2012/12/11

Santiago Cervera, ¿un nuevo caso Otano?

Nada más conocer las primeras informaciones sobre el asunto Cervera-Asiáin-CAN me vino a la memoria, ignoro el motivo, el llamado caso Otano. Sí, aquel en el que Javier Otano, a la sazón presidente de la Diputación de Nafarroa, hubo de dimitir tras una primera del Diario de Navarra que lo conectaba con ciertas cuentas bancarias en Suiza. Todo aquello ocurrió en 1996, pero parece que fue ayer.

¿Cuáles son las conexiones? Probablemente ninguna. Pero sí que hay algún paralelismo. El dinero está detrás de ambos asuntos. Los dos casos han sido destapados por el mismo periódico y tanto Otano como Cervera han sido enemigos de los intereses políticos de UPN, el partido que dirían en Palermo.

Hecho este apunte, nos centramos en Santiago Cervera. Un político atípico, ex consejero de Sanidad, en la actualidad integrado en el mundo político madrileño, donde no parece haber ganado muchos amigos en el tiempo que lleva. Pero el asunto que ha terminado con su carrera política radica en Nafarroa, concretamente en Caja Navarra, la entidad de ahorro hoy desaparecida, diluida en Caixabank.

Cervera ha sido muy crítico con la gestión llevada a cabo en la entidad por parte de su presidente, Miguel Sanz, la presidenta de la Comisión de Control, Yolanda Barcina, y el consejero delegado Enrique Goñi. Un amplio artículo publicado en Noticias de Navarra el pasado mes de abril así lo atestigua. En resumen, el político del Partido Popular, clave en el divorcio entre el partido de Rajoy y UPN, se ha enfrentado con los poderes fácticos navarros, lo mismo que hizo Otano al encabezar un Gobierno tripartito junto a CDN y EA, que pretendía, entre otras cuestiones, oficializar las relaciones con la CAPV.

Los hechos denunciados por José Antonio Asiáin o la defensa que ha hecho Cervera de su actuación ahí están, en todos los medios de comunicación. Cada uno puede tener su opinión al respecto y será el juez natural quien los juzge, tras la dimisión de Cervera como diputado a Cortes y perder su aforamiento. Estarán conmigo en que la película de todo ello resulta esperpéntica, sobre todo la escena protagonizada por Cervera, pertrechado de gorro y bufanda, en busca del sobre oscuro de la muralla que le ha llevado a la perdición política.

Aquí me limitaré a apuntar situaciones, como la necesidad de apoyos de Barcina para mantenerse al frente de su Gobierno o convocar elecciones. Unas elecciones en las que, tal vez, desearía ir junto al PP, opción a la que Cervera se opondría. Por otra parte, el señor Otano indicó en su defensa que si tenía firma en la cuenta suiza era por indicación de su superior, Gabriel Urralburu, un político envuelto en la corrupción. Casualmente, el vicepresidente de Urralburu, antes de caer aquel Gobierno del PSOE, era un tal José Antonio Asiáin, actual presidente de Caja Navarra y denunciante de un intento de chantaje que ha acabado con Santiago Cervera corrido y dimitido. Un chantaje del que, por cierto, se desconoce el material utilizado para cometerlo, otra incongruencia. Otro sí, Asiáin se erige en este momento como el artífice de un nuevo entendimiento entre UPN y PSOE, mientras surgen dudas sobre su honradez al compatibilizar su labor de consejero, desde 2004, en la CAN, y los trabajos de su bufete de abogados, en el que trabaja su hijo Diego, para esa misma entidad financiera.

Es probable que Santiago Cervera haya actuado mal, como Javier Otano obró mal con respecto a las cuentas en Suiza. Pero por encima de esos pecados personales, en sí mismos reprobables, se halla el Poder, así con mayúsculas, capaz de hacer caer a sus peones cuando le crean dificultades añadidas y no previstas. Roma no paga traidores. 


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