Se podrán decir muchas cosas sobre Iñigo Urkullu, actual presidente del EBB de EAJ-PNV, pero nadie podrá acusarle de ser un político mal informado. Su relación con internet viene de lejos y siempre sabe reaccionar a tiempo de las noticias que van sucediéndose. Nunca le pillarán en renuncio.
Estos son días de encuestas, por aquello de que hay elecciones el próximo día 20. Urkullu ha debido leer con mucha atención la del CIS, la del Gobierno Vasco, la de Gizaker, la de Cies y hasta las suyas propias, que seguro que las tiene. Todas ellas coinciden, aparte de los empates técnicos que se lanzan al aire para despistar, en que los resultados de su partido son manifiestamente mejorables. Vamos, que ganar, lo que se dice ganar, solo en Bizkaia.
La constatación preocupa, y mucho, al máximo dirigente jelkide. Y se le nota. En su sitio durante la Conferencia de Aiete y ante el anuncio de ETA; descolocado ante la entrevista que hoy publica "Gara". Mientras el ministro del Interior, Antonio Camacho, la saluda como una reafirmación de la voluntad de la organización por acabar con la lucha armada, Urkullu desbarra hablando de que es "una aberración democrática, política y ética". ¿Se referirá a la misma entrevista?
Hace unos días comentábamos los deslices de algunos titulares del diario de cabecera de Urkullu, empeñado en amargar el desayuno a sus lectores con noticias sobre escisiones y vueltas a las andadas. Ahora es el propio Urkullu el que muestra cierto nerviosismo, cuando podía haber recurrido, como Rajoy, al tópico de no hacerles la campaña a los de siempre. Debería estar más tranquilo el líder jelkide, y confiar más en el poder de seducción de Josu Erkoreka, empeñado en ligar a Amaiur con el Opus, que esa es otra. Por cierto, ¿a qué se refiere con lo de la capucha blanca?
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