2012/09/04

De héroes a mercenarios

Para Jon Odriozola

Fernando Llorente y Javi Martínez
Un análisis mínimamente objetivo podía prever el desenlace final. El fútbol dejó de ser un deporte el día que los seguidores del Lutxana o del Amaika centraron sus preocupaciones en el Athletic de forma exclusiva. Y donde escribo Athletic puede ir Osasuna, Real, Alavés o Aviron. Cuando yo era un chaval acudía con ilusión los domingos a la tarde a ver a mis ídolos del equipo del pueblo, el Garsa de Gordexola. Gentes de carne y hueso, trabajadores, agricultores, repartidores de cerveza, que entrenaban un día a la semana y el domingo se calzaban las botas para pasar un buen rato disputando la liga regional contra el Abanto, el Apurtuarte o el Arbuio.

Ahora la cosa ha cambiado un montón. Los chavales visten para ir a la ikastola la camiseta de Agirretxe o Susaeta, y si te descuidas la de Ronaldo, Falcao o Messi. Del equipo del pueblo o del barrio casi nadie se acuerda. Se ha engordado tanto el fenómeno del fútbol espectáculo que gente de bien acaba pidiendo un crédito rápido para sufragar los gastos del viaje a la final de Bucarest o Budapest, que de todo ha habido. Madres que nunca han acudido a San Mamés lucen la elástica con el 9 de Llorente y gritan desaforadas en la Plaza Elíptica, como si les fuera la vida en el envite.

Los medios de comunicación acompañan la ola social, porque se juegan audiencias y publicidades, y al final todo se convierte en una desmesura. Los seguidores del Athletic dicen defender la llamada filosofía del club, pero a escondidas sueñan con emular a los grandes equipos europeos y a sus rutilantes estrellas mediáticas.

Luego llega el verano y los jugadores franquicia del equipo amado actúan como lo que son, figuras de un deporte sobrevalorado. Lo importante para ellos no es defender los colores del equipo que les ha dado la gloria, sino jugar la Champions, la Eurocopa y, si se tercia, fichar por un equipo de campanillas como el Bayern o el Barça. Pretender que Martínez y Llorente funcionen como si fueran Larrauri y Ormaza es una ensoñación. El futbol es así. El Athletic juega en la Liga BBVA, no en la tercera división, y debe atenerse a las consecuencias.

Me hace gracia la actitud de algunos forofos que se desgañitan en Lezama gritando a los ahora malditos, llamándoles peseteros y mercenarios. ¿Es que el resto de la plantilla juega por diversión? ¿No cobran también unos suculentos sueldos y sus correspondientes primas? Me da que si no se van más jugadores es porque carecen de ofertas jugosas que llevarse a la boca.

Quienes todavía defienden un fútbol trufado de amor a los colores, desinterés por el dinero y fidelidad a prueba de bomba, no viven en el siglo XXI. La práctica totalidad de los futbolistas de elite, por no decir todos, juegan básicamente para hacerse millonarios. Sea en el equipo de su ciudad o región, o en el de la de al lado. Y si el Athletic fichó al Osasuna a un Javi Martínez juvenil por seis millones de euros no entiendo que ahora se queje porque se lo arrebaten a cambio de 40 millones. Al fin y al cabo es un defensa y ha resultado un buen negocio.

Martinez y Llorente han pasado de héroes a villanos en un par de semanas. Si es un error considerarlos héroes, cuando ganan al año tanto dinero, considerarlos ahora mercenarios es una sandez aún mayor. Si Llorente hubiera optado por firmar su renovación por 4,5 millones anuales la hinchada estaría encantada. Pero el jugador seria tan "mercenario" como ahora. ¿O es que el dinero que paga el equipo de Mazarredo no tiene el mismo olor que el del Madrid o el PSG?

No nos salgamos de madre por acontecimientos que tan sólo nos incumben en un plano sentimental. Que un jugador campeón del mundo cambie de equipo es tan natural como que un directivo de Euskaltel se vaya a Telefónica a cambio de más dinero y mejores expectativas profesionales. Puede no gustar, pero es la cruda realidad del capitalismo. Un poco de comedimiento nunca está de más, incluso en el fútbol.

1 comentario:

  1. Así es, y así será siempre. El dinero nos come y nos corrompe. Por eso, yo me quedo con Etxeberria. Un jugador ejemplar en todos los aspectos. Si en el fútbol hubiese más gente como él, quizá todo esto tendría más sentido.

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