José María Aznar y Pedro José Ramírez.
No es mal día hoy para recordar lo mucho que ha llovido desde que un tal Pedro José Ramírez Codina, director vitalicio de "El Mundo", visitó una tarde lluviosa de otoño la redacción de un diario ubicado en el poligono Eziago de la villa guipuzcoana de Hernani. Eran otros tiempos, allá por los años 90, cuando se empeñaba en publicar informaciones sobre los GAL, no con el ánimo de aclarar la guerra sucia, sino con el único propósito de tumbar al Gobierno del PSOE para sustituirlo por el de su amigo Aznar.
Confieso que no me gusta escribir sobre periodistas, profesión propia que es criticada con mucha razón por tanta gente. Lo que me conduce a publicar este comentario es algo extraordinario como el ejemplar del lunes 14 de junio del diario que sigue dirigiendo Pedro José Ramírez. La apertura de primera decía: "Usabiaga admite que dedica a su madre apenas una hora al día". No hace falta ser un experto en periodismo para darse cuenta de la indecencia que se esconde tras el titular. Indecencia profesional en primer lugar. ¿A quién le puede importar la relación familiar entre una madre y su hijo? ¿Cómo se puede abrir un periódico con semejante contenido?
Más allá de los evidentes y sucios motivos de la supuesta información -que además de la portada ocupa dos páginas completas en el interior, acompañadas de gráficos y columnas de opinión y el editorial principal-, lo que demuestra su publicación es que los límites de la lógica informativa han sido traspasados impunemente por el periodista riojano. El impulso político del Partido Popular, a quien sirve disciplente Ramírez Codina, no se para ante nada. La cuestión estriba en torpedear cualquier atisbo de solución del conflicto vasco y para ese objetivo vale todo. Ya sabemos que "lo vasco" vende y si se agota el filón de la "guerra del norte" bajarán irremisiblemente las ventas de su libelo.
No merece la pena entretenerse en criticar la manera en que han podido conseguir el informe enviado al juzgado. Son maestros en comprar información, el precio a pagar no importa. Además, nadie se escandaliza a estas alturas de que un asunto tan privado pueda filtrarse a un medio de comunicación. El fondo de la cuestión es lo trascendente.
En una entrevista concedida e "Egin" el 12 de marzo de 1989, una semana después de ser destituido como director de "Diario 16", al parecer por presiones del Gobierno de Felipe González, el ahora director de "El Mundo" afirmaba que "es inevitable que todas las partes intenten intoxicar a la opinión pública para llevar el agua a su molino". Y añadía más adelante: "ha habido mucha intoxicación, intentos de orientar, filtraciones interesadas o información dirigida".
El ejemplar de su diario del lunes 14 es un buen ejemplo de lo que Ramírez afirmaba hace 21 años. Ha sido pues muy coherente con su pensamiento y probablemente con el libro de estilo que guarde en algún cajón de su despacho. El libro de estilo del oportunismo político más cortoplacista y del juego de intereses, que son los principales valores de este personaje. Un impresionante periodista, en el peor sentido de la palabra periodista, claro está.
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