2023/03/19

En torno a Aberri Eguna

El primer Aberri Eguna fue convocado en 1932 en Bilbao por el PNV en conmemoración de la caída del caballo de los hermanos Luis y Sabino Arana Goiri, que en plena Pascua de Resurrección de 1882 fueron a descubrir que no eran españoles, sino sola y enteramente bizkainos. Es pues Aberri Eguna una fecha ligada históricamente al nacionalismo vasco conservador, que sin embargo con el tiempo fue asumida como propia por otras corrientes políticas, como la propia organización clandestina ETA en plena dictadura franquista.

Aberri Eguna de 1932 en Bilbao. Imagen: EiTB

Una fecha reivindicativa y festiva a un tiempo, que reclama el reconocimiento del hecho nacional vasco, más allá de las ideologías concretas que lo sustenten. Durante los últimos años del franquismo y la transición, Aberri Eguna fue una fecha trascendente en la que incluso llegaron a hacer acto de presencia fuerzas estatales como el PSOE. Sin embargo, poco a poco, Aberri Eguna ha ido perdiendo brillo y se ha convertido en un acto ritual que cada formación vasca celebra de modo independiente, sin que se de ninguna opción a una celebración unitaria. 

En estos últimos años ha habido algunos intentos loables para dar un salto cualitativo de la mano de organismos como Udalbiltza o colectivos como Independentistak, pero a la postre la división ha seguido siendo la característica principal de la jornada. Da la impresión de que en los trabajos de planificación anual de partidos y sindicatos Aberri Eguna es a día de hoy más una carga que una oportunidad. Se realiza algún tipo de acto político, sea este un mitin o una manifestación, para demostrar al mundo que los respectivos proyectos siguen vivos, pero sin creer en la capacidad transformadora y aglutinante de la fecha. Algo parecido sucede con respecto al Primero de Mayo, jornada obrera que cada año resulta menos determinante en el calendario de las organizaciones de trabajadores.

Los Aberri Eguna unitarios de Itsasu o de Gernika han pasado a la historia. En la actualidad ni siquiera existe una interpelación pública en favor de una jornada nacional unitaria que difunda en la escena internacional el derecho de los vascos a la soberanía. No se producen mensajes de este tipo desde ninguna esquina del tablero político y es decepcionante que así ocurra. 

Dicho esto, hay que saludar el llamamiento realizado por el proceso Bagira para celebrar el 60 aniversario del Aberri Eguna de Itsasu de forma unitaria en lo que se refiere a Ipar Euskal Herria. Un esfuerzo que debería ser seguido con atención por las fuerzas soberanistas de Hego Euskal Herria, sin miedos ni cortapisas. 

Pese a las enormes diferencias que separan a unas fuerzas de otras, el soberanismo debería ser capaz de, al menos un día al año, aparcar esas diferencias y mostrar a las instituciones españolas, francesas y europeas que seguimos demandando instrumentos propios de autogobierno que nos permitan asegurar el futuro de nuestro pueblo en libertad y en libre convivencia con nuestros vecinos.

No se trata de romper nada, ni de separar, ni de cavar nuevas trincheras. Se trata de que los diversos pueblos europeos compartan su futuro desde el libérrimo derecho a ser independientes para gestionar sus recursos y desarrollar sus potencialidades en armonía con todos los demás y sin injerencias externas.

Como para la convocatoria de este año, el 9 de abril próximo, ya no existe margen de maniobra, de cara a 2024 se podría poner en marcha una plataforma de personas independientes, de acreditada trayectoria soberanista, que interpelaran a los distintos agentes políticos, sindicales y sociales con el objetivo de realizar una celebración unitaria dentro de un año. Es una idea ingenua, seguramente utópica, pero creo que merecería la pena que fuese sopesada en los ámbitos que correspondan. Seguir con un Aberri Eguna de división no puede ser una opción a medio plazo. ⧫

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