2021/04/06

Paradigma Euskaltel

El reciente anuncio de una OPA de la empresa de telefonía MásMóvil sobre Euskaltel es un capítulo más de una historia en la que sistemáticamente proyectos empresariales de raíz vasca han terminado en manos de empresas españolas o multinacionales. El caso de Euskaltel es aún más preocupante debido a sus orígenes, una iniciativa residenciada en el poder político autonómico que contó con el plácet del Gobierno español de turno, en este caso del PP. 


En un principio se trataba de plantar cara a la poderosa Telefónica, luego se abrió paso al capital externo y al final la sociedad quedó en manos de un fondo británico especialista en comprar, engordar y vender: Zegona. Tras la pérdida en 2019 de la mayoría de control de Kutxabank, la historia estaba escrita. Ha sido MásMóvil pero podía haber sido Orange o Vodafone. El caso es que la firma vasca ha dejado de serlo y ahora pasará a ser una pieza más del conglomerado MásMóvil, en el que también se encuentra la nueva Guuk. 

El Gobierno Vasco ha dado por buena la operación, aduciendo que de ese modo se garantiza el desarrollo del 5G en Euskal Herria, así como la falta de despidos durante los próximos cinco años. Lo que no se dice es que la toma de decisiones se realizará a partir de ahora fuera del país. La misma historia que Petronor (controlada por Repsol), ITP (Rolls Royce) o Gamesa (Siemens).

El capital local, a la menor dificultad, opta por la solución más fácil, vender a buen precio y hacer caja. La construcción de un tejido industrial y financiero propio les viene más ancha que larga. Y precisamente es en el terreno financiero donde se ha perdido fuelle de manera espectacular en las últimas décadas. Lo tiempos del Banco de Bilbao y Banco de Vizcaya actuando de dinamizadores económicos del país llegaron a su término con la fusión con Argentaria para crear el BBVA, una gran entidad que trasladó sus sede operativa de Bilbao a Madrid bajo el mandato de FG. Otros bancos medianos como el Guipuzcoano o Bankoa fueron comprados por el Sabadel o Abanca. Ipar Kutxa fue absorbida por Laboral Kutxa y Caja Navarra por La Caixa. En estos momentos las únicas firmas del sector bancario con toma de decisiones autóctona son Kutxabank, Laboral Kutxa y Caja Rural Kutxa, y las dos últimas se mueven en el mundo cooperativo.

NInguna de las tres posee el músculo financiero suficiente para aguantar posiciones ante las operaciones diseñadas por grandes corporaciones internacionales. Estas, si huelen beneficios, no van a dudar en hacerse con el control de las iniciativas propias que puedan ir surgiendo en nuestro país. La crudeza de la situación es evidente, pero siempre se puede hacer algo más para defender la existencia de empresas estratégicas propias que coadyuven en el desarrollo del país. 

En ese sentido la deriva que ha protagonizado Kutxabank, que se ha convertido en un ente privado a partir de sus orígenes públicos como cajas de ahorro, ha sido determinante en operaciones como la de Euskaltel. La entidad bancaria, fruto de la fusión de BBK, Kutxa y Vital, se ha ido desprendiendo de capital en la teleco vasca, y no ha puesto ningún empeño en impedir la entrada de fondos exteriores especulativos.

A ello se añade que el Gobierno Vasco no ha querido utilizar su Fondo Estratégico para defender el arraigo de Euskaltel en el país y ha dejado que el mercado actúe, como buenos liberales que son. Al contrario de lo sucedido con CAF, ha abandonado a su suerte a la teleco. Estamos frente al paradigma Euskaltel, una empresa de iniciativa pública, a la que se medio regala una red de fibra pública, a la que se hace crecer en otros territorios y finalmente se deja en manos de fondos privados, ajenos a cualquier interés nacional vasco.  

Ahora queda por ver cuál va ser el papel que jugará Kutxabank en el complicado panorama de las entidades financieras del Estado español. Incapaz de crecer mediante operaciones de compra, salvo la de CajaSur, se ha quedado en un terreno de nadie en la que podría ser presa de alguna otra entidad con escasa presencia en Euskal Herria. La misma lógica que ha utilizado en sus participadas como Euskaltel o Ibermática, reduciendo su porcentaje de acciones y quedándose como socio minoritario, pudiera sucederle a ella misma. ⧫ 



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