2007/10/17

¿Tiro en la nuca?

A primera hora de la noche del lunes 15 sucede un incidente en la inmediaciones del cuartel del ejército español en Loiola (Donostia). Un sargento resulta herido, al parecer de un tiro de pistola. Inmediatamente se pone en marcha la maquinaria mediática que situa el suceso como un atentado de ETA. La edición digital de "El mundo" llega a dar por muerto al militar español.

Al día siguiente, el diario madrileño "La Gaceta de los negocios" abre su edición impresa con un titular esclarecedor: "ETA vuelve al tiro en la nuca". Tal vez influido por la primera del prestigioso diario económico, el locutor de RNE en la CAV abre el informativo de la mañana con una inteligente pregunta: "¿Ha vuelto ETA al tiro en la nuca?", para proseguir su discurso sembrando dudas al respecto, si bien, dada la nota informativa de la Ertzaintza, no se atreve a segurar que sea un atentado.

El mismo martes, a media tarde, se da la información de que el militar español ha sido dado de alta en el hospital, pero antes de eso ETB había enviado un equipo a las puertas del centro médico para referir el estado del herido. Al final la investigación se pronuncia por un incidente personal de un sargento que había sido detenido recientemente en una discoteca en medio de un altercado y que no parecía gozar de muy buen nombre entre sus propios compañeros de armas.

Lo más lamentable de todo es que nadie va a dar explicaciones de los sucesivos patinazos. La credibilidad del periodismo, tanto de internet, como de prensa, como de radio, como de televisión (he citado a posta cuatro ejemplos, uno de cada área) está en entredicho. No se puede consentir que la falta de rigor se convierta en práctica habitual.

Es entendible que exista cierta psicosis tras la ruptura del alto el fuego por parte de ETA, pero de ahí a hilvanar historias rocambolescas con un par de datos (militar + Donostia + 9 mm parabellum) va un largo y sinuoso trecho. Parece que algunos medios están deseando que se produzca un muerto. Algunos ya dieron por fallecido al escolta de La Peña. Pero además resulta que otros medios, supuestamente más serios, como los del grupo EiTB, caen en los mismos defectos, enviando periodistas a las puertas de los hospitales simplemente para decir que el herido no corre peligro o que evoluciona favorablemente. ¿Es necesario ese despliegue? ¿Es recomendable hacerlo? ¿No se deberían medir mejor los medios empleados en cada caso?

La tendencia a exagerar de todos los medios es una vieja enfermedad. Ha habido bastantes ocasiones en que se ha avisado de huracanes espantosos en nuestra costa de los que nunca más se supo. Parece que se disfruta poniendo en tensión a la gente. Nunca lo entenderé. El periodista debe ser un humilde notario de la actualidad, no de su imaginación calenturienta. Los que conocemos un poco la profesión ya sabemos desde hace tiempo que decir que no pasa nada no es noticia y que la rutina diaria no vende. Pero no es de recibo inventarse una realidad ad hoc para colmar frustaciones propias.

Cuando de un rasguño en un hombro se saca de la caja de los truenos el tiro en la nuca es que algo grave falla, en este caso en los medios de comunicación.

POSDATA: A día de hoy (07-10-30) nada se sabe de cierto del incidente. Algunos medios, como ETB, dejan traslucir la posibilidad de una autolesión, pero nadie rectifica las manipulaciones realizadas en el momento de los hechos. A veces conviene volver a recordarlo, aunque a uno lo tachen de pesado.

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