En lo que llevamos de siglo XXI, un cuarto ya, se ha podido constatar un incremento de las descalificaciones personales en diferentes ámbitos, especialmente en el político-periodístico y más en concreto en las llamadas redes sociales. Lo de redes debe venir del enredo en que te metes si no sabes distanciarte a tiempo de su capacidad de hipnosis. El insulto, el bulo y la mentira se han convertido en habituales compañeros de viaje y, a veces, la única salida digna es precisamente salirse de la red y liberarse de esa nube de tarados que pululan por aquí y por allí. Resulta saludable irse de X, antigua Twitter, lo recomiendo.
Dabid Lazkanoiturburu. Foto: Bizkaia Irratia |
En periodismo existe, entre otras muchas cuestiones, la sagrada división entre información y opinión. Una división que se suele destacar en términos tipográficos diferentes. Los titulares de las piezas de opinión suelen ir, por regla general, en cursiva. Pero la norma principal al respecto es que mientras la información se atiene estrictamente a los hechos: "Un francotirador acaba con la vida de J.F.K.", la opinión es libre como los pájaros: "Brutal magnicidio en Dallas".
Viene toda esta introducción a cuenta de las descalificaciones personales que ha recibido el periodista del diario "Gara" Dabid Lazkanoiturburu, tras publicar en su blog una columna titulada "Venezuela, las dudas y la sonrisa de Trump". Un artículo de opinión con el que se puede estar o no de acuerdo, pero que no utiliza exabruptos contra nadie y con el que estoy de acuerdo en su práctica totalidad.
No son nuevos los ataques sufridos por Dabid desde posiciones de una supuesta ortodoxia "antiimperialista" que no concibe que haya personas que desde posiciones progresistas critiquen determinadas acciones de gobiernos como los de Venezuela o Nicaragua. La maquiavélica consigna de "el enemigo de mi enemigos es mi amigo", conduce a situaciones que si no fueras tan dramáticas, resultarían más bien ridículas. Defender a estas alturas la gestión del tándem Ortega-Murillo y su régimen autoritario en Nicaragua, porque de vez en cuando ladran contra Estados Unidos, es para hacérselo mirar. Tratar como intocable al régimen de Nicolás Maduro es otro error de apreciación de esa izquierda anquilosada, envuelta en viejos esloganes que pocos se creen ya. Que la oposición de Corina Machado y cía sea un atajo de impresentables no hace mejor al presidente recién refrendado.
Decir que el gobierno de Cuba no está acertando con su política económica es una obviedad, los datos están ahí. Otra cosa es que buena parte de la crisis que sufre la isla tenga que ser atribuida a la política de acoso y derribo diseñada en Washington DC por los distintos gobiernos estadounidenses, sean republicanos o demócratas, lo mismo da. El bloqueo no ha dejado de ejercer su presión desde el minuto uno.
La izquierda, en general, tiene diferentes prismas sobre muchísimos temas, como Rusia, Corea del Norte, Vietnam, China, Siria, los kurdos, etcétera. Y esas visiones distintas pueden ser enriquecedoras si nos respetamos a nosotros mismos y a los que discrepan con argumentos. Las opiniones son libres y deben vehiculizarse sin caer en el insulto ni la descalificación personal.
Dabid Lazkanoiturburu, veterano periodista de internacional, trabajador honesto e infatigable, puede ser criticado, por supuesto, pero no se merece los ataques personales recibidos tras publicar su columna. Es su libre opinión, con la que estoy seguro coinciden muchos lectores del diario en el que desempeña su labor. Entre ellos el que suscribe este comentario. Bienvenidas las críticas sustentadas en argumentos, pero dejemos a un lado las descalificaciones personales, que pueden hacer mucho daño a quien las recibe. ⧫
Artículo, "Venezuela, las dudas y la sonrisa de Trump"
"Un mundo en pie de guerras" - Dabid Lazkanoiturburu (Txalaparta)
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