2007/05/10

Imaz (y Egibar) tienen un problema en Irun

El presidente de la ejecutiva del PNV, J.J. Imaz, tiene un problema en Irun (y en Donostia otro). Y ese problema le afecta también directamente a J. Egibar, líder de la corriente "abertzale" del partido y que parece haber avalado en su día la entrada del hoy senador Víctor Bravo en el Partido. La presunta corrupción detectada en la delegación de la Hacienda Foral en Irun, en la que están implicados al menos cuatro empleados, no es una simple anécdota. Aparte de que uno de los presuntos implicados, José María Bravo, sea el hermanísimo de un senador jeltzale, lo cierto es que de confirmarse los hechos se habrían robado más de tres millones de euros de dinero de los contribuyentes. Un bonito ejemplo de la eficiencia de la Administración peneuvítica. Uno más.

Distraidos como estamos con las cuestiones electorales (y en la presencia o no en las urnas de la izquierda abertzale), queda un tanto arrinconado un tema que debería ser cabecera de informativos. Hoy mismo Imaz ha tenido que volver a decir, como ya hizo Egibar, que irán hasta el final y que ha sido la propia hacienda quien ha denunciado los hechos. Faltaría más. Los ha denunciado con varios años de retraso, pero es que sólo faltaba que los hubiera seguido encubriendo porque los afectados son miembros del Partido.

Por cierto que el senador afectado ha dicho a la prensa algunas frases memorables como: "Creo en la inocencia de mi hermano y lo voy a defender a muerte. Que decidan los tribunales, aunque yo tengo nula confianza en la Administración de Justicia". Ha añadido el ínclito senador jelkide que "¿Dimitir? Ni por un cortijo. No tiene ni pies ni cabeza". El senador, encima, se permite utilizar el ventilador y pedir cuentas a todos los altos cargos de la actual Hacienda Foral, incluido el diputado general, en un alarde de chulería digno de mejor causa.

Casualmente, su hermano entró a trabajar en la oficina de la hacienda de Irun en el año 1990, coincidiendo con el nombamiento del ahora senador, Víctor Bravo, como jefe del servicio de Recaudación. Desde 1991 hasta 2003, este señor ha sido director general de Hacienda de Gipuzkoa y 128 de los 132 expedientes irregulares investigados corresponden a su etapa en ese puesto. Blanco y en botella...

Se sabe que el partido ha intervenido en el caso, al parecer intentando convencer a Bravo para que deje el cargo. Hasta ahora no han tenido éxito esas gestiones, sino todo lo contrario. El escándalo de Irun viene precedido del protagonizado por el anterior candidato a Diputado General, Jon Jauregi, titular de medida docena de viviendas, cuyas declaraciones de renta fueron filtradas desde la propia hacienda foral, en otro bello ejemplo de honradez jeltzale. De Jauregi no se supo más.

Asimismo cabe recordar el "caso Kutxa", entidad gestionada por personas nombradas por el mismo partido, que acumula tropiezos en sus inversiones inmobiliarias en Murcia, Andalucía y Madrid. Otro tema escabroso al que Imaz debiera dedicar algunos minutos de su valioso tiempo, en vez de dedicarse día y noche a despotricar contra la izquierda abertzale y a insinuar futuros pactos con el PP.

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