Algunos profesionales que intervienen en diferentes procesos de resolución de conflictos expresan su perplejidad ante la innacción del Gobierno español. Una perplejidad que es fácil compartir, pero que no aporta absolutamente nada. A los citados expertos habría que exigirles algo más que mostrar su sorpresa en entrevistas y conferencias de prensa.
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| Imagen de la entrega parcial de armas a la CIV en febrero de 2014 |
A estas alturas, ha quedado meridianamente claro que si el Gobierno español no da pasos hacia adelante, sino que incluso los da hacia atrás (las últimas detenciones son la mejor prueba) es simplemente porque se lo puede permitir. El gabinete que preside Mariano Rajoy no está recibiendo la presión suficiente para verse obligado a mover ficha y, por lo tanto, siguiendo una lógica política aplastante, no la mueve.
Da la impresión de que el señor Rajoy ha cerrado a cal y canto la puerta del proceso y ha arrojado la llave de la cerradura al fondo del pozo. Y lo ha hecho porque el llamado "conflicto vasco" ha desaparecido de las preocupaciones principales de los ciudadanos en las encuestas de opinión que se realizan en el Estado español. El tema no vende y no aparece en los plenos parlamentarios, ni en los discursos de fin de año, ni en los medios de comunicación. Esa es la realidad.
Una vez constatada ésta, se debe pasar a la fase de soluciones. ¿Cuál es el plan para rescatar la llave del fondo del pozo y volver a abrir la puerta del proceso? Hasta hace unos meses el plan principal residía en la llamada unilateralidad, una estrategia adoptada por la totalidad de la izquierda abertzale, que durante un periodo de tiempo fue fructífera. Sin embargo, la situación se ha enquistado, y que los de siempre sigan dando pasos sin que la otra parte mueva, aunque sea mínimamente, su posición, resulta muy complicado y difícilmente comprensible para muchos.
El primer acto de desarme realizado por la organización clandestina en febrero de 2014, ante representantes la Comisión Internacional de Verificación, no surtió los resultados apetecidos, al ser minusvalorada de forma mayoritaria. El Gobierno español la calificó de pantomima y ETA no ha entendido necesario dar un segundo paso, ante la cerrazón total en la que se enroca el Gobierno español. En materia penitenciaria, por ejemplo, todo han sido obstáculos y el único avance, la derogación de la llamada doctrina Parot, fue resultado de una sentencia europea, no de la voluntad política española, totalmente contraria a la misma.
Para complicar aún más las cosas, nos encontramos en un año presidido por distintos procesos electorales que lo condicionan todo. La mayoría de los candidatos mirarán hacia otro lado, incluidos los de Podemos, porque arriesgar en tema tan vidrioso no debe facilitar votos en el Estado.
Algunos analistas fían la supervivencia del proceso, que el diccionario de la RAE define de forma certera como acción de ir hacia adelante, en un probable cambio de Ejecutivo tras las elecciones estatales del próximo noviembre. Según estas fuentes, un gobierno de talante progresista podría estar interesado en dar algunos pasos para desatascar la situación actual de impasse y fortalecer un nuevo escenario de convivencia y diálogo. Puede ser, pero decir que las uvas están verdes tras comprobar que no podemos alcanzarlas no es una buena actitud a la hora de encarar un problema de tal envergadura.
Si la acción de ir hacia adelante no se confirma con hechos, el proceso deja de serlo por pura definición. Parece pues urgente que alguien se coloque el traje de buceo, se arroje al pozo y rescate la llave del proceso. Hay que volver a abrir cuanto antes la cerradura de esa puerta antes.
Estekak:
- Video de la BBC [2014-2-21] - [bbc.co.uk]
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