su amplio entorno.

Si los hechos están tan claros, son tan evidentes, ¿a qué viene tanta insistencia? Resulta paradójico que se empeñen día tras día en lanzar el mismo mensaje, cansino por repetitivo, si todo el mundo tiene meridianamente claro que el Estado ha ganado y ETA ha sido derrotada. Eso sí, si se les mienta la "Conferencia Internacional para promover la resolución del conflicto", se mesan los cabellos.

Utilizan a discreción la frase que empleara el primer alcalde franquista de Bilbao, Conde de Motrico, cuando en su discurso tras la ocupación de la villa aludió a la necesidad de que hubiese "vencedores y vencidos", un lema de claras connotaciones bélicas. Sin embargo, frente a la conferencia de Aiete, argumentan que aquí no ha habido una guerra o un conflicto a resolver, sino que se ha dado el ataque sistemático de una minoría armada contra el resto de la población. Estaría bien que aclarasen la paradoja. Si no ha habido guerra, como enfatizan, tampoco habrá habido vencedores ni vencidos. Ni siquiera contendientes.

Lo que ocurre es que quienes lanzan estas soflamas contra la Conferencia Internacional de Aiete y contra cualquier iniciativa ajena a su intendencia, no pueden explicar el porqué de la fotografía que contempla a día de hoy la ciudadanía. Resulta que los supuestos vencedores de esta guerra inexistente exhiben sus airadas imprecaciones en prensa, internet, radio y televisión. Se les ve muy enfadados, a algunas, como a Rosa Díez, embadurnadas en una acidez mental, preámbulo de la úlcera duodenal. Si son realmente los vencedores deberían estar alegres y contentos, mostrando a todo el mundo una sonrisa de oreja a oreja.

En el otro lado, el de los supuestos vencidos, no se ven esos gestos airados, agrios, sino rostros ilusionados por emprender nuevos caminos hacia la consecución de sus objetivos políticos históricos, que esos no prescriben con conferencia alguna. Unos vencidos que, en un escenario diseñado por los vencedores, han conseguido acumular miles y miles de votos, y los que vendrán de la mano de Amaiur.

Unos vencedores enfadados, destilando hiel en sus escritos y discursos, y unos vencidos que pasean, con paciencia y sin alterarse, su convicción de haber acertado en lo fundamental. Ellos hablan una y otra vez del relato, aunque se encuentren a 5.700 kilómetros de Aiete, pero más parece que traten de engatusarnos con un mísero folletín, de los que se publicaban en la prensa franquista en los años cuarenta, esa sí, la de los vencedores y los vencidos, las banderas al viento y la imposición de la victoria bélica.

Estekak:

2011/10/14

En caída libre

Pérez Rubalcaba y Caamaño.
La pérdida de rumbo que sufre el PSOE es desconocida. Siempre tuvo problemas de bicefalia (Prieto/Largo Caballero) o de acefalía (Almunia), pero ahora sufre al mismo tiempo la inanidad de Rodríguez Zapatero y la incapacidad de Pérez Rubalcaba. El bochornoso espectáculo que están dando en torno a la Conferencia de Paz de Donostia es la mejor prueba del dislate diario de un partido que se apresta a atravesar un desierto en el que parece no van a existir los oasis. Se puede decir que están en caída libre.

Acomplejado hasta la extenuación por la vigilancia en corto del Partido Popular en temas relativos a Euskal Herria/ETA, el PSOE ha sido incapaz de reaccionar ante el cambio de extrategia auspiciado por la izquierda independentista en base a "Zutik EH". La falta de política propia, de autonomía en la toma de decisiones, le ha conducido a la inoperancia. No sabe, no contesta. En vez de mudarse de traje y emprender un camino propio, se ha ido acurrucando en la esquina más oscura del escenario político, delegando responsabilidades en otros agentes, como el Tribunal Constitucional, y desaprovechando la mejor oportunidad en treinta años de pasar a la historia.

Ayer mismo el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, un personaje nefasto en sí mismo, advertía de que estaban buscando indicios sobre supuestas ilegalidades de la coalición Amaiur, en un nuevo ejercicio de necedad digno de mejor causa. Saben perfectamente que no hay caso, que la historia nunca se repite y que la entrada de Aralar en la coalición desmonta sus propios argumentos anteriores, pero se siguen dejando arrastrar por una inercia que les va a llevar a la mayor hecatombe electoral desde que Suárez abrió la llave.

Volviendo a la Conferencia de Paz, resulta inaudito que el lehendakari López no tenga asesores que le diseñen su agenda de forma apropiada. Resulta ridículo que se vaya a encontrar haciendo negocios en Estados Unidos de América el mismo día en que se reúnan en Donostia importantes personalidades internacionales para hablar de la paz para Euskal Herria. Han llegado a decir que la conferencia no es sino una plataforma de propaganda de la izquierda abertzale, cuando saben perfectamente que ésta trasciende, en mucho, lo que representa la próxima cita electoral. Además, acudirán a la misma destacados representantes del Partido Socialista vasco-francés y del laborismo británico, gentes que no llevan aparejadas en sus cabezas las orejeras que lucen los socialistas vasco-españoles ante el asunto.

Al final, tras desmentidos y renuncios varios, una delegación del PSE acudirá a la cita, según López para verificar que no se trata de mera propaganda. Lamentable actitud, indescriptible situación interna y vergonzosa trayectoria la de este partido, que ha arrojado por la borda cualquier posibilidad de acertar en esta cuestión. Se han empeñado en hacerlo mal y en ello seguirán hasta su total arrinconamiento en la toma de decisiones.

PD.- Por una vez habrá que felicitar al EAJ-PNV, y a su presidente Iñigo Urkullu, que ha apostado por la conferencia y que no ha dudado en darle su apoyo.

PD2.- El titular de "El Mundo" de hoy pasará por derecho propio a la pequeña historia de la infamia periodística: "El PSOE acudirá a la conferencia internacional montada por ETA". Sobran los comentarios.

2011/10/05

Tetraplicidades

Las consultoras Deloitte y Everis han elaborado un "informe sobre duplicidades e ineficiencias en las Administraciones Públicas Vascas" en el que se afirma que ascienden a 403 millones de euros los gastos que asumen las instituciones en competencias que no les corresponden. La necesidad de recortar gastos en época de vacas flacas tiene estas ventajas. Salen a la luz con más facilidad estas cuestiones, normalmente ocultas.

Es un paso adelante, sin duda, pero este asunto remite a otro más profundo, como es la propia estructuración institucional vasca. Dejando por un momento a un lado la división territorial que sufrimos, es evidente que una correcta administración y gestión de los recursos aconseja una reforma en profundidad. En la propia CAPV tenemos dos empresas para gestionar la autopista A-8, una para el tramo vizcaino y otra para el guipuzcoano. Y siguiendo con el transporte, en Bizkaia se pone en marcha en enero la tarjeta Barik cuando en Gipuzkoa lleva funcionando hace tiempo una similar, y con éxito, la de Lurraldebus. Solo de pensar en los gastos del desarrollo informático de las dos aplicaciones paralelas le entran a uno sudores fríos. 

Los ejemplos serían interminables y están en la mente de todos. El encaje institucional que se hizo a finales de los años setenta, con las peculiaridades forales que afectan a los cuatro territorios del sur vasco, han llevado a la creación de una pirámide institucional en la que se solapan ayuntamientos, mancomunidades comarcales, diputaciones forales, gobiernos autonómicos y administración estatal. Semejante entramado, por muy bien que se engrane para que no se produzcan duplicidades, genera de todas todas gastos superfluos.

En clave de futuro habría que poner en cuestión la necesidad de mantener las diputaciones tal y como las conocemos en estos momentos. Si las haciendas forales deben continuar, por mor del Concierto Económico, habría que adelgazar el resto de la estructura institucional provincial al mínimo posible, teniendo en cuenta que somos un país de poco más de tres millones de habitantes. La disgregación, a la que tan aficionados somos los vascos, independentistas del barrio propio frente al municipio que lo engloba -aunque el ayuntamiento se encuentre a tres kilómetros de distancia- tiene que ser corregida. El futuro de los municipios de menos de 500 habitantes también debería ser estudiado. Tener ayuntamiento propio no tiene que ser siempre la mejor solución, la federación o concejo con otros núcleos de similar tamaño es una posibilidad a tener en cuenta.

El turismo, la investigación y el desarrollo o la acción cultural deben ser campos en los que se tengan que aunar esfuerzos. Promocionar el turismo de forma localista es una torpeza. Se trata de vender una oferta de país (Visit Basque Country) en la que tomen parte todos los atractivos que acumulamos en la costa y el interior. Y así en muchos otros campos de trabajo para la administración.

Los intereses de unos y de otros, los partidismos, los provincialismos y otros cuantos ismos que nos enredan, dificultan que se abra un debate de ideas sobre el particular. Es cierto que en los últimos años una mayoría de ciudadanos puede coincidir en reivindicar el derecho a decidir, lo cual es un paso importante. También deberíamos trabajar en consensuar un modelo de administración que suponga un salto adelante, un ahorro económico y una mayor eficiencia en la gestión. Seguramente habrá que esperar a la conclusión del ciclo electoral en el que estamos incursos, pero mientras tanto estaría bien ir avanzando algunas propuestas.

Estekak:

2011/10/03

Nada es por casualidad

A raíz del reciente pronunciamiento sobre el Acuerdo de Gernika realizado por el Colectivo de Presos Políticos Vascos, EPPK, parece que se ha producido un cierto acelerón en el escenario político de Euskal Herria. Sin solución de continuidad se ha presentado en Bilbao la comisión internacional de verificación (CIV); el grupo Ekin ha anunciado su autodisolución; el lehendakari López se ha mostrado partidario de acercar a los presos y legalizar Sortu si se dan determinadas condiciones; la propia ETA ha aceptado el dictamen de la CIV sobre el alto el fuego; y en otro orden de cosas, la coalición Amaiur se ha presentado en Iruñea.

Cada uno de esos asuntos merecería un comentario aparte, pero ahorraré al lector tanta lectura. La sensación general es la de que el proceso avanza, gracias fundamentalmente al esfuerzo y las ganas que está poniendo en el empeño la izquierda independentista. Tras el revés que supuso la sentencia del caso Bateragune, la reacción clásica hubiera sido un enroque, exigiendo a los demás gestos compensatorios. En este momento histórico la reacción ha sido bien distinta. Echar más madera a la caldera para que el proceso no solo no se enfríe, sino que aumente de temperatura en lo cualitativo y en lo cuantitativo.

Cartel de la película "Al final del túnel. Bakerantza"
Uno de los esfuerzos menos conocidos es el desplegado en torno a la película documental "Al final del túnel.Bakerantza", producida por el hernaniarra Elías Querejeta, que acudió a la izquierda abertzale en busca de consejo. Un film que animo a visionar a quien tenga ocasión, porque aporta puntos de vista diversos sobre el llamado conflicto. Algunos testimonios chirriarán a más de uno, de los de aquí y de los de allí, pero si el film se exhibe en el Estado español puede ejercer una labor de explicación y divulgación de lo que queremos los vascos, o al menos la mayoría de los vascos. Me ha llegado el dato de que a alguna cara conocida de Bildu no le ha gustado el documental. Tal vez no ha sabido apreciar en su justa medida el testimonio de dignidad que Juan Carlos Ioldi realiza en el mismo. Solo por eso merece la pena que se haya hecho la película. Que no ha sido por casualidad.

Dentro de unos años, cuando periodistas, analistas e historiadores aborden el momento que estamos viviendo estos meses, apreciarán con más nitidez los pasos que se van dando. Ahora nos falta perspectiva para darnos cuenta de la trascendencia de declaraciones, gestos o firmas. Nada es casual, sino más bien causal. Lo uno lleva a lo otro, en un proceso dinámico que está consiguiendo aglutinar a importantes sectores sociales del país, más allá incluso de los núcleos históricos de la izquierda abertzale.

Se habla mucho, desde las antípodas, de que tiene que haber vencedores y vencidos, de que el relato que quede debe decir que la democracia venció a la dictadura del terror. Insistirán en ello durante un tiempo, pero saben que esa batalla la tienen perdida de antemano. No se puede construir nada a futuro si se considera como vencidos a un cuarto largo de los votantes.

Un destacado militante independentista dijo ya hace unos cuantos años que en caso de perder la batalla militar no podíamos perder también la política. Esa es la reflexión que anida en el cambio de estrategia de la izquierda abertzale. Y de ahí que desde la metrópoli se pretenda que haya vencedores y vencidos. En todo caso, quienes ahora se aglutinan en torno a Amaiur no van a ser en ningún caso los vencidos. Y ellos, los de Madrid, ya lo saben.

Vendrán más pronunciamientos, más movimientos de uno u otro signo, asistiremos a situaciones que hace pocas semanas nos hubieran parecido inimaginables. Algunas de ellas nos rechinarán en el ámbito de lo simbólico, algunos llegarán a asustarse, probablemente. Pero el cómputo final va a ser positivo para quienes ayer, hoy y mañana siguen soñando con una Euskal Herria libre, habitada por hombres y mujeres libres.

Beste iritziak: