Lo ocurrido estos pasados días en el Palacio de Justicia de Bilbao ha sido considerado por algunos como un circo, denigrando un arte ancestral que, al menos a mí, me ha hecho pasar muy buenos ratos. El intento de criminalizar el diálogo político no es una broma pesada ni un chiste de taberna, sino una estrategia bien calculada, que cuenta con el apoyo implícito del Partido Popular y de más de un resorte del Estado.
Otra cosa es que su intento haya quedado, de momento, paralizado. Y digo de momento, porque los miembros de los organismos parapopulares Foro Ermua y Dignidad y Justicia, llevarán el caso ante el Tribunal Supremo español, y éste, ¡ay!, puede darles la razón, rechazar la jurisprudencia del caso Botín y entrar en el fondo del asunto.
El abogado de Juan José Ibarretxe, muy ufano él, intervino en la vista para defender que se celebrase el juicio y se demotrase que el diálogo político no puede ser en ningún caso delito. No le arriendo las ganancias al señor Miguel Casas. Puede que tenga juicio en el Supremo, eso sía, cuando Ibarretxe ya no sea lehendakari, y el alto tribunal, y lo de alto es un eufemismo, dictamine que el diálogo político sí que es delito, por su connivencia con los grupos armados clandestinos o cosa parecida.
Por lo tanto, que nadie se llame a engaño. El primer objetivo de sentar en el banquillo al lehendakari se ha cumplido. El segundo, de no darle cancha electoral mediante el juicio, también. Y el tercero y fundamental, que consiste en criminalizar el diálogo político a futuro, queda a expensas del recurso y de la magnanimidad de un Tribunal Supremo que no ofrece demasiadas garantías, al menos al que esto escribe.
En cuanto al PSE-EE, ha cumplido su papelón con elegancia. Impedido para denunciar el atropello pero cuidadoso en no enfangar tan preciada herramienta de la democracia, ha respirado hondo al escuchar el veredicto del tribunal. Además, han visto neutralizado el intento de Ibarretxe de personarse con principal damnificado del caso cara a las elecciones autonómicas.
Y la izquierda independentista, causante involuntaria del conflicto y acostumbrada a bailar con la más fea, ha salido, por el momento indemne, que no es poco. Tal vez tuviera ganas de haber utilizado el marco incomparable del TSJPV para hacer un canto de la negociación, pero no ha podido ser. Ocasiones para ello no van a faltar en el futuro, me temo.
En resumen, que como ocurre tras una cita electoral, cada uno arrima el ascua a su sardina particular, pero me temo que, aunque por paradoja se pueda tomar, quienes han ganado el juicio han sido los impulsores del mismo. Nadie daba un duro porque una acción popular tan frágilmente argumentada llegara tan lejos, y hasta la sala del TSJPV han llegado. Y alcanzarán la del Supremo, sin duda. No es poca ganancia para tan raquítica inversión.
Coincido en que esta gente del Foro Ermua y Dignidad y Justicia hace ya tiempo que han perdido el juicio, en el sentido figurado de la expresión, pero en el fondo del contencioso que nos toca lidiar, creo que lo han ganado, aunque sea a los puntos y no por KO, como les hubiera gustado.
Aupa.
ResponderEliminarSi mal no he entendido, tenían tres objetivos a la hora de querellarse contra el diálogo. Como tú decías, el primero (sentar al lehendakari en el banquillo) lo han visto cumplido, evidentemente. De los dos siguientes solo han conseguido uno pero, quería plantearte una pregunta sobre estos dos últimos objetivos.
Pues han logrado que no saque beneficio electoral pero no de momento, sin embargo, criminalizar el diálogo. ¿No te parece que es o el uno o el otro? Es decir, o se lleva a cabo el juicio o no, o le dan cancha electoral, o criminalizan el diálogo. ¿Podría plantearse así? ¿es posible que el uno anule al otro o me lo estoy imaginando demasiado fácil?
Creo que es un asunto de tempos políticos. Al coincidir el juicio con la campaña electoral, podría ser aprovechado por Ibarretxe, al presentarse como adalidad del diálogo. Por tanto les conviene aplazar el tema, neutralizar la posible campaña victimista de Ibarretxe, y esperarle en el Supremo.
ResponderEliminarProbablemente en ese momento ya no será lehendakari y el ataque de fondo contra el diálogo político como herramienta de solción se podría llevar a cabo, en previsión de nuevos intenos de proceso negociador.
Yo no veo contradición, sn que tratan de admiistrar bien las diversas coyunturas políticas. Estan continuamente estuiando la situación y su objetivo, para eso les pagan, es hacer el mayor daño posible a todo lo que huela a demoracia para Euskal Herria.