2022/12/27

Un año inolvidable

A punto de concluir 2022 llega el momento de los balances. Los personales y los colectivos, que de todo hay. Toca repasar los acontecimientos más importantes: la invasión de Rusia sobre Ucrania, la continuación de unas cuantas guerras que no suelen salir en los telediarios, la crisis económica permanente, la alarma climática, el auge desbordado del individualismo y la primacía del deseo personal sobre el colectivo. Y envolviéndolo todo la explosión del narcisismo en las redes sociales, cuyo ejemplo paradigmático se personifica en el multimillonario Elon Musk.

Presentación del hallazgo. Foto: naiz.eus

Asistimos además a la continua exaltación de la superchería, el negacionismo, las diversas conspiranoias, la mentira como arma de propaganda política, el neofascismo con rostro humano y el terraplanismo de andar por casa en boca de grandes gurús de la cultura popular. Algunos, que ya tenemos unos años, contemplamos el espectáculo entre aturdidos y asqueados, pensando en que los bellos sueños de los que hablaban los Pata Negra nunca llegarán a concretarse en algo tangible.

Un alud de populismo que todo lo ensucia y maltrata y del que es muy difícil escabullirse porque está omnipresente en todos los medios de comunicación, especialmente en internet y en la televisión. Una ola de frivolidad, de culto al cuerpo y abandono de la mente, que no puede conducir a nada bueno.

Llegamos a este fin de año saturados de la gresca política entre unos y otros, en la que nada se dilucida y todo se enreda en mil y una voltereta dialéctica en busca del titular llamativo que apuntale las posibilidades propias ante unas inminentes citas electorales. En la medida que se acerque la fecha de las elecciones se multiplicarán los números circenses para captar la atención de una ciudadanía ahíta de insultos, oprobios, embustes y juego sucio. 

Con un parlamento europeo enfangado en la corrupción gracias al dinero que fluye desde los países árabes, la Unión Europea se ve incapaz de alzar una voz propia en el panorama mundial y se ciñe a seguir a pies juntillas los dictados que emanan de Washington DC. Nada nuevo bajo el sol, lo que ocurre es que la guerra en Ucrania ha desnudado al muñeco europeísta, mostrando a un pelele de Estados Unidos, que hasta hace cuatro días era absolutamente dependiente en materia energética de Rusia. Eran los felices tiempos en que Putin era un aliado útil y no el impresentable déspota que ahora proclaman las cancillerías europeas.

Y si aterrizamos en Euskal Herria, cerramos el año con la cruda realidad de decenas y decenas de presos políticos que siguen encarcelados, aunque muchos de ellos más cerca de su entorno social y familiar. Que continuamos enarbolando un independentismo más retórico que práctico. tal vez en espera de tiempos mejores tras el planchazo sufrido en Catalunya allá por 2017. Cierto que siempre nos quedará una Escocia que argumentar, pero lo de que la autodeterminación está en nuestra mano no pasa de ser una brillante frase, pero poco operativa.

Dejo para el final la noticia del año y tal vez de lo que va de siglo, el hallazgo de la Irulegiko Eskua. Uno de esos acontecimientos imprevisibles que transforman las coordenadas del juego hasta ahora conocido y que nos dan alas, esta vez sí, para soñar despiertos. Tenemos descifrado el 20% del texto de esa mano de bienvenida. Hay que descifrar el resto e investigar la posible existencia de otras manos en el mismo yacimiento arqueológico o en otros. Tiempo al tiempo, todo se andará.

La seriedad mostrada por Aranzadi es una garantía de que estamos ante un asunto trascendente, ajeno al espectáculo que se ha dado en otros yacimientos malogrados. Toco madera. Junto al trabajo de la Sociedad de Ciencias conviene destacar el papel jugado por el Ayuntamiento del Valle de Aranguren, que ha venido financiando casi en exclusiva los trabajos de investigación en el lugar. La Mano de Irulegi debe constituirse en un pilar fundamental de la conformación de una visión vascónica del mundo, alejada de guerras banderizas y de la fabricación inopinada de souvenirs. Irulegi trasciende de todo eso y coloca al pueblo vasconavarro ante su mayor encrucijada en muchos siglos de historia. Seamos conscientes de ello. Sorioneku.⧫

  



1 comentario:

  1. Anónimo10:17 p. m.

    Te has dejado en el tintero la llegada de NOAH ! Zorionak Aitona !!

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