2008/10/20

A desalambrar

No sé porqué me viene a la memoria la canción de Daniel Viglietti cuando quiero comentar el acto PSOE-PNV para aprobar los Presupuestos Generales del Estado español.

Ah! sí, ahora me acuerdo. Resulta que el lehendakari Ibarretxe había señalado con gran acierto que España había colocado una alambrada al impedir mediante el rechazo de la Ley de Consulta el ejercicio del derecho a decidir al pueblo vasco. Muy bien dicho, señor lehendakari. Lo paradójico es que alguien de su partido, en la mśimísima Sabin Etxea, ha puesto en marcha una hábil estrategia para retirar esa alambrada a los sones del tema de Viglietti. El cabecilla de la operación ha sido el señor Erkoreka, brillante diputado a Cortes, que una vez conseguido su propósito de sentarse con ZP en la Moncloa, ha impulsado una importante operación de trueque. Le damos un balón de oxígeno al PSOE a cambio de unos milloncejos de nada para Investigación y el Puerto de Pasaia. Nuestras empresas no pueden quedar paralizadas por motivo políticos. Más allá de las ideas de cada cual hay que empujar entre todos para que el país funcione.

Se trata de la enésima repetición de la política rácana, cortoplacista y subordinada, que ha practicado el PNV en tiempos de Garaikoetxea, de Ardanza, de Ibarretxe, de Arzalluz, de Uzturre, de Sudupe, de Imaz y de Urkullu. Una politica heredera de Leizaola, que jamás va a conseguir el objetivo político que le señala al partido su dirigente Joseba Egibar en Público : La soberanía plena para Euskadi.

La lógica política dicta que si el Gobierno español ha ninguneado el proyecto de Ibarretxe (y de la mayoría del Parlamento de Gasteiz, no se olvide), su partido no puede entrar en disquisiciones negociadoras de los Presupuestos de España, salvo que exista alguna buena razón, hoy por hoy inconfesable.

Da la impresión de que Josu Jon Imaz sigue teniendo una gran influencia en la dirección jelkide y que puede existir una especie de acuerdo entre el PSOE y el PNV para formar gobierno en Gasteiz tras las próximas elecciones autonómicas. Tan sólo estaría en disputa la figura del lehendakari: Ibarretxe o López, el resto estaría asegurado con un ejecutivo de gestión, que no tensione al país y que discurra otros cuatro añitos en la total inoperancia política. De no existir ese acuerdo tácito, es incomprensible para una mente humana la postura de Erkoreka.

En todo caso, ya metidos en harina, el PNV podría haber exigido bastante más, dada la posición de debilidad del Gobierno de Zapatero, sin apoyos en la Cámara. Ni políticas activas de empleo, ni gestión de los trenes de Cercanías de Renfe y Feve, ni nada de nada. Y luego vendrán en campña diciendo que Madrid tiene la culpa de todo y que ellos son la mejor solución. Lo dicho, a desalambrar.

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