2007/09/03

"En ausencia de violencia"

El debate político de estos tiempos viene a girar en torno a si la consulta -que no referéndum por la autodeterminación- debe realizarse "en ausencia de violencia" o de todas todas. Incluso en el seno del partido jeltzale se abre un abanico de opciones, decantándose Josu Jon Imaz por la primera opción y Jon Joseba Ibarretxe por la segunda, con matices.

Digo con matices porque el anuncio solemne de que habrá consulta al término de la legislatura, con el apoyo de los tres partidos del ejecutivo de la CAV, es poco creíble. Y lo es por dos motivos principales. El primero es que no hay pregunta ni fecha que llevarse a la boca. El segundo, que los partidos que integran el gabinete andan cada uno por su lado.

Dicho esto, entramos en el fondo del tema. Cuando se habla de "en ausencia de violencia" ¿a qué violencia nos referimos? ¿A la violencia en general, institucional e insurrecional? ¿A la violencia doméstica? ¿A la violencia de la patronal contra los obreros? ¿A la que ejerce la organización ETA?

En demasiadas ocasiones se hace un paralelismo directo entre "en ausencia de violencia" y la no acción o desaparición de ETA. Estamos de acuerdo en que esa organización ejerce violencia a través de acciones armadas, secuestros o impuestos revolucionarios, ¿pero es la única violencia existente en nuestro país? ¿No hay violencia, siquiera coercitiva, en la presencia de fuerzas uniformadas varias en ciudades y pueblos, vías de comunicación, puertos y aeropuertos?

Pero es que aun admitiendo que la violencia que proviene de ETA fuese la principal, y ateniéndonos al argumento de que con esa organización funcionando la consulta estaría trucada o deslegitimada, al no tener los ciudadanos libertad para decidir, acabamos por reconocer que las anteriores consultas celebradas, como la de la Constitución o el Estatuto de Gernika, incurrieron en el mismo defecto. ¿O es que ETA no actuaba en aquellos momentos?

Al final, comprobamos que los poderes españoles no quieren que se realice consulta alguna por temor a perderla y en esa tesitura ponen la venda antes de la herida y proclaman que, si se celebra, no tendrá validez alguna. Estoy absolutamente convencido de que si se llegase a realizar, que va a ser que no, y el resultado fuese favorable a sus tesis, la consulta pasaría automáticamente a ser considerada válida, claro está, en contra los de los intereses soberanistas. Pero eso sería lo de menos, porque ya habríamos ganado lo fundamental, la capacidad de, en un momento determinado de nuestro futuro, decidir qué queremos hacer.

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