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No quisiera caer en ese tipo de balances, sino en apuntar algunas de las circunstancias que se han dado a lo largo del año. El nexo de unión de la mayoría de ellas sería el malestar. Una sensación de incomodidad, no estar conforme, que no acaba de traducirse en un impulso claro por la transformación, por el cambio social, por lo que llevado al extremo se ha venido llamando, desde el siglo XIX, como revolución, aunque sea de andar por casa.