2015/02/21

Lenguaje enmascarado

Si observamos entre líneas los mensajes del poder comprobaremos sin gran esfuerzo la utilización de un lenguaje enmascarado para ocultar sus verdaderas intenciones. Las fuerzas de la reacción atrincheradas en departamentos universitarios, fundaciones y asociaciones de familiares de víctimas llevaban años reclamando la cadena perpetua para los llamados delitos de terrorismo. Ya lo han conseguido, con la inestimable ayuda del desquiciado PSOE. Sin embargo, a la hora de presentar semejante barbaridad a la opinión pública se habla de prisión permanente revisable

Es el mismo ejercicio de ocultamiento que han realizado los historiadores y publicistas oficiales al referirse al dictador Francisco Franco como el anterior Jefe del Estado. Y lo curioso es que el disfraz lingüístico funciona. Sin ir más lejos, a la rendición de PSOE y PCE ante los herederos del franquismo, viejas camisas azules como Suárez y Martín Villa, se le vino en llamar Transición, con mayúsculas, y así ha quedado para el resto de los tiempos. 


Hay mil ejemplos del comportamiento obsceno del poder para desviar la atención de sus verdaderos propósitos por medio de artificios del lenguaje. ¿Cuántas veces hemos leído en los periódicos una expresión tan engañosa como que un manifestante resultó herido, sabiendo de buena fuente que el paisano había sido tiroteado por un agente de policía? Nadie resulta herido en una manifestación de su propia mano, sino que son las llamadas fuerzas de seguridad (otra máscara) quienes producen las heridas, y en el peor de los casos, la muerte. 

Otro ejemplo de libro ocurre al definir a los regímenes políticos según convenga a los intereses económicos o estratégicos del Estado en cuestión. Hablar de monarquía saudí o alauita para referirse a situaciones claramente antidemocráticas es muy común en la diplomacia y en los mismos medios de comunicación, que no hacen hincapié en la dudosa calidad democrática del régimen chino, ya que se trata de hacer buenos negocios con él. Ahora bien esos mismos medios consideran a Venezuela una feroz dictadura, cuando todos sus procesos electorales son testados por observadores internacionales que han dado su plácet a la limpieza en los comicios. Comicios, por cierto, desconocidos en China.

Mucho más cerca que Venezuela, en la misma Europa, tenemos otros ejemplos de enmascaramiento. La mayor parte de la estructura de cargos de la Unión Europa no obedece a criterios democráticos, sino de designación por los gobiernos de los estados miembros en base a retorcidos consensos. El gran fortín planetario de la Democracia, junto a Estados Unidos y Japón, carece de sangre democrática en sus principales venas, hecha la excepción de su Parlamento. Es más, instituciones como el FMI o el Banco Central Europeo adolecen también de virtudes democráticas, pero condicionan la soberanía de gobiernos elegidos directamente por el voto de los ciudadanos, como es el caso del griego. La Unión Europea aspirará a ser una organización democrática en el futuro, pero hoy por hoy no lo es, salvo en las intenciones.

Una Unión Europea que presume de lo que no tiene y que por medio de la llamada Troika (CE, FMI, BCE) limita la soberanía de pueblos como el griego, el portugués o el irlandés, como ha reconocido esta semana el presidente de la Comisión Europea Jean-Claude Junker, en un gesto que le honra. En la actual pugna, la pureza democrática está de parte de los helenos, que han tomado decisiones soberanas con su voto en las urnas para proteger unos mínimos derechos sociales. Sin embargo, los medios martillean estos días en sus crónicas que el Gobierno de Alexis Tsipras no podrá tomar más decisiones unilaterales. O sea que ahora a la adopción de medidas que restauren en parte los derechos de los griegos, en un ejercicio legítimo de sus atribuciones gubernamentales, se les denomina decisiones unilaterales. ¿Alguien ha escuchado o leído que a los vetos de la señora Angela Merkel y de su ministro plenipotenciario de Finanzas Wolfgang Schäuble se les haya calificado en alguna ocasión de unilaterales? 

  

5 comentarios:

  1. Denominar la cadena perpetua “prisión permanente revisable”, es una clara pirueta lingüística que obedece, no sólo a hacerla más digerible por la opinión púbilica, sino a darle encaje constitucional. El PP y ciertas organizaciones afines que buscan venganza llevaban años reclamando esa medida y parece que han hallado el momento con la debilidad del PSOE, hasta ahí de acuerdo.
    Lo de la supuesta rendición de la Transición, discrepo. En el PSOE no hubo tal cosa y en el PCE, hubo mucho más de renuncia (y muy dolorosa por cierto), que de rendición. Aun así, visto con perspectiva, yo creo que fue un acto de generosidad a grandes líneas y que todos salimos ganando . O por decirlo de otra manera, ellos –el régimen franquista- perdió mucho más que nosotros, aunque, es verdad, todos nos dejamos pelos en la gatera.
    Respecto a los eufemismos que mencionas, es curioso cómo, cuanto más antidemocrática es una ideología, o una organización política, más se vale de estos recursos “literarios”. Además de alguno que mencionabas, deberías añadir otros tan de estos pagos, como, por ejemplo, “acción armada” o simplemente acción, por atentado; “banda armada” por grupo terrorista; o “cárcel del pueblo”, por agujero inhumano donde lapidar a un individuo, entre otros muchos hallazgos retóricos.

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    1. Renuncia o rendición, no veo mucha diferencia. En cuanto a tus sugerencias, la izquierda abertzale ha utilizado la expresión lucha armada, pero nunca banda armada, sino organización armada, u organización a secas. Lo de cárcel del pueblo no me consta, al menos en los últimos años.
      Gracias por tu comentario.

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    2. De nada. Tienes razón, se me había pasado que lo más habitual en la IA es hablar de “la organización” para referirse a un grupo terrorista que, por cierto, no asesina sino que “ejecuta” y tampoco se financia con la extorsión y el secuestro como cualquier otro grupo mafioso del mundo, sino que en este caso cobra “un impuesto revolucionario”… En fin, para qué seguir, creo que la idea ha quedado clara.
      Respecto a la diferencia que no aprecias entre renuncia y rendición, te lo rebatiré con una frase: en la vida he renunciado a muchísimas cosas –y lo que me queda-, pero nunca me he rendido.

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  2. Joder qué bonito me ha quedado! jajajaja
    Ahora en serio: creo que la diferencia salta a la vista.
    Salud!

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  3. Muy acertado tu artículo Bustillo, diria que exacto y científico. Hoy a este lenguaje se le llama lenguaje constitucional..(LC) y lo utilizan incluso los que no votaron la constitución española...
    saludos

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