2011/09/09

Zabaltzen: ¿navarrismo de izquierdas?

Asamblea constituyente de Zabaltzen
La convocatoria anticipada de elecciones a Cortes españolas ha acelerado los movimientos de las distintas formaciones políticas de cara a esos comicios. Uno de los movimientos más de fondo ha sido el realizado por los socios de Bildu, quienes han invitado a PNV y Aralar para formalizar una alianza que acuda a Madrid "como pueblo". Una invitación rechazada de plano por PNV y aceptada, no sin reticencias internas, por Aralar. 

El sí de la mayoría de la asamblea de Aralar, un 61%, ha puesto nerviosa a la derecha navarra, especialmente a su lideresa, Yolanda Barcina, quien ha movido ficha con rapidez para asegurar una coalición UPN-PP el próximo 20N. El temor de una victoria de la plataforma abertzale ha hecho de catalizador de la nueva entente, reedición de antiguos compromisos.

Otro temor muy diferente ha hecho que en el seno de Nafarroa Bai se produzan interesantes movimientos, que amenazan con dinamitar el sentido original de la coalición. La opción de Aralar por concurrir junto a los socios de Bildu ha determinado la reacción fulgurante de los autodenominados "independientes" de NaBai, quienes han formalizado la constitución de una asociación a la que han llamado Zabaltzen.

Zabaltzen, en su afán de impedir que la izquierda abertzale amplíe su campo de juego en la Alta Navarra, ha dado un paso al frente, comenzando a modular un discurso que se aleja de forma evidente de lo que se puede considerar como ideología abertzale. ¿Por qué afirmo esto? Pues porque su discurso considera a la Alta Navarra, un territorio de los siete que conforman Euskal Herria, como único sujeto político de la asociación. Por lo tanto, los integrantes de Zabaltzen cercenan el cordón umbilical que une a los territorios vascos para transformarse en una asociación provincial, como lo es Unión del Pueblo Navarro o lo fue en su día Unidad Alavesa.

Están en su derecho de hacerlo, por supuesto, faltaría más. Cada uno es muy libre de defender las ideas políticas que considere más oportunas. Ahora bien, quienes como Uxue Barkos, José Luis Mendoza o Koldo Martínez, defienden esas posiciones, deberán ser conscientes de que su praxis política se acerca más a la de UPN que a la sustentada por Bildu o Aralar. Una cosa es reconocer la división administrativa de los territorios vascos y las diferentes velocidades a desarrollar en cada una de sus entidades, y otra muy distinta convertir a un solo territorio en el sujeto exclusivo de la acción política.

Uno de los argumentos que utilizan es que defendiendo esas posturas pueden atraer a ciudadanos no abertzales, que vean en el progresismo de sus propuestas una alternativa fiable para Nafarroa Garaia, sin "contaminaciones" vascas. No deben darse cuenta de que el discurso navarrista, de no injerencia en la comunidad foral de decisiones tomadas en Bilbao o Donostia, tiene un defensor muy eficaz en UPN. Es cierto que este último partido es de derecha extrema y Zabaltzen podría considerarse de centro-izquierda, pero en la cuestión nacional las diferencias serían muy pocas.

Cara al 20N la inmensa mayoría de los abertzales navarros se agruparán bajos las siglas que decidan conjuntamente la izquierda abertzale, Aralar, Eusko Alkartasuna y Alternatiba. Una opción que puede aglutinar un importante porcentaje de votos. Según han anunciado los portavoces de Zabaltzen, ellos pretenden acudir a los comicios con el PNV y con personas desencantadas de otros partidos, aunque es muy probable que no lo puedan hacer bajo las siglas NaBai, registradas por Aralar.

El 21 de noviembre podremos evaluar cual ha sido la mejor decisión, pero el movimiento que se está produciendo trasciende de esas elecciones y habrá que seguirlo con atención en los próximos meses. El devenir de la construcción nacional vasca se verá afectado, sin duda, por las decisiones que se vayan tomando en Nafarroa Garaia en el corto y medio plazo.


Estekak:

2 comentarios:

  1. Profético, Joserra, profético... ¿En que ha quedado esa inmensa mayoría?

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  2. Anónimo3:47 p. m.

    Jajajaja... Con el tiempo parece una reflexión bastante ridícula.

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