2024/10/03

Agur Twitter

Existen tantas razones para darse de baja en la red social X (antes Twitter) que el debate habría que centrarlo en discernir las razones, si es que existen, para seguir haciendo el canelo en un medio digital propiedad del archimillonario Elon Musk, íntimo amigo de Donald Trump. Jair Bolsonaro o Javier Milei, entre otras destacadas figuras del neofascismo del siglo XXI: Antes de que Musk comprara Twitter ya había razones varias para abandonar la plataforma, pero en la actualidad esta ha experimentado tal degradación que no merece la pena seguir mirando para otro lado y creerse un nuevo Robin Hood de las redes anatemizando a todo facha que se ponga por delante. 

Elon Musk, propietario de la red social X. Foto: Business Post



Lo cierto y verdad es que X es ya una red a la imagen y semejanza de la internacional reaccionaria y las posibles alternativas más o menos libertarias se limitan a Mastodon, red que cuenta con unos 15 millones de usuarios y que, para mi gusto, es muy farragosa de manejar. Lo demás es un erial de varios proyectos que no acaban de cuajar para convertirse en redes masivas que ejerzan una cierta influencia social, como es el caso de X.

En las últimas semanas se ha abierto un cierto debate en medios progresistas sobre la disyuntiva de irse de X o de quedarse. Los partidarios de quedarse argumentan que hay que dar la batalla aunque sea en campo ajeno, que irse sería dejar todo el terreno libre a la sacrosanta derecha filofascista. Es un argumento respetable, desde luego, pero hacer de Pepito Grillo en un campo de minas repleto de conspiranoicos, terraplanistas, neonazis, racistas, homófobos y machistas ¿merece la pena?

Es tal el acoso de los reaccionarios, mediante bulos, patrañas, fake news, insultos y descalificaciones personales que tal vez la medida mas prudente sea dejarles que se ahoguen solitos en sus propias excrecencias e intentar poner en marcha y alimentar una red social que combata todos esos comportamientos y que desde una plena libertad de expresión ofrezca espacio a las voces que abogan por mejorar este pútrido mundo, lejos de los estercoleros digitales al uso.

Hoy por hoy es una verdadera utopía levantar desde la nada una red social alternativa, en eso estaremos de acuerdo. Pero que sea difícil no quiere decir que sea totalmente imposible. Tal vez una alianza de medios alternativos, progresistas y liberales (en el buen sentido de la palabra), ya sean públicos o privados, podrían ser el germen de una futura red social que se configurase como una opción real a lo actualmente existente.

Mientras esa remota posibilidad se configure, tan solo queda permanecer dando picotazos a los derechistas que inundan la red con su basura o salir por patas y entretener nuestros momentos de asueto leyendo a Fiódor Dostoyevski o al príncipe Kropotkin, dos rusos con fundamento. Yo me apunto a esta segunda opción. Agur Twitter, agur. ⧫

No hay comentarios:

Publicar un comentario