Justo cuando estaba preparando la maleta para iniciar mi periodo de vacaciones ferragosteñas, recibo un e-mail de mi querido amigo el profesor del departamento de Geografía de la University of Western Ontario, Sterling McGray. Es un honor que siga en contacto conmigo, aunque la verdad es que me prometió intervenir con asiduidad en el pasado 2011 y hace más de año y medio desde su última contribución, allá por diciembre de 2010.
Me repite, no sé si creerle, que sigue trabajando en aquel famoso estudio sobre "La viabilidad de la independencia de Escocia respecto de Inglaterra". Voluminoso trabajo, me temo, de cuyo resumen espero recibir algún día noticias.
Pero vayamos al grano. El profesor McGray no suele dar puntada sin hilo y aunque no conozco las fuentes autóctonas de que dispone, le veo muy bien informado de todos los acontecimientos que se han venido produciendo en estos meses. Especialmente de todo lo relativo al cese de la actividad armada de la organización clandestina ETA, que él se empecina en calificar de nacionalista.
McGray comienza su correo manifestando su estupor por las reacciones habidas al histórico anuncio de ETA. Opina que una noticia tan esperada no puede ser acogida con tanta frialdad, en especial por la dirección del Partido Popular. Su argumento no es muy original, a pesar de tratarse de un australiano que reside en Canadá, ya que quiere explicar la actitud del PP en base a un interés soterrado de que las cosas no cambien, es decir, de que ETA hubiera seguido en las andadas.
No coincido con la postura de McGray. Creo que la inmensa mayoría de dirigentes y militantes del PP se han alegrado del anuncio. Otra cosa es que el interés político les impida expresarlo abiertamente. La política es un teatro en el que cada personaje debe interpretar su papel y el que le corresponde al partido de Rajoy es el de la firmeza. McGray, a este respecto, saca a relucir la teoría del descuento. Me explico. Dice el profesor que las sucesivas decisiones que han ido tomando las organizaciones de la izquierda abertzale, incluida ETA, estaban ya descontadas de antemano por el Gobierno.
Sería un poco como en los mercados bursátiles. Ocurre que el BCE rebaja el tipo de interés y la bolsa baja. Entonces los analistas lo argumentan. Es obvio que la medida es un claro incentivo para que se invierta en bolsa, pero resulta que estaba descontada por los mercados. Todo el mundo sabía que el BCE no tenía otro remedio y que la bajada se iba a producir, sí ó sí. Augura McGray que futuras entregas de armas serán recibidas con la misma estrategia, para restarles valor.
Puede que McGray lleve razón y que quienes vivimos aquí, en medio de la marabunta, no sepamos leer con nitidez los acontecimientos que se van sucediendo. El profesor, que en el caso español no aprecia separación entre los poderes ejecutivo y judicial, debido a una larga tradición carpetovetónica y a la falta de una verdadera revolución burguesa en el Estado, estima que se están dando innegables avances en el terreno jurídico-político. Me cita la sentencia del Tribunal de Estrasburgo sobre la llamada "Doctrina Parot" o la admisión del recurso de Sortu por parte del Tribunal Constitucional, lo que ha supuesto su inmediata legalización. Se olvida, o no lo quiere mencionar, lo ocurrido con el llamado "Caso Bateragune" o con el no fin de la dispersión de los presos vascos, que continúan encarcelados a cientos de kilómetros de su patria. Él sabrá.
Por el contrario, concede suma importancia al asunto de la reducción de escoltas, ayudado por la situación de crisis galopante en lo económico. Incide en que habrá que observar con lupa la posible disminución de efectivos policiales acantonados en Euskal Herria. Le prometo que así lo haremos.
Para terminar, McGray, que me consta tiene buenos contactos en Sabin Etxea, echa un jarro de agua fría a las expectativas electorales de la coalición soberanista EH Bildu. Cree que obtendrá unos magníficos resultados, pero que la insistencia desde muchos medios en hablar de una hipotética victoria, llevará a parte de su base social a contraer una cierta decepción. McGray insiste en que la candidatura de Iñigo Urkullu, del que alaba su patriotismo -al no dejar a Nafarroa Garaia olvidada a su suerte, como algunos de sus predecesores en el EBB-, va a concitar el voto útil de ciertos sectores que suelen votar a PP o PSOE y que van a entender el apoyo a la candidatura jeltzale como el único modo de frenar la imparable escalada de lo que ellos consideran una ETA sin metralletas, o sea, Bildu.
El e-mail del profesor McGray, que no menciona para nada el sorprendente hallazgo de un hacha del año 1500, de supuesto origen vasco, en un yacimiento arqueológico relativamente cercano a su lugar de residencia, concluye deseándome unas provechosas vacaciones, deseo que traslado a todos aquellos que tienen la paciencia de acercarse hasta este blog, aunque sea de vez en cuando. De parte del profesor McGray, y del mío propio, que ustedes las disfruten en la medida en que la crisis se lo permita.
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