Los resultados de las elecciones a Cortes españolas han deparado un cambio sustancial en el mapa político vasco. Por vez primera una fuerza soberanista e independentista ha logrado la mayoría de escaños, con siete, por delante de PNV (5), PP-UPN (5) y PSE-PSN (5). Con uno ha quedado Geroa Bai, participada también por el PNV. De los 23 escaños en liza para el Congreso de Madrid, 13 han quedado en manos de fuerzas vascas, lo que teniendo en cuenta que estas son las elecciones menos favorables a las candidaturas abertzales, es un dato esperanzador.
Ya sabemos que con las cuestiones electorales hay que andar con pies de plomo. Lo que hoy es negro puede ser mañana blanco. Nada es inmutable, ni siquiera la primacía jeltzale, cada vez más erosionada por su ambiguedad y su falta de ideas que enganchen a la población. Pero la actual ola soberanista concretada en Bildu/Amaiur no tiene porque ser eterna. Su mantenimiento dependerá de que las cosas se hagan bien. En caso contrario la ola cesará. Podría decirse que se ha alcanzado la mayoría de edad, pero los adultos también pueden equivocarse.
Habrá tiempo de analizar la gestión de la victoria por parte de los componentes de la coalición. Lo que toca ahora es reconocer que la nueva estrategia de la izquierda abertzale -motor de Amaiur-. en la que la M sobra y estorba, como dijo Arnaldo Otegi, funciona a las mil maravillas. Una estrategia que pasa irremediablemente por la suma de fuerzas soberanistas de izquierda, para en un segundo escalón intentar concertar con el PNV sobre el derecho a decidir de este pueblo. En esa tesitura, a ELA, visto lo visto, no se la espera.
Una estrategia que debe tener entre sus prioridades la implicación de la comunidad internacional. La senda de Aiete debe seguir alimentada, contando con el empuje que ofrece la amplia representación institucional cosechada. Los diputados y senadores deberán trabajar en Madrid por los derechos nacionales y las ideas de izquierda, por supuesto, pero deberán también salir a Europa, al mundo, para difundir las ideas centrales de la coalición e intentar que el mensaje de la solución política al conflicto gane adeptos.
Ante la enorme crisis económica y sistémica con la que nos enfrentamos, la izquierda soberanista e independentista deberá también ofrecer sus recetas. En la defensa de las conquistas sociales, contra los recortes, en contra de la corrupción, a favor de una mejor gestión de las instituciones y por una salida de la crisis que no perjudique a los de siempre, a los trabajadores, a los de abajo. El perfil abertzale de la coalición es clarísimo, nadie lo va a poner en duda, ahora bien, el perfil de izquierdas, socialista avanzado, hay que trabajárselo más.
Es tiempo de celebraciones, de alegrías, de satisfacciones. Pero un tiempo cortito, porque el proceso sigue ahí, en stand by, y con un PP que ha obtenido la mayoría absoluta por desfallecimiento del contrario. No será fácil avanzar en semejante campo de minas, pero es innegable que el tanque de combustible está lleno a rebosar, lo que hará más llevadero el viaje. No van a faltar dificultades, pero torres más altas han caído. Y sino que se lo pregunten a Pérez Rubalcaba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario