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2022/02/28

Contra todas las guerras

La invasión militar de Ucrania por parte de Rusia es una operación criminal que desprecia cualquier atisbo de humanidad. Por la mente del presidente ruso circulan sus ansias de emperador de todas las Rusias. De alguna forma su decisión de abrir fuego contra Ucrania intenta rememorar la fundación de la gran Rusia zarista. No hay ni una sola razón que justifique la invasión, la peor de todas las opciones. El argumento, made in RT, de que se trata de una operación defensiva ante el peligro de que Ucrania entre en la NATO no se sostiene. No es una operación defensiva, sino un ataque premeditado contra una nación soberana. Otra cosa es que Putin, en su delirio, argumente que Ucrania no existe, sino que la inventó Lenin precisamente para debilitar a Rusia.

Foto: http://dotb.eus

La condena sin fisuras de la operación contra Ucrania no debe hacernos olvidar que hay más guerras en el mundo y que el rechazo a esta debe ir acompañado del rechazo de todas ellas, sin excepción. El lema de "No a la Guerra" hay que declinarlo en plural con un nítido "No a las guerras", que entronque con las tradiciones más sanas del internacionalismo proletario. La clase obrera no debe servir de carne de cañón para las disputas de las potencias imperiales de turno, en este caso de Estados Unidos/UE versus Federación Rusa. Comunistas y anarquistas defendieron, ante el estallido de la Primera Gran Guerra, el pacifismo revolucionario, la socialdemocracia les traicionó acudiendo al combate entre estados rivales, un combate en el que solo morían trabajadores de uno y otro bando. Los capitalistas nunca han pisado una trinchera, ni se han manchado de barro sus botines de piel. 

2007/08/30

Anna Politkóvskaya cumpliría hoy 49 años

La periodista de origen ucraniano Anna Politkóvskaya hubiera cumplido hoy 49 años si una banda de matones repletas de personal del Ministerior del Interior y del Servicio Federal de Seguridad (FSB, ex KGB) no hubiera acabado con su vida en el ascensor de su vivienda en Moscú el 7 de octubre de 2006.

El pasado lunes la Fiscalía General rusa dio a conocer el curso de la investigación sobre ese crimen político, que implica a agentes de policía retirados y a un miembro activo de los servicios secretos. El Gobierno de Putin no paga a traidores y airea ahora este espantapájaros para hacernos creer que el estado de derecho sigue en pie en la Federación Rusa, cuestión cada día más dudosa.

Sean o no los autores del crimen los arrestados, nadie puede ignorar que los artículos de Anna en Nóvaya Gazeta ponían al descubierto las tramas corruptas del Estado en Chechenia, las torturas sistemáticas contra la población y las continuas violaciones de derechos humanos perpetradas por las tropas gubernamentales. Era una voz insoportable que había que silenciar. Y así se hizo. Lo demás es anécdota.

Está bien que los brazos ejecutores del crimen paguen su culpa, pero los autores intelectuales están mucho más arriba y van a seguir tranquilos. Nadie se va a atrever a tocarlos. Los señores X no deben temer por su futuro, ni en Rusia ni en España.