Los comicios a Cortes españolas del pasado domingo han arrojado unos resultados en nuestro país que merecen ser analizados con un cierto detenimiento. El análisis de los comicios celebrados en Iparralde, al ser a doble vuelta, lo dejo para después de la misma. Tan sólo constatar que la fórmula EH Bai (AB, Batasuna y EA) parece arrojar resultados prometedores en la vía hacia el crecimiento de las tesis abertzales en esa parte del país y al posible reconocimiento institucional en forma de departamento.
En cuanto a lo ocorrido en Hego Euskal Herria, hay que destacar la rotunda victoria del PSOE, la derrota sin paliativos del PNV, el mantenimiento a la baja del PP-UPN y la resistencia mostrada por la izquierda independentista ante el intento de desplazarla a las catacumbas políticas. Por tanto, si algo queda claro es que las cuatro patas de la mesa siguen en pie, quedando fagocitadas las vías intermedias, llámense Eusko Alkartasuna, Ezker Batua o Aralar.
La victoria de un partido como el PSOE pone en cuestión la estrategia llevada a cabo por las fuerzas vascas, divididas unas, ilegalizada la otra, de concurrir en solitario a unas elecciones esencialmente españolas. La derivada es sencilla. o se va en una candidatura unitaria, como expresión mayoritaria del pueblo vasco, para hacer ver en Madrid la fuerza del soberanismo, o se opta por la abstención, ante unos comicios que nunca van a ser favorables para los intereses de las formaciones abertzales o independentistas.
Dicho esto, como preludio al análisis en sí, paso a detenerme en cada uno de los bloques electorales que han concurrido a los comicios, así como al de la abstención, que en este caso ha sido reivindicada expresamente por la izquierda independentista.
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