El observador que responde por Azogeak intentaba contestar el pasado día 9 a la pregunta ¿qué hacer?, decantándose por la abstención activa como respuesta más coherente en el actual momento político. Claro que me refiero al sur de Nabarra, en el norte, dónde también hay comicios, la opción independentista pasa por "Euskal Herria Bai".
Algunos amigos me han felicitado, haciendo hincapié en mi capacidad adivinatoria. Pero no hay tal. Simplemente expuse con total naturalidad mi opinión, al margen de lo que la izquierda independentista estuviese reflexionando en ese momento. La verdad es que fue una alegría conocer que se habían decantado por la abstención activa, ya que todo me hacía pensar en una repetición del voto nulo.
Dicho esto, cabe señalar que en estos momentos no existen las condiciones mínimas para participar, aunque sea con el voto nulo, en unos comicios españoles. Ilegalizadas o suspendidas las formaciones independentistas con fundamento (las demás no me interesan), con un aparato jurídico-político empeñado en cercenar cualquier atisbo de oposición legal al régimen, no cabe otra opción que la de no participar en el enredo. Tal vez llega tarde el cambio de postura, creo que antes había ya motivos para plantearse seriamente la abstención, pero es que ahora mismo no hay margen para más circunciloquios. El empeño de la izquierda independentista en presentar listas electorales ha sido tan encomiable como inútil. El mensaje que emite Madrid es tan nítido que no hay que ser politólogo para apreciarlo.
Por lo tanto, y a partir de ahora, queda convencer a los próximos para que el 9 de marzo no acudan a las urnas, ni a descargar su rabia con un voto nulo, ni a regalarselo amablemente a quien no se lo ha ganado en absoluto, leáse Ibarretxe-Azkarraga-Madrazo-Barkos-etc. Ese día no existe ninguna opción independentista en el juego electoral, por lo tanto no hay mus.
Ahora bien, cosa distinta es lo que puede suceder a partir de los resultados. En primer lugar habrá que medir la incidencia del llamamiento a la abstención política que se dé en los comicios. El diferencial que exista entre EH y España y el efecto de arrastre que pueda tener en círculos independentistas no estrictamente de izquierdas. Por el otro lado, habrá que evaluar el efecto rebote en círculos españolistas que ante la opción abstencionista activa, en esta oasción se decidan a ir a votar a PP, PSOE o UPD.
En segundo lugar, otro dato importante será que partido español ocupe finalmente La Moncloa. Y que determinación tome cara al problema que tiene en Euskal Herria. Y en tercer lugar, y sabidos los dos datos anteriores, cuál será la estrategia independentista para intentar superar el acoso jurídico-político que está sufriendo en sus carnes. Los diputados que obtenga el PNV o NaBai también habrá que valorarlos, pero no serán un dato determinante, porque para la política que realizan estas fuerzas es irrelevante que posean un diputado de más o de menos.
Finalizo. El objetivo central de la izquierda independentista en estas dos semanas consiste en convencer al mayor número posible de ciudadanos de que en estas condiciones no es posible participar y hay que abstenerse en los comicios a Cortes españolas. Y luego ya veremos.
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