El primer intento de lista soberanista de amplio espectro se basaba en la no presencia de políticos (se entiende que profesionales) en la papeleta. Tan solo estaría integrada por personas del mundo de la cultura, deportistas, profesionales varios y miembros de las organizaciones de la sociedad civil. Era una idea novedosa, apoyada por ERC y CUP, que presentaba un pequeño problema. ¿Que se hacía con Artur Mas?
Al final CDC y el propio Mas se salieron con la suya, las CUP se apartaron del intento, y la lista incluirá a algunos politicos, entre ellos el cabeza de lista Raül Romeva, el número cuatro, Artur Mas, y el número cinco, Oriol Junqueras. No es lo que se quiso vender en un principio y además, si consigue la mayoría en el nuevo Parlament, Mas seguirá al frente de la Generalitat, que es un detalle a tener en cuenta.
Oriol Junqueras y Raül Romeva |
El acuerdo sobre la lista no se queda ahí, sino que establece un calendario encaminado a la redacción de una constitución catalana, que sería refrendada posteriormente, y una declaración unilateral de independencia en un plazo máximo de nueve meses. Un ambicioso programa soberanista que excluye la negociación con Madrid y, a día de hoy, adolece de una cierta ingenuidad política.
Pero lo que quería subrayar hoy es el peligro de caer en un cierto mesianismo soberanista de la mano de Artur Mas. La lista es de amplio espectro, de acuerdo, pero no reúne a todas las sensibilidades políticas y sociales de Catalunya, ni mucho menos, por mucho que se les haya ocurrido encabezarla con un ex militante de ICV.
Existe otro sector del independentismo, diría que el más genuino, que impulsa la candidatura "CUP- Crida Constituent". Un sector que se encuentra en una etapa de crecimiento exponencial y que podría dar una sorpresa en los próximos comicios. Y por otra parte varias formaciones de la izquierda (Podem, ICV, EUiA y Procés Constituent) sostienen otra lista reseñable, "Cataluny sí es pot", que puede aglutinar a un importante sector del soberanismo más tibio que no comulga con las políticas llevadas a cabo por CiU al frente de la Generalitat, en especial en lo relativo a los asuntos sociales. Algunos la tacharán de estatalista, pero ese es otro tema.
Me temo que la operación por la que se ha postulado a Romeva como cabeza de cartel demuestra que existe cierta preocupación entre sus promotores sobre el aspecto social de la cuestión. La construcción de la soberanía requiere de acuerdos transversales, pero eso no quiere decir que se deba compartir papeleta de forma obligatoria. Estoy seguro de que la lista de Romeva-Mas, la de las CUP y "Catalunya sí es pot" alcanzarán acuerdos importantes en torno el proceso soberanista cuando se conforme en octubre el Parlament.
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