Una de las mejores maneras de enfrentarse a los grandes problemas de la humanidad consiste en relativizarlos, considerándolo dentro de una amplia evolución histórica. De esta forma, lo que se presenta como una tragedia espantosa puede convertirse en un simple episodio, mucho menos trascendente de lo que a priori pudiera parecer. En el caso de España es evidente que si miramos lo que era, -incluso en 1958, año de nacimiento del que suscribe-, y lo que hoy es, han habido algunos cambios más o menos catastróficos.
En los años sesenta España poseía provincias en Africa que hoy no tiene, como Guinea Ecuatorial, Sahara e islas varias, como Fernando Poo. Hoy en día tan sólo le quedan las plazas militares de Ceuta y Melilla, las islas Chafarinas, el peñón de Perejil ¡y las Islas Afortunadas!, más conocidas ahora por Canarias. A pesar de tanta pérdida traumática, España sigue existiendo, tiene embajadas en medio mundo y se sitúa entre las diez primeras potencias industriales del mundo, ¡Ahí es nada!
Anteriormente perdieron tierras en Marruecos, en el Caribe se les fue Cuba, en el Pacífico las Filipinas. Y mucho antes media América dejó de ser española, en parte gracias a algunos vascos como Bolibar. Pero tampoco queremos escribir un libro de historia, nos conformamos con una pequeña reseña para olvidadizos.
Por todo ello, se apuede afirmar que en el caso de que Euskal Herria (el estado europeo de Navarra) se vuelva a situar en el mapa como antes de la conquista castellana, España no se romperá. En todo caso se seguirá rompiendo algo que se fue uniendo gracias al pegamento Imedio de los ejércitos imperiales hispanos. Todo ese griterío de ultratumba ejercitado a diario desde púlpitos, emisoras y gacetillas no es más que ruido desesperado, epílogo de aquellos lúgubres cantos de los del noventayocho, puñadas en el pecho de los héroes de plastilina de la España Imperial.
Como bien dice en elplural.com el catedrático español Ramón Cotarelo, "los estados son sólo entidades territoriales históricas que aumentan y disminuyen". A la vecina España se le acabó hace siglos el ciclo de los aumentos y le viene afectando desde el siglo XIX el de los quebrantos. Contribuir a poner en su sitio sus territorios históricos, despejando de los mismos paises como el vascón, el catalán o el galaico-portugués, no es sino ayudar a que encuentren su verdadera dimensión. lo que facilitará que se les acaben sus continuas jaquecas y que se centren en el desarrollo equilibrado de todos y cada uno de sus valles y comarcas. Que así sea.
Me parece estupendo. Así pueden llegar a ser conscientes de su propia realidad, sin sus colonias. Bajarán bastantes escaños de ese "décimo" puesto, pero será algo "de verdad", sin aprovecharse de los demás. Esa cura de humildad les ayudará, además, a emprender el camino a su democratización que tanto necesitan.
ResponderEliminarHola: pues, sí, coincido con lo que dices. Pero todo en el orden de las hipótesis, no de las certidumbres unidireccionales. Me explico: es preciso convencer a los españoles de izquierdas (a los de derechas es literalmente imposible) de que abran la posibilidad de autodeterminación de los pueblos actualmente integrados en España. En ejercicio de esa autodeterminación, dichos pueblos pueden elegir seguir su camino por su cuenta, continuar dentro de España o cualquier fórmula intermedia. Nada está predeterminado, ni puñetera falta que hace. Porque, así como entiendo que los españoles deberán aceptar la independencia del PV, si la mayoría de los vascos tal cosa decide, los independentistas habrán de aceptar la continuidad dentro de España si la mayoría de los vascos la quiere, ¿o no?
ResponderEliminarEn cuanto a "garate", también me parece bien lo que dice con un solo matiz: ¿de dónde saca eso de que "bajarán bastantes escaños..."? En mi opinión es al contrario: los subiremos. La experiencia histórica, desde Gran Bretaña hasta Portugal, pasando por Suecia, Bélgica, Rusia, etc, demuestra que mantener a la fuerza en una unión forzosa tierras y personas no es un beneficio, sino un perjuicio. Y eso mismo dice también el sano sentido común.
Salud.
Amigo Ramón, el día en que los ciudadanos de Vasconia-Euskal Herria podamos decidir si seguir con España (y Francia) o ser independientes ya habremos ganado, aunque en la votación no superemos el 50%. Todo llegará.
ResponderEliminarPor supuesto que si sale que NO, lo respetaremos, tan sólo pedimos que nos dejen decidir por nosotros mismos. Osasuna ta Errepublika
Coincido con lo expuesto por el profesor Cotarelo y por Joxerra. Pero quiero resaltar lo dicho por el profesor; hay que hacer proselitismo entre la izquierda estatal para dar a entender que autodeterminación es democracia, y que tendrán que ser los vascos y vascas (Ibarretxe dixit) los que decidan que es lo que quieren hacer. Construir la nueva España que anhelamos las gentes de izquierdas y revolucionarias sin reivindicar el derecho de autodeterminación es ponerle palos a las ruedas del carromato de esa España republicana y demócrata. La izquierda abertzale y las demás izquierdas patrióticas del Estado deben jugar un papel determinante en ese proselitismo pro-autodeterminación.
ResponderEliminarSembraremos las tierras de gloria, socialista será el porvenir.
Salud y próspero año 2007.
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