2016/06/20

Afectos y desapegos

A pocos días de los segundos comicios estatales en seis meses, tras el fracaso del 20D, recibo en mi buzón electrónico un e-mail firmado por el profesor de la University of Western Ontario (UWO), el analista social y colaborador de la revista científica Psycho-Social Features, Sterling McGray. El profesor se ocupa en estos meses en la profundización de un estudio sobre conflictos identitarios en zonas de riesgo como Ucrania y los paises de la antigua Yugoeslavia. Su dedicación principal no le impide seguir el proceso soberanista vasco, aunque sea desde la distancia.
"Hace ya un año de mi última misiva y lo cierto es que la preocupación que en ella mostraba, se ha ido acrecentado mientras observaba el desarrollo de los acontecimientos. No sé si alguien se esperaba los cambios que se están produciendo en el mapa electoral vasco, pero yo desde luego no los hubiera aventurado. Debe resultar frustrante para cualquier simpatizante de la izquierda soberanista contemplar la irrupción de un fenómeno nuevo que se hace en muy poco tiempo con una buena parte de los votos de ésta. Es cierto que el asunto afecta a todo el Estado, especialmente a Catalunya y Galicia, pero que ocurriese en el País Vasco no entraba dentro de mis previsiones, ni en la de muchos de los colegas que he consultado estos últimos meses".
Sin citarlo expresamente, McGray se está refiriendo a Podemos, un partido nacido en el año 2014, al que todas las encuestas le conceden el segundo puesto en las inminentes elecciones, con alrededor de un 25% de los votos. Pero es que esas mismas encuestas pronostican que será, con diferencia, la primera fuerza electoral en Hego Euskal Herria.
"No voy a entrar en partidismos, porque no me corresponde hacerlo. Dejando a un lado las simpatías de unos y de otros, es evidente que verdades sociológicas que parecían inmutables se están desvaneciendo a gran velocidad. Una de ellas es la supuesta barrera entre el marco nacional vasco y el marco estatal español. Hasta hora, daba la impresión de que el trasvase de votos se producía fundamentalmente en el interior de cada uno de esos marcos. Es decir, que quien votaba a partidos exclusivamente vascos no lo hacía a partidos de obediencia estatal, y viceversa. Esa frontera psicológica se ha roto y podemos contemplar que personas que tradicionalmente habían votado a la izquierda soberanista vasca lo hacen ahora al nuevo partido emergente. Y lo hacen sin ningún pudor. Se trata de elegir entre afectos y desapegos, así de sencillo".
University of Western Ontario (UWO)

El cambio resulta paradigmático, según el profesor, quien añade que habrá que esperar acontecimientos en un periodo más amplio de tiempo, para comprobar si esa alteración sociológica es duradera o si, por el contrario, se trata de un fenómeno pasajero.
"En cualquier caso, es evidente que la llamada construcción nacional de Euskal Herria está recibiendo en esta coyuntura un misil de grandes proporciones en su línea de flotación. Un espacio político y electoral significativo, pero pequeño, como era el que correspondía a Ezker Anitza/Izquierda-Ezkerra, se ha visto expandido de forma inimaginable hace poco tiempo. Es posible que la ola actual vaya menguando con el paso del tiempo y las implicaciones institucionales de esa nueva fuerza, pero todo parece indicar que se va a convertir en un espacio permanente, aunque tal vez más reducido que el actual. Hay algo de espuma en esa ola."  
El panorama a medio plazo que dibuja McGray es complejo. Se trata de la irrupción de nuevos actores, con mucha movilidad y muy fuertes en su incidencia mediática, lo que supone que sus iniciativas puedan ensombrecer las que lancen otros actores más veteranos, como es el caso de la izquierda soberanista.
"Yo diría que, aunque nada es irreversible, el daño ya está hecho. Una vez rota la frontera psicológica antes citada, todo puede suceder. Es más, algunas de mis antenas en el País Vasco me dicen que la clave reside en las ganas de mucha gente de acabar con la época de Mariano Rajoy, el líder conservador, y que para ello la opción más directa es votar a Podemos y sus aliados. Sin embargo, cuando la cuestión estribaba en acabar con el mandato de José María Aznar, esa gente no dio el paso de votar el PSOE, porque sentía que era traicionarse a sí mismo. El PSOE era la alternativa, pero también era el partido de los GAL, Filesa y la corrupción. En cambio ahora, la alternativa es muy joven, apenas dos años, no tiene las manos manchadas y además defiende, aunque sea solo en teoría, el derecho de autodeterminación y el fin de la dispersión de los presos políticos vascos. Por tanto, votar a la lista de Podemos no resulta tan incómodo para ese sector que puede identificarse con la izquierda soberanista en las elecciones locales o autonómicas, pero que en esta ocasión ha decidido sumar sus votos a los de Podemos".
 El profesor concluye su misiva recordando algunas cuestiones fundamentales en política, como es el ejercicio de la sana autocrítica, el reconocimiento de los errores cometidos y la asunción de que lo que está mal hay que corregirlo de forma fulminante.
"A veces las fuerzas políticas, hablo ahora de la izquierda soberanista, se fija demasiado en lo que va a hacer el otro, léase el PNV o Podemos, y se olvida de sus propias tareas. En política suele suceder que lo que ha funcionado correctamente durante años, deja de hacerlo de la noche a la mañana. Entonces hay que tomar medidas contundentes para atajar el problema. Esconderse o intentar resolver el tema con la aplicación de un simple maquillaje o con operaciones de marketing, acaba por no funcionar. En mi modesta opinión, buena culpa de la situación está en la propia izquierda soberanista, que se ha quedado un tanto obsoleta, vive acomplejada por el marcaje férreo que le realiza el PNV y ha descuidado en demasía el frente social, las preocupaciones del día a día de quienes componen un amplio colectivo que en su día, creo que con mucho acierto, se dio en denominar pueblo trabajador vasco".  
 McGray concluye su carta digital deseando que todo vaya bien a mi persona y a los lectores de Azogeak, a los que envía un saludo muy cordial desde su atalaya canadiense. Esperemos que de aquí a las nuevas elecciones autonómicas se anime a escribirnos de nuevo.

@Azogeak

No hay comentarios:

Publicar un comentario