El rechazo del Tribunal Constitucional español a la ley de Consulta aprobada en el parlamento de Gasteiz no ha sorprendido a nadie. Era una decisión esperada y tal vez lo único reseñable es que la resolución judicial haya sido adoptada por unanimidad.
También era previsible la roma respuesta de quienes sustentan el proyecto de consulta. Apenas una declaración institucional y un amago de recurso ante Estrasburgo. En resumen, nada de nada. La falta de impulso político del bloque citado (PNV, EA, EB y Aralar) es descorazonadora. Pero es de pura lógica. Quienes aceptaron hace ya treinta años este estado de cosas, es decir el marco que representa el binomio inseparable Constitución/Estatuto, no están en condiciones de variar su programa y práctica política de un día para otro. Es cierto que lo hicieron en un pequeño periodo de tiempo, en lo que se ha dado en llamar Lizarra-Garazi, pero aquello, por muchos que algunos se empeñen, fue flor de un día en el caso del PNV. Y dudo mucho que se pueda volver a repetir con ese partido incluido.
Además, la sentencia del TC deja más claro que nunca que la vía institucional actual, basada en el puente aéreo Foronda-Barajas, no da más de sí. Tras la misma, resulta urgente plantear otras estrategias diferentes, que descansen principalmente en la propia voluntad del pueblo vasco y en la convicción para mostrar a la opinión internacional que los vascos tenemos derecho a nuestro propio autogobierno, como Kosovo, Osetia del Sur o las Islas Salomon, que igual me da coger uno u otro ejemplo.
Pero para poner en marcha ese nuevo rumbo habría que recomponer previamente todo el escenario político de Euskal Herria. Con los actuales moldes no vamos a poder avanzar. Hasta que no nos demos cuenta de que es el pueblo vasco, organizado y concienciado, el único capaz de romper el status quo vigente, no podremos dar ese paso. Es muy fácil escribirlo, pero muy díficil abrir las vías adecuadas para que, entre todos, podamos llevar adelante un proyecto de esta envergadura.
Después de tantos años de luchas políticas y sociales en este país, buena parte de ellas muy duras y con mucho coste humano y personal, parece evidente que la única manera de desbloquear la situación actual de impasse es la formación de una amplia plataforma independentista o por el derecho a decidir, que tanto da, que aglutine a todas las fuerzas políticas, sociales y ciudadanas dispuestas a exigir el cumplimiento de ese derecho. Una plataforma que deje a un lado las diferencias históricas y las diversas estrategias utilizadas hasta el momento, y sea capaz de unir voluntades en torno a un mismo objetivo: la independencia nacional de Euskal Herria.
Todo lo demás será seguir dando vueltas alrededor de las norias española y francesa y permitir que quienes no están dispuestos a conceder ni la más mínima oportunidad a este pueblo, como es el caso de Rodríguez Zapatero y Sarkozy, continúen saliéndose con la suya e impidan que rompamos de una vez aquel yugo franco-español del que hablaba la canción que me cantaba mi tío el del Jagi-Jagi.
Las recientes ilegalizaciones (EAE, Gestoras, EHAK) son actuaciones propias de un Estado no democrático. Las cosas se ponen muy feas para el independentismo vasco y para Euskal Herria. Yo estoy asqueado ante tan revoltosa situación.
ResponderEliminarLa plataforma independentista que apuntas como única forma de hacer frente a este estado de excepción, sería algo de urgente, de imperioso. Una plataforma para ahora mismo. Sin embargo, me temo que las fuerzas políticas no se pondrán de acuerdo.
Por cierto, me sabes decir cuando deliberará Estrasburgo?
Una cosa es predicar y otra dar trigo se dice por aquí. Lo de la plataforma esá claro, lo que no lo está es cómo ponerla en marcha, con que agentes implicados, etc. Habrá que empezar a darle vueltas muy en serio.
ResponderEliminarEn cuanto a lo de Estrasburgo, que quieres que te diga. El recurso por la ilegalización primera, la de Batasuna, reside en ese tribunal desde el año 2003. Y seguirmos esperando al sentencia...
La idea de la plataforma es algo brillante, puede ser el único camino hacia la solución.
ResponderEliminarPero demos por hecho que todos los independentistas se pongan de acuerdo para unirse bajo la misma bandera. ¿ No sería este proyecto otro más a ilegalizar, dada la facilidad con que lo hacen, debido al miedo que generaría dentro del nacionalismo español ?
Con la violencia aún en acción, no les faltarían excusas.
No pretendo descalificar la idea de la plataforma de ningún modo, pues ya dije que es totalmente aplaudible. Pero ¿ no tendremos algún otro asuntillo que solucionar antes... ?
PD: felicidades por el trabajo en el blog, es algo realmente interesante.
Para Antu: Lo del asuntillo creo yo que se refiere al asuntazo. Hoy mismo hemos comprobado que, en pleno 2008, sigue habiendo personas de este país que creen que la única vía para lograr la independencia es la armada.
ResponderEliminarEstemos o no de acuerdo con ese análisis, lo cierto es que ahí está esa realidad. Algo habrá que hacer para convencerlos de que se puede avanzar hacia ese objetivo sin poner bombas. La creación de una platafoma independentista "seria" y sin partidismos ni protagonismos, puede ser un paso en la buena dirección.
Vuelvo a repetir, la idea de la plataforma es muy bonita, pero si la malgastamos, será una oportunidad perdida más.
Sobre la posibilidad de que el Estado la demonice, por supuesto que no hay que descartarla. Doy por hecho que si se llega a conformar algo así, la violencia de respuesta cesará, aunque sólo sea temporalmente.
Gracias por la felicitación, se hace lo que se puede. Esker mila.