2011/09/17

Sentencia prefabricada

Arnaldo Otegi y Rafa Díez Usabiaga
La sentencia de la Audiencia Nacional española que condena a largos años de cárcel a cinco militantes independentistas es una sentencia prefabricada. El fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, ha reconocido que si la izquierda abertzale hubiese pedido con antelación a ETA que se disolviese, los jueces lo habrían tenido en cuenta y la sentencia podría haber sido diferente. Por eso se puede añadir que la sentencia no ha sido de naturaleza jurídica, sino lisa y llanamente política. No se trataba de que Angela Murillo y sus ayudantes evaluasen las pruebas aportadas en contra de los juzgados, sino de  efectuar un castigo ejemplar contra ellos. El proceso, desde su apertura por el juez Garzón en octubre de 2009, tenía un final escrito que no era otro que el apartamiento de la política de los cinco de Igara.

Tanto la Audiencia Nacional, como la Fiscalía, el Gobierno o el Tribunal Supremo están integrados por personas, personas que conocen la realidad, que leen la prensa e internet, escuchan la radio y ven la televisión. Personas que están perfectamente informadas de lo que pasa en Euskal Herria. Personas que saben al detalle que Arnaldo Otegi, Rafa Díez Usabiaga, Miren Zabaleta, Arkaitz Rodríguez y Sonia Jacinto eran en el momento de su detención la avanzadilla de un cambio histórico en la estrategia independentista. Ellos cinco, los cinco de Igara y otros más, por supuesto, pusieron los cimientos de una estrategia exclusivamente política, ajena a la violencia, al esquema político-militar, estrategia que se ha ido abriendo paso, no sin dificultades internas, en el seno de la izquierda independentista.

¿Cuál es, entonces, la razón de esta sentencia? La única explicación que se puede entender como razonable, en el sentido de que responde a una argumentación, consiste en infligir a la izquierda abertzale en busca de dos resultados. Por un lado, dar oxígeno a quienes puedan tener dudas sobre la apuesta realizada, y por otro, y mucho más importante, lanzar un serio aviso sobre la virtualidad de un proceso en el que ETA siga estando presente, aunque sea tan solo de forma latente.

Hay sectores influyentes en el Estado español que consideran insultante que Bildu acapare un gran poder institucional mientras ETA sigue sin anunciar el fin definitivo de su campaña armada, o en su defecto, la propia Bildu le solicite de forma fehaciente que dé semejante paso. Esos sectores, incrustados en los aparatos del Estado, los medios de comunicación, la judicatura y los principales partidos españoles, no están dispuestos a tolerar que la izquierda independentista, tras renunciar a su estrategia histórica, logre una victoria política sin precedentes.

Todos estos sectores, de los que el diario "El Mundo" es la vanguardia ideológica, desean escenificar una obra en la que la izquierda abertzale se arrodille ante el victorioso Estado español. Todos los demás escenarios son repudiados. Por lo tanto, van a seguir actuando en esa dirección, hacia la conformación de una fotografía final en la que las fuerzas independentistas vascas sean asimiladas a la derrota.

El pulso de estos sectores no va a acabar con esta sentencia prefabricada, sino que va a continuar en torno a la legalización de Sortu o la relectura de la llamada "doctrina Parot". Entre tanto, la izquierda independentista, lejos de ponerse nerviosa, debe acentuar su apuesta por las vías pacíficas, por la apertura de un escenario democrático, por la acumulación de fuerzas soberanistas que conquiste en las urnas el derecho de este pueblo a decidir su futuro. Cuanto mayores sean los obstáculos, mayor debe ser la decisión a favor del proceso. No puede haber vuelta atrás.

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1 comentario:

  1. Nada más enterarme me pareció una aberración, pero en cuanto lo pensé un minuto, me di cuenta de que era una venganza pólitica. El estado esperaba más de la IA -que pidiese públicamente la disolución de ETA, que hiciera presión en ese sentido, etc- y se ha visto defraudado y ridiculizado por Bildu que aprovecha su poder para sacar lo colores a un sistema que a regañadientes lo legalizó. Una parte de la oposición aprovecha además esta circunstancia para erosionar al gobierno aupados por sus voceros en los medios: "Mirad lo que hace el partido que habéis legalizado jajajajaja!
    Y ahora se vengan a través de los jueces, una vez que han llegado a la conclusión de que el palo y la zanahoria funciona con el nacionalismo moderado, pero con la IA sólo funciona el palo puro y duro.

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