2021/07/18

El tercer rey mago

Puede que exista una teoría que indique que llevar de nombre de pila el de un rey mago conducta directamente a la impostura, no lo sé a ciencia cierta pero ahí lo dejo. El caso es que son conocidos los casos de personas que ostentan ese tipo de nombres y que a la vez se caracterizan por su doblez. Pondré tres ejemplos. El periodista Melchor Miralles, el político Gaspar Llamazares y el ex juez Baltasar Garzón. Ahí es nada.

El ex juez Baltasar Garzón. Foto: Los Genoveses

De Miralles podemos decir, siendo contenidos, que ha sido un periodista que ha evolucionado desde un compromiso con la verdad y con la denuncia a un enmascaramiento de la realidad para proteger a gente poderosa. De Llamazares, sin hacer leña del árbol caído, se puede apuntar que teniéndolo todo para ser coherente, se plegó a maniobras que debilitaban a la izquierda realmente existente, ejerciendo de tapón a los nuevos reagrupamientos. Creo que en ello sigue con escaso éxito. 

En cuanto a Garzón, no seré yo quien descubra la colección de imposturas que atesora. Baste señalar que es el juez español que en mayor medida ha protegido con su indiferencia la práctica de la tortura a decenas de militantes vascos que pasaron por delante de su mirada totalmente destrozados. Él sabía perfectamente lo que hacía cuando restaba importancia a los hechos, estaba protegiendo a las fuerzas policiales, al Estado Profundo que mueve los hilos principales del relato. Pero es que además, entre otras hazañas, Garzón perpetró el cierre del diario "Egin", hace ahora 23 años, cumpliendo con sobresaliente los deseos del que a la sazón ocupaba el despacho de la Moncloa, José María Aznar. El mismo que dijo la famosa frase: "¿Creíais que no nos íbamos a atrever?". Vaya que sí se atrevieron. 

Pero es que además Garzón es el de la cacería con el Ministro Fernández Bermejo días antes de que estallara el Caso Gürtel, el mismo que encabezó la operación Bateragune que envió a la cárcel a Arnaldo Otegi, Rafa Díez Usabiaga, Miren Zabaleta, Arkaitz Rodríguez y Sonia Jacinto, miembros de la izquierda abertzale que intentaban dar una oportunidad al diálogo. En fin, un personaje detestable por su falta de ética, sus componendas con el Poder, con mayúsculas, y sus miserias de "progre" de salón, encumbrado a las alturas por cierta izquierda latinoamericana, tan "progre" como él. 

Lo más lamentable es que personas intachables, como el ex presidente de Uruguay José Mujica, caigan en la loa hacia este abogado de intereses oscuros. El amigo Josemari Esparza, en un atinado artículo, pone las cosas en su sitio. El editor, trabajo obliga, ha tenido estómago para leerse el libro del ex juez La encrucijada, que yo no pienso leer, volumen que cuenta con un prólogo de Mujica en el que, entre otras cosas se afirma que "siempre hubo sapiens que por lo menos trataron de salvar la dignidad de la especie, Baltasar Garzón es uno de ellos". Se podría perdonar a Mujica si fuera una opinión durante una entrevista, a vuela pluma, pero tratándose del prólogo al libro me asaltan las dudas. Como bien dice el editor, "la cagaste compañero". 

El ex juez, que intentó quitarse de encima todo el lodo que había acumulado durante años en la Audiencia Nacional procesando a Augusto Pinochet Ugarte no puede salvar la dignidad de nadie. Si existe una persona indigna, falsa, interesada y ruin, ese es el tercer mago. Un personaje nefasto para Euskal Herria por muchos títulos que se adjudique en la supuesta defensa de los derechos humanos. Su infame papel de protector de las prácticas sistemáticas de tortura, su participación destacada en el cierre de "Egin" y su protagonismo en el descabezamiento de la izquierda abertzale son méritos suficientes para incluirle con letras de oro en la historia universal de la infamia. 

Mientras tanto habrá que esperar que el artículo de Esparza llegue a manos de Pepe Mujica y este sea capaz de rectificar sus palabras. ⧫  


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