No me gustan las campañas electorales, porque dan la impresión de una especie de mercado persa donde los partidos venden sus mercancías al mejor postor. Prefiero seguir la política del día a día, el contraste de ideas y opiniones con la gente de mi entorno. Y escuchar otras voces, ajenas a mis propias convicciones, pero tan respetables como la mía, o más.
En esta ocasión, y sin que sirva de precedente, voy a inmiscuirme en esa campaña, para ofrecer algunos argumentos a favor del voto. Porque a pesar de mi cultura libertaria, siempre que he tenido ocasión he votado. Es un pequeño esfuerzo que puede ayudar a cambiar las cosas. Ahora bien, no conviene sacralizarlo como la más alta ceremonia democrática. Hay otras, tan váĺidas como ella. La que más me gusta es la democracia directa, la democracia cotidiana.
Vamos a ello. La primera razón que se me ocurre para ir a votar el domingo es que a muchos miles de ciudadanos de este país se nos ha impedido el derecho al voto durante años, durante demasiados años. Hemos tenido que votar nulo o abstenernos porque nuestra opción política había sido clausurada, condenada a la ilegalidad, proscrita.
La segunda razón es que en esta ocasión tenemos la oportunidad de construir una alternativa real, tangible, al tripartidismo reinante en Hego Euskal Herria. Un tripartidismo protagonizado por PNV-PP/UPN-PSOE, formaciones que se han aprovechado del confinamiento de la opción independentista. Este es el momento de romper ese tripartito en el que el PSOE hace de comodín, hoy con éste, mañana con aquel, incluso con los dos a la vez, como es el caso actual.
La tercera razón, quizá la de más peso, es que con el voto de domingo podemos consolidar y hacer prácticamente irreversible el camino trazado en Zutik EH. Confirmar que el cambio estratégico tiene todo el sentido y convencer a los todavía reticentes de que la lucha institucional, ideológica y de masas es el único camino. Hauxe da bide bakarra.
La cuarta razón, ligada a la tercera, consiste en el efecto beneficioso que para el proceso democrático y de paz que se viene alimentando en nuestro país puede tener un respaldo importante de la ciudadanía a la opción soberanista y de izquierdas. Todo el mundo es consciente de que un buen resultado ayudará a traer la paz.
La quinta y última, aunque hay muchas más, es que el voto del domingo puede significar una enorme bofetada en el rostro a quienes en Madrid ponen obstáculos al proceso. Desde los partidos PP y PSOE hasta el Gobierno de Rubalcaba, pasando por muchos medios de comunicación y buena parte del poder judicial. Que se vayan enterando de que esto va en serio y de que no vamos a recular hasta conseguir el ejercicio pleno del derecho a decidir.
Con humildad, pero sin miedo, defendamos el cambio para Euskal Herria dando el voto para Bildu. Estoy seguro de que va a merecer la pena.
Totalmente de acuerdo . Añadiria muchas más a las razones esgrimidas, porque no todos son iguales, ni mucho menos. Aquí en este nuestro País la indignación tiene opción electoral. Bildu.
ResponderEliminar