- EAJ-PNV: 303.246 votos; 13,79%. 6 diputados y 2 senadores
Los resultados obtenidos por las listas del PNV en estos comicios son la mejor demostración de la decadencia de un partido histórico que ha perdido el rumbo hace ya tiempo. En las mejores condiciones posibles, con la izquierda independentista ilegal y una clara posibilidad de voto útil ante la nadería política de EA y Aralar, los jeltzales han cosechado un rotundo fracaso.
La tendencia a la baja no es ya un asunto coyuntural, sino que empieza a tener visos de tragedia. El partido de la corrupción y el enchufe, el partido de la ertzaintza, el partido de la ambiguedad, está probando su propia medicina. Incluso Bizkaia, un feudo inexpugnable basado en el control social y el reparto de canonjías, ha hecho aguas. Ni siquiera les queda como consuelo Bilbao, que también lo han perdido, y no por unas décimas, precisamente.
El paso de Josu Jon Imaz por el EBB ha desbaratado lo que tenían asegurado sin crear nueva clientela. Iñigo Urkullu no parece la persona adecuada para liderar nada e Ibarretxe se asemeja cada vez más al holandés errante. La única esperanza que les queda es que el PSOE les eche una mano y facilite una salida honrosa al plan y a la consulta, es decir, lo cambie por un acuerdo de nuevo estatuto de la señorita Pepis, con referéndum posterior. Un estatuto catalán con txapela, más o menos. En todo caso, no se descarta que los independentistas que continúan dentro de ese conglomerado den un paso al frente y se decidan de una vez por apostar en público por lo que dicen defender de boquilla en la intimidad de los batxokis.
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