2011/05/23

Votos

Las elecciones de ayer domingo pueden dar pie a múltiples análisis, comentarios y alucinaciones. Suele ser recomendable huir de las últimas, aunque vistos y revistos los datos, uno parece vivir una suerte de alucinación. No esperaba esto ni de lejos.

El titular de Gobernación español, el cántabro Pérez Rubalcaba, ha insistido en los últimos meses en que la izquierda abertzale debía optar entre votos y bombas. Pues bien, ya puede tomar nota. Hace ya un tiempo que la izquierda abertzale, en un proceso de debate interno, optó por los votos. [Un proceso en el que estaba muy implicado Arnaldo Otegi, por cierto, para el que pido su liberación inmediata, al igual que para sus compañeros de proceso aún encarcelados Miren Zabaleta, Sonia Jacinto y Arkaitz Rodríguez.]

Según la web del ministerio que dirige APR, la coalición Bildu-EA-Alternatiba ha obtenido 313.231 sufragios. ¿Le parecerán suficientes? Yo creo que sobrepasan el umbral de lo necesario y se sitúan en el ámbito de lo decisorio. Su partido se ha quedado. en el mismo marco electoral, en los 227.739, que no están nada mal, pero que son bastantes menos sufragios. ¿Sería por esto por lo que Rubalcaba se empeñó en no legalizar a Sortu y posteriormente a Bildu? ¿Sería por esto que se ha encerrado en una estrategia numantina contra la verdad democrática del voto, en alianza de hierro con el PP?

Es evidente que la izquierda abertzale ha cambiado, se ha ido adaptando al terreno, a veces por convicción, a veces por obligación. La Ley de Partidos y la consiguiente ilegalización y clandestinidad han condicionado a este sector social, eso es indudable. Pero el ataque masivo del Estado, la estrategia conjunta PSOE-PP, la ayuda incondicional de París y la sentencia del Tribunal de Estrasburgo, tan discutible, no han conseguido estrangular a la izquierda independentista.

Con 40.000 posibles candidatos "apestados"; construyendo alianzas con formaciones que comparten una estrategia pacífica y democrática; con candidatos nuevos, jóvenes y no tan jóvenes; con un programa corto pero claro, la izquierda independentista ha superado todas sus marcas electorales. Y lo ha hecho contra corriente, insultada, marcada como "proetarra" y "terrorista" en medios de comunicación de gran importancia, con la incertidumbre hasta última hora de su legalización.

Pese a todos esos obstáculos, pese a tantos contratiempos, 313.231 ciudadanos de Hego Euskal Herria han dado su confianza a Bildu. He leído que gentes honestas de Galicia, de Andalucía, de Canarias, del País Valenciano... felicitan a Bildu y anhelan algo parecido para sus países. Me parece que deberán esperar. Lo que ocurre en este país no es fácilmente exportable. No se trata de política al uso, es algo mucho más profundo, un sentimiento de sano orgullo, de dignidad nacional, que nos vacuna de cualquier tentación al compadreo, a la corruptela, a la maniobra oscura, al nepotismo.

Las gentes de la izquierda independentista han sabido esperar. Han sufrido lo indecible, pero no han perdido la esperanza. Y ahora tienen la recompensa. Una recompensa que allana el camino para el cambio político. Para la paz. Para la libertad. Para la soberanía.


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