2007/10/23

Sanción a las cajas y soberanía económica

La sanción de 24 millones de euros que la Comisión Nacional (española) de la Competencia ha impuesto a Kutxa, BBK, Vital y CAN es una nueva demostración de que Euskal Herria existe. Hay que tomarse las cosas con humor. De otro modo no llegaríamos nunca al fin de semana.

En este asunto, que conozco un poco, se entrecruzan innumerables planos que no conviene confundir. En primer lugar hay que decir que la sanción de un órgano como la CNC, externo al país, fotografía de manera inmejorable la falta de soberanía que padecemos, en este caso en el ámbito económico-financiero. Ya sé que no descubro nada nuevo, pero que conste.

En segundo lugar, la investigación y la pertinente sanción responden a la pura lógica de las cosas. Todo el mundo sabía la existencia de ese pacto de no agresión. Cuestión que puede quedar bien entre Athletic, Erreala, Osasuna y Alavés en el ámbito de las canteras del fútbol patrio, pero que incumple la ley básica del capitalismo, es decir, el tótem mercado.

Y de ahí pasamos a reconocer que las cajas de ahorros, todas ellas, son empresas de titularidad semipública pero de actuación absolutamente capitalista, por lo que deben actuar con arreglo a las leyes vigentes en esa selva económica. Decir ahora, como dice la portavoz de Lakua, que no son de naturaleza estrictamente privada es un patético intento de escurrir el bulto.

Es más, la sanción pone en entredicho la estrategia seguida por todas ellas, tal vez menos en el caso de la CAN, en cuanto a su absoluta incapacidad para proceder a la integración en una misma entidad vasco-navarra, atendiendo al lema de la propia FCAVN. Quejarse ahora de las consecuencias es de necios e incompetentes.

Es cierto, como dice el presidente de la CAN, Miguel Sanz, que la sanción se produce cuando el hecho sancionado se ha diluido, gracias precisamente a la iniciativa de esa entidad de abrir oficinas en Gipuzkoa, Bizkaia y Araba. Pero ya se sabe que la justicia (o injusticia) es muy lenta por estos pagos.

Entrando por fin a la sanción en sí, creo que es merecida si partimos del marco de actuación existente, que habría que modificar de forma sustancial. Entiendo que se ha vulnerado la competencia y se ha repartido el mercado de forma voluntaria. Y añado que se ha dañado a los clientes. Tengo experiencia propia a la hora de pedir un crédito en la Kutxa. Su precio era tres puntos superior a otras entidades bancarias y al de la propia BBK, al que yo no podía acceder por residir en Gipuzkoa, territorio en el que no funciona esa entidad vizcaína.

Podría seguir, pero paro aquí. Partidos políticos, sindicatos y agentes sociales y económicos deberían preguntarse en algún momento que se debe hacer con las cajas. O se convierten, tras una fusión a cuatro, en un instrumento de desarrollo del país dotándolas de un carácter público indudable, o se transforman en entidades privadas que hacen negocios allá donde les parezca más oportuno (Murcia o Toledo) y en las empresas que más les rente (Repsol o Iberdrola). No puede haber términos medios.

2 comentarios:

  1. Como ya ha dicho el de Caja Vital...¿sabes quien va a pagar esa multa?... Pues los más pobres: la Obra social dela caja.
    Manda guebos!

    ResponderEliminar
  2. Es la cruda realidad. Políticos que hacen de banqueros, que invierten en las empresas de sus amigos y que nadie les pide cuentas. Al final el pagano no es Iberdrola ni Repsol, sino la "obra social", ese gran invento para tapar las miserias de unas cajas que hace mucho tiempo perdieron su objetivo social. Y encima, la gran mayoría de clientes, de la clase trabajadora.

    ResponderEliminar