2011/06/22

Conflicto-adictos

Un mes después de las eleccciones locales y forales se puede confirmar que el nuevo tiempo político tiene su puerta anteabierta. Un soplo de aire fresco ha llegado a las instituciones de la mano de Bildu, y el mejor ejemplo es la decidida actuación por el cambio del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Donostia, con Juan Karlos Izagirre a la cabeza.

Sin embargo, y como no podía ser de otra manera, las fuerzas retardatarias que operan en nuestro país han movido ficha desde el primer día, intentando ensuciar el potente caudal político que ha sumado la coalición soberanista de izquierdas en los comicios. En la configuración de las corporaciones municipales utilizaron los altavoces mediáticos con que cuentan para amplificar hasta el absurdo los "incidentes" que se produjeron en Elorrio y Lizartza. De los "no incidentes" que se dieron en el resto de los lugares, ni mención. De hecho, el singular concejal popular de Elorrio se paseado por los platós de todas las televisiones españolas con aires de nuevo héroe contra la barbarie de los vascos irredentos. Le han concedido entrevistas como si de un mandatario internacional se tratase. El señor Ares, al parecer, ya le ha ofrecido un puesto en su departamento autonómico de Gobernación.

Otro de los hilos de los que tiran esas fuerzas empecinadas en que nada cambie, porque les va muy bien así, es de las víctimas, de ETA claro está, utilizando a familiares de algunas de ellas como punta de lanza de las criticas políticas a Bildu, papel que en ningún caso les corresponde. Paralelamente, destacados columnistas de la prensa local y de la madrileña, se empeñan en expandir la idea de que la derrota de ETA va por mal camino, debido a los cientos de miles de votos cosechados por Bildu, circunstancia que aleja el escenario final que a ellos les encantaría contemplar. Sostienen además que ETA sigue ahí, agazapada, a la espera de su momento.

Blandir el señuelo de ETA, cuando la organización clandestina se encuentra en tregua permanente, confirmada incluso por los lobbys empresariales, es una maniobra, cuando menos, irresponsable. Como no hay atentados, ni kale borroka, ni incidente que inflar, aventan sin pudor el supuesto drama de los concejales de Andoain de PSOE y PP, que no pueden estar acompañados de sus escoltas dentro del edificio consistorial. Esa es la gran prueba del nueve de la maldad intrínseca de Bildu, personificada en la alcaldesa Ana Carrere.

El problema es que decisiones semejantes han sido implementadas anteriormente en otros ayuntamientos e instituciones por alcaldes de PNV y PSOE, sin que nadie se haya llevado las manos a la cabeza. Tal vez ha habido una falta de tacto en las formas, pero en el fondo la decisión municipal es impecablemente democrática. La ley está de parte de la alcaldesa y por ese mismo motivo el ministro/candidato Rubalcaba anuncia ahora que cambiará la ley de forma urgente. El cántabro no quiere que se le escape ningún voto por la derecha, los de izquierda los ha dado por perdidos hace mucho tiempo.

En el fondo, de lo que se trata con el lanzamiento mediático de estos temas, en sí mismos insustanciales, es de mantener una cierta tensión político-informativa en un país que camina con paso firme hacia otro estadio politico en el que, por ejemplo, el derecho a decidir no sea un tabú, sino una práctica real de la ciudadanía. La llegada de Bildu a 120 alcaldías no ha supuesto la hecatombe que ellos habían pronosticado e intentan sacarse la rabia, que esa circunstancia les produce, componiendo titulares tan graciosos como el de La Gaceta: "ETA ya tiene alcalde en San Sebastián". Está claro que quieren seguir aferrados al "conflicto" hasta la eternidad. 

Un alcalde que, por cierto va a viajar a Madrid, a defender la capitalidad cultural de Donostia, acompañado del ex alcalde del PSOE, Odón Elorza, en un gesto de normalidad institucional que desbarata la línea de flotación de la alianza de conflicto-adictos engrasada por la conjunción mediática española.  

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